CONCIERTO ANIVERSARIO DE LAS FOJI.
Para celebrar, los diez años de la fundación, de una de las iniciativas culturales más potentes, que se hayan implementado en nuestro país, la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, ofreció un concierto en el Teatro de la Escuela de Carabineros.
La Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles, surgió gracias a la iniciativa de Fernando Rosas, quien se inspiró en el trabajo que Jorge Peña Hen, tanto como en la organización de orquestas juveniles de Venezuela, convirtiéndose en un vendaval, que ha logrado cambiar la mentalidad de una enorme cantidad de personas, a lo largo de todo el país.
Para nadie es un misterio, que donde han surgido estas orquestas, sin importar su tamaño o calidad, las comunidades se transforman, creciendo significativamente en lo espiritual, que es al fin de cuentas, lo que realmente importa en un país, que quiere llegar a ser más.
Estas razones, nos llevan a compartir la alegría de esta celebración, porque su presencia se ha convertido en algo esencial para nuestra cultura, inyectando savia nueva en las grandes orquestas profesionales.
El concierto fue dedicado a Fernando Rosas, estrenándose, una obra escrita para la oportunidad, y otra de Mozart contando con la participación del Coro Crecer Cantando, otra gran iniciativa, auspiciada por el Teatro Municipal.
Sebastián Errázuriz, compositor prolífico, y de gran proyección en nuestro país, compuso “Bitácora de un Sueño”, que según se desprende del programa impreso, pretende sintetizar sonidos y ritmos de Chile, que serían fácilmente reconocibles en ella.
En verdad, creemos que el objetivo no se cumplió a cabalidad, al parecer la formación académica y sobre todo la cultural que posee Errázuriz, le jugó en contra, al encontrarnos con un trabajo, de gran prolijidad, muy bien orquestado -como es usual en este compositor-, pero que no refleja las intenciones en su concepción.
Sus tres partes, recuerdan en varios momentos a los “musicales” estadounidenses, y no a la música de nuestro país, del mismo modo la armonía tiene carácter europeo, más que latinoamericana, a manera de ejemplo, las melodías y ritmos de la primera parte, y la sorprendente fanfarria que inicia la última parte, que podría asimilarse a la banda sonora de un film. Por ello creemos, que Errázuriz no pudo desprenderse de una herencia musical, que está profundamente arraigada a su cultura personal.
José Luis Domínguez, condujo la gran orquesta cuidadosamente, reflejando gran conocimiento de la partitura; la respuesta de sus músicos, en el alto nivel a que nos tienen acostumbrados, destacando su gran interés por la obra.
En la segunda parte, se interpretó el “Réquiem en Re menor K. 626” de Wolfgang Amadeus Mozart, teniendo como estrella indiscutible, al Coro Crecer Cantando que dirige Víctor Alarcón, en un trabajo emocionante y memorable.
El coro, formado por más de ochenta niños y adolescentes, cumplió una formidable actuación, muchos de ellos dejaron de lado la partitura, cantando de memoria, y sin hacer caso de un molesto camarógrafo, que se paseaba delante de ellos, tapándoles al director.
Musicales, afinados, con claridad de líneas melódicas, enfatizando contrastes dinámicos, y por sobre todo, y aquí se nota la mano de Alarcón, con gran conocimiento del espíritu de la obra.
Destacaremos, la claridad de las semicorcheas en las fugas, el Dies Irae, Confutatis, Domine Jesu y el Sanctus, por no abundar.
Los solistas vocales, fueron encabezados por la soprano Andrea
Aguilar, de notable desempeño, la contralto Sofía Pollak de gran solidez y musicalidad, Patricio Saxton, reemplazó a última hora al tenor que debía cantarlo, por lo que su actuación de valorarse en esa perspectiva, por ello sus inconvenientes son perdonables, el bajo Sergio Gómez, completó el cuarteto, su actuación fue muy irregular, en lo vocal y en cuanto a seguridad.
De los dos números para el cuarteto solista, diremos que el “Recordare” fue muy
inseguro y desperfilado, mientras que el “Benedictus” fue expresivamente musical.
La dirección de José Luis Domínguez, fue clara, manejando balances sonoros, y en esencia expresiva, encontrando en todos los intérpretes una respuesta atenta, que se reflejó en el rotundo éxito de la presentación.
Una gran fiesta aniversario de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles.
Gilberto Ponce. (CCA)
¿Por qué solo comentarios de la OSNJ? Es necesario un mayor apoyo a los menores que realmente son una maravilla en todas las orquestas similares el país.