RITMO Y GRANDES GRUPOS TRIUNFAN EN FESTIVAL DE COREÓGRAFOS.
Con una gran convocatoria de público se realizó este año el Cuarto Festival de Coreógrafos, que el Ballet de Santiago viene realizando en el Teatro Municipal, la idea de Marcia Haydée para esta ocasión fue acotar a solo tres coreografías el encuentro, en la que participaron grupos importantes de bailarines pertenecientes al Ballet Nacional Chileno BANCH y a los anfitriones el Ballet de Santiago, los que incluso participaron conjuntamente en dos de ellas.
Esta mezcla con compañías de estilos y técnicas tan diferentes, sin duda es enriquecedora, aunque puede resaltar las diversas formaciones de los conjuntos, pues al menos en Noces, quedó en evidencia esta diversidad.
El estreno de Noces (Bodas) coreografía de Mathieu Guilhaumon, director del BANCH con música de Igor Stravinsky, abrió la jornada participando en ella las dos compañías.
Consideramos que este es uno de los mejores trabajos que le hemos visto a Guilhaumon, para una coreografía que contiene citas casi textuales a los trabajos que Vaslav Nijnsky, realizara tanto para estas Noces como para la Consagración de la Primavera, recordemos que fue este el coreógrafo que trabajó con Stravinsky en sus respectivos estrenos.
En su desarrollo se alude tangencialmente al argumento original, dividiéndolo solo en dos partes, no en las tres originales del argumento.
El manejo que Guilhaumon hace del espacio es bastante interesante, y pretende que los bailarines representen un tanto vagamente a novios y sus padres, así como la ceremonia, esta contó con la participación de ambos cuerpos de baile con algunos solistas como una espléndida Romina Contreras (Novia) y Lateef Williams (Novio) que destacaron tanto en la delicadeza de Romina, como en la impulsividad casi agresiva de Lateef, en todo caso pensamos que estos novios interactuaron generalmente a demasiada distancia, mientras que las figuras de los padres quedaron casi sumergidos en la masa.
En los movimientos grupales de danza moderna, se apreció claramente la disciplina férrea del Ballet de Santiago, mientras que el BANCH acostumbrado a una mayor libertad en sus movimientos, no entró fácilmente en lo riguroso del trabajo de Ghilhaumon. No obstante la fuerza de la música como la de la coreografía y del trabajo conjunto, consiguió una muy entusiasta respuesta del público.
Cantata la coreografía de Mauro Bigonzetti, que fue estupendamente respuesta por Carlos Padro, siguió con el programa, esta fue bailada por el Ballet de Santiago, obra que además de grupo, requiere de solos, dúos, tríos, dos pas de Quatre y un pas de six.
El Ballet de Santiago se ha adentrado con singular éxito en la danza contemporánea, como lo atestiguan varios de sus trabajos, y esta Cantata fue ocasión para ratificar este eclecticismo, dado que no solo deben bailar, también cantar y realizar diálogos hablados.
La música del Gruppo Musicale Assurd corresponde a la propia del sur de Italia, que se cantaba en 1700 y 1800, y posee una poderosa fuerza a ratos tan desgarrada como exultante, y es en este contraste donde triunfa rotundamente Bigonzetti, encontrando en los bailarines y solistas del Ballet de Santiago intérpretes del más alto nivel, debemos señalar que la iluminación de Ricardo Castro según el diseño de Carlos Cerri fue perfecta.
Sería largo detallar las bondades de este trabajo, por ello y a riesgo de ser injustos, señalaremos los pas de Quatre de María Lovero, Emmanuel Vásquez, Katherine Rodríguez y Lucas Alarcón, tanto como el segundo. El brillante solo de Andreza Randisek, el estupendo trío de Natalia Berríos, José Manuel Ghiso y Rodrigo Guzmán, tanto como el dúo posterior de los citados solistas. El público respondió vibrantemente al gran trabajo de la compañía.
Una obra maestra que convoca a multitudes cerró la velada, se trata de Bolero cuya música de Maurice Ravel fue magistralmente coreografiada por Maurice Béjart, en esta ocasión al Ballet de Santiago se agregaron algunas figuras del BANCH, contando asimismo con el formidable trabajo solista del bailarín del Ballet de Stuttgart, Friedemann Vogel.
Béjart creó un hipnótico trabajo para la música de Ravel, cuyo eje es el solista que sobre la mesa redonda se convierte en el imán para el resto de los varones que se van integrando a medida de su avance, es aquí donde Vogel cautivó tanto con su presencia escénica, como por su impecable técnica y enorme expresividad, del mismo modo el resto de los varones mostraron una perfección y disciplina que maravillaron a los espectadores, que al final explotaron en larguísimas ovaciones, cerrando así este notable Cuarto festival de Coreógrafos.
(Una observación aparte, será posible que a futuro se cuente con mejores registros grabados para que estos sean bien trabajados por los sonidistas, a manera de ejemplo, el Bolero comienza en pianissimo.)
Gilberto Ponce. (CCA)
Como siempre estoy de acuerdo en casi toda la crítica,obviamente que hay algunos matices diferentes puesto que yo opino desde el lugar de aficionada.No me gustó mucho esos gorros o tocas de las mujeres en Noces,,la primera parte de la coreografía me pareció menos buena que la segunda ,la música en cambio me maravilló.La segunda obra Cantata fue colorida ,a ratos para mi demasiado recargada ,la música interesante,ni de mi gusto pero adecuada.Encontré de mal gusto el diálogo refiriéndose a olores corporales,por lo innecesario ..Si es una fiesta de colorido y destacan algunos bailarines que son los mismos nombrados en la crítica.Bolero fue desde todo punto de vista la obra que más me gustó,reconozco que la música del Bolero no me agrada mucho ,per aquí cobró una relevancia especial la conjunción con el magnífico trabajo de los bailarines,tanto así que se me hizo muy corto.Excepcional el bailarín solista Vogel,técnica ,físico,expresividad fantásticos y el resto de los intérpretes muy bien Quedé con gusto a poco!!!!’Muy buena esta iniciativa de hacer un Festival de Coreógrafos y centrarse en tres obras como en este caso y no en infinidad de coreografías que a lo mejor no permiten apreciar tan bien el trabajo cartográfico.