GISELE BEN-DOR INAUGURA TEMPORADA SINFÓNICA. (09/03/12)
En un Teatro Baquedano, que presentó varias innovaciones, favoreciendo la comodidad del público -aire acondicionado, reparación de las butacas y pintura de la sala y cámara acústica-, la Orquesta Sinfónica de Chile, dio inicio a su Temporada de Conciertos 2012.
El programa, fue dedicado en justicia al Día Internacional de la Mujer, incluyendo dos obras alusivas a famosas mujeres, otra compuesta por una de ellas, una solista en piano y una directora en el podio.
En el estuvo la directora estadounidense, nacida en Uruguay, Gisele Ben-Dor, poseedora de un interesante currículo, no obstante, en esta su primera presentación con la Sinfónica, los resultados no estuvieron a la altura de sus pergaminos.
Como explicación; tal vez, la orquesta no ha recuperado su nivel, luego de las merecidas vacaciones, o los ensayos no fueron suficientes, pues hubo varios desajustes de pulso, existieron pocos contrastes, y en general, no percibimos relajada a Ben-Dor, quien logró que sus gestos enérgicos, solo encontraran respuestas duras.
Pensamos, que dirigiendo un par de programas, y conociendo mejor al conjunto, se apreciarían mejor su talento y valor musical.
Se inició la presentación con una selección bastante arbitraria de la ópera Carmen de Georges Bizet, que incluyó dos partes para coro femenino, pero el primero de ellos, se resintió por la ausencia de los varones, se incluyó además la “Habanera” en versión orquestal, además de otros fragmentos netamente orquestales.
La respuesta de la orquesta, fue formal, no siempre atenta, con finales de frases descuidados, y bastantes atrasos de pulso.
En el caso del Coro Femenino Sinfónico y Camerata Vocal (Dir. Juan Pablo Villarroel), ya habían demostrado en enero, cuando participaron en la Gala Lírica, su estupenda preparación, en este caso, perdieron tensión, particularmente en el vital y enérgico “enfrentamiento” entre las cigarreras, que aquí fue, casi un amable bailecito.
Luego se escuchó, el Concierto para piano en La menor de Clara Schumann (Wieck), obra bastante desconocida, al menos en nuestro medio, de valores musicales relativos, muy lírica y de exacerbado romanticismo, recuerda claramente el lenguaje de Chopin, su orquestación es cuidadosa y estrictamente formal, sin presentar mayores novedades, sin duda, el momento más inspirado, es su segundo movimiento, consistente en un bello solo de piano, que incorpora hacia el final el chelo, a manera de dúo, con un excelente de Celso López, en esta parte.
Sus exigencias técnicas, son relativas, pero permiten el lucimiento del solista, en este caso Liza Chung, mostró pulcro y musical desempeño, con fraseos inteligentes y momentos de gran virtuosismo; nos habría gustado que su aquellos momentos de bravura, donde el piano, da pie a un acorde en tempo de la orquesta, esta hubiera respondido en el pulso y el carácter que Liza Chung le imprimió, lamentablemente, en más de una ocasión, este complemento fue confuso.
Finalizaron con Scheherezade, la Suite sinfónica de Nikolai Rimski-Korsakov, en una versión muy contrastante, con partes muy logradas, y otras francamente erráticas y faltas de tensión.
Debemos destacar, el rendimiento de casi todos los instrumentos, que tienen partes a solo, llevándose las palmas Héctor Viveros en violín, quien tiene un rol muy importante en la obra, muchas de ellas, acompañado del arpa, a cargo de Manuel Jiménez, quien a pesar de su profesionalismo, le otorgó a algunas frases, un carácter demasiado concreto, no complementario con la magia del violín.
Creemos, que a pesar de lo correcto de la versión, le faltó énfasis en lo gracia programático, y sobre todo un concepto más unitario.
Independiente de lo planteado, la obra tiene una resonancia en el público, que le hace obtener gran éxito, a pesar de las consideraciones planteadas.
De todas formas, creemos del mayor interés, este programa temático, que conjugó en el escenario, a una directora de gran prestigio Gisele Ben-Dor, a una solista de gran musicalidad, Liza Chung, quien mostró un profundo conocimiento de una obra prácticamente desconocida, complementándose con dos obras con heroínas femeninas.
Gilberto Ponce (CCA)