DANIIL TRIFONOV EN VÍAS DE CONVERTIRSE EN LEYENDA DEBUTÓ EN EL MUNICIPAL.
Existen artistas que provocan admiración por su enorme talento, su gran técnica, musicalidad o bien por su espectacularidad y gestualidad, siendo sus presentaciones un éxito total, porque su calidad profesional lo merece, pero además existe otro grupo reducido que a lo anterior agregan sobriedad, rigor estilístico, con una técnica que solo está volcada en los autores y las obras que interpretan, a lo que solo agregan su carisma personal, que cerraría es círculo virtuoso, recordemos a Claudio Arrau, Arthur Rubinstein, Marta Algerich, por nombrar solo algunos que han marcado época. No mencionemos aquellos adictos al espectáculo, que son solo eso.
Reconocemos que la carrera de solista es muy compleja, y sobre todo solitaria donde las circunstancias personales deben ser sometidas al estrés de las presentaciones, por ello no es extraño encontrar jóvenes que solo llegaron a ser solo “promesas”, las exigencias de la carrera los sobrepasan.
Daniil Trifonov durante su presentación en el Teatro Municipal. foto Patricio Cortés
Nos acaba de visitar Daniil Trifonov el joven pianista ruso de solo treinta y tres años, quien además es compositor, de quien creemos se encuentra en un rango superior como intérprete, es dueño de una sobriedad digna de un adulto, con un profundo sentido del estilo y avocado a extraer la esencia de las obras que interpreta, afortunadamente en medio de su gira latinoamericana fue invitado a estrenar el nuevo piano del Teatro Municipal, producto de una donación anónima lo que valora aún más el gesto.
Ante un teatro abarrotado y con un contundente programa que abarcó estilos y compositores, Trifonov dejó muy en claro que es y será unos de los referentes del piano de los últimos años, por su calidad como intérprete.
Abrió el programa con la Suite en La menor de Jean Philippe Rameau, obra escrita en la primera mitad de 1700 la que consta de siete movimientos, que corresponden a danzas de la época, como era la usanza de la época, alternándose lentas y rápidas además con contrastes de carácter; la delicadeza y elegancia conque Trifonov enfocó la primera transportó al público al ambiente barroco, en la que además comenzó a realizar los adornos propios de esa música, algunos escritos en la partitura y otros dejados a la improvisación del intérprete, la obra para nada sencilla y contundente pues dura casi treinta minutos, permitió al visitante mostrar a través de cada una de sus partes, múltiples posibilidades de contrastes dinámicos y de carácter, a través de un elegante virtuosismo que mezcló sólidos forte con sensibles piano.
Daniil Trifonov durante su presentación. foto Patricio Cortés
La bellísima Sonata N.º 12 en Fa mayor K. 332 de Wolfgang Amadeus Mozart continuó el recital, aquí le vimos avanzando en estilo, dando un énfasis diferente a su forma de enfrentar la obra, acentuando los contrastes del primer movimiento y controlando la expresividad, en el segundo movimiento que es uno de los más hermosos escritos por Mozart, en el que no solo tocó los adornos escritos en la partitura, pues hizo variaciones en algunos y solo en la sección final abordó los más tradicionales, creemos que esta ha sido una de las versiones más bellas que hemos escuchado de esta parte. De gran virtuosismo fue el tercero, donde los juegos melódicos que abordan ambas manos fueron de pasmosa claridad.
Las Variaciones sobre un tema de Corelli de Sergei Rachmaninov Op 42, las que a su vez se habían inspirado en la famosa “Folia” (locura), que fuera usada por una gran cantidad de compositores, fue la siguiente obra del extenso y exigente programa, lo más interesante de ella es la natural mezcla de lo barroco de Corelli, con la intensidad romántica de Rachmaninov, que permite desbordes virtuosísticos mayores, por ende grandes dificultades técnicas, que permitieron a Trifonov desplegar su fabulosa técnica que acentuó los valores de la partitura, apareciendo toda su fuerza y poderío en medio del desarrollo de las veinte variaciones que conforman la obra, transitando desde la dulzura a la bravura, maravillando con su enfoque.
Daniil Trifonov agradeciendo al final de la primera parte. foto Patricio Cortés
Como si lo anterior fuera poco, quedaba el plato de fondo que abarcaría toda la segunda parte del concierto, hablamos de una de las obras más complejas jamás escritas para la literatura del piano, la Sonata N.º 29 en Si bemol mayor, llamada por el mismo Ludwig van Beethoven “Hammerklavier”, la que no solo es un enorme desafío para el pianista, también lo es para el público por la enorme cantidad de elementos que posee los que se deben intentar desentrañar, además considerar su inusual duración de cerca de 45 minutos.
La obra fue finalizada en 1818 y fue recibida con gran admiración por el público, al tiempo que muchos la consideraron “intocable”, debido al cúmulo de dificultades técnicas planteadas en su partitura, incluso y como si fuera poco, Beethoven fue exhaustivo en señalar, como y cuando utilizar el pedal para aprovechar al máximo las cualidades del instrumento.
Daniil Trifonov con su interpretación, dejó absolutamente en claro el porqué es considerado como uno de los mejores pianistas de nuestro tiempo, su cuerpo entero además de sus manos están al servicio de las obras que interpreta, allí radica su genialidad.
El Allegro que abre la sonata con sus poderosos acordes a manera de fanfarria, dieron cuenta como Trifonov ha internalizado la obra, y en seguida en un soberbio contraste, cambia el carácter para así en el desarrollo ir desentrañando todas las claves que plantea el autor.
Scherzo está marcado el breve segundo movimiento, el que posee un carácter luminoso y hasta casi con humor, en medio de grandes dificultades rítmicas.
El tercero Adagio Sostenuto, es un verdadero monumento tanto musical como emocional, pues en sus cerca de veinte minutos de duración Beethoven lanza muchas preguntas que de algún modo trasuntan un desconsolado dolor, asimismo esboza varias veces una melodía que no concluye, dejando abierto el porqué, todo aquello fue expuesto con una profundidad musical conmovedora, creemos que esta fue una de las joyas de la presentación.
El cuarto Largo; Allegro; Fuga; Allegro risoluto, es de extrema dificultad pues debe cambiar de carácter constantemente, siendo la Fuga intrincadamente compleja, pero el solista la desentrañó con asombrosa claridad, el virtuosismo desplegado, hizo que el público lo ovacionara de tal forma que Trifonov lo agradeció nada menos que con cinco “encore”, entre ellos una obra de él escrita a los quince años, además de Ginastera y Scriabin.
Daniil Trifonov. foto Patricio Cortés
Sin duda uno de los grandes hitos del Teatro Municipal de Santiago, el debut de quien es considerado como tal vez el más grande pianista de la actualidad; Daniil Trifonov.
Gilberto Ponce (CCA)
Me encantó el articulo. Soy un lector asiduo de su pagina, y comparto plenamente lo señalado. Creo que ha sido la mejor presentación que he visto en el teatro.
Tuve el placer de presenciar el concierto,hace tiempo que no teníamos el privilegio de ver la actuación de un artista de reconocimiento mundial, como tuvimos en tiempos pasados. Ahora muchas veces pueden llegar al Teatro del Lago, al cual no todos podemos acceder o a otros escenarios tambien ni tan facikes de acceder,me refiero mas bien a nuestro Teatro Municipal. No soy experta en nada, menos en piano,pero sé reconocer a un artista de nivel superior, el programa extenso y desafiante ,fue muy bien escogido por el pianista y logró con su fantástica interpretación conquistar al público presente ,fue ovacionado y regalo 5 encore, yo no había presenciado algo así. Del análisis musical se ha encargado extensamente el crítico, con sentido pedagógico también que nos ayuda mucho a los aficionados a entender las obras ejecutadas, la música es emoción y bien ejecutada conmueve profundamente y eso es lo que sucedió con Daniil Trifonov.
Hola! Alguien sabe cuáles son los nombres de las cinco canciones que toco al final.
Muchas gracias