COPPELIA EN EL NECAFÉ DE LAS ARTES.

COPPELIA MAGIA PARA LA FAMILIA.

El Ballet Teatro Nescafé de las Artes, que dirige la laureada Sara Nieto, presentó ahora su versión del ballet Coppelia, con música de Leo Delibes, que es probablemente una de las coreografías más famosas de todos los tiempos, transformada ahora en un espectáculo destinado a encantar a toda la familia.

Escena de conjunto. foto Javier Valenzuela
Escena de conjunto. foto Javier Valenzuela

Ya lo dijimos en un comentario anterior, nos parece notable el uso que la compañía hace del reducido espacio del teatro de la calle Manuel Montt, donde no solo debe caber la danza, también la necesaria escenografía, que para esta Coppelia fue realizada en forma sobria y precisa por Salvatore Pellizari, enmarcándose  en la eficaz iluminación de Pedro Sandoval.

Zwanilda y Franz en el primer acto. foto Javier Valenzuela
Zwanilda y Franz en el primer acto. foto Javier Valenzuela

El vestuario realizado en un interesante juego contrastes, fue diseñado por Ruth Provoste; solo tenemos objeción para el caso del sonido a cargo de Patricio Muñoz, que nos pareció demasiado opaco, probablemente producto de una grabación muy antigua, lo que le restó algo de brillo al espectáculo.

Coppelius y Franz. foto Javier Valenzuela
Coppelius y Franz. foto Javier Valenzuela

Un detalle que debe ser señalado, es que para casi todos los roles principales o secundarios, existen dos tres bailarines, lo que habla muy bien de la capacidad y solvencia de la compañía.

Para esta producción el argumento fue intervenido por Sara Nieto, otorgándole mayor protagonismo a la muñeca Coppelia, así como entregando las dosis justas de humor, en particular en el brillante segundo acto; es sorprendente observar a los niños tan compenetrados que ríen de buenas ganas, con las peripecias de los muñecos en la casa de Coppelius.

En cas de Coppelius. foto Javier Valenzuela
En casa de Coppelius. foto Javier Valenzuela

De la compañía valoramos su disciplina y rigor, tanto como la gracia en el baile; los números de conjunto, Czardas y Mazurka, fueron de gran limpieza en sus numerosos giros, para un tipo de danza que transita entre lo popular y lo clásico.

En la función que presenciamos, Swanilda fue bailada por la hermosa Tilly García, quien a pesar de su gran precisión de movimientos,  creemos que le falta más convicción como actriz, no olvidemos que este ballet utiliza bastante la danza-teatro; por ello a pesar de lo muy plásticos y bastante perfectos fueron los pas de deux, así como sus solos, estos resultaron un tanto impersonales.

Pas de deux de Zwanilda y Franz. foto Javier Valenzuela
Pas de deux de Zwanilda y Franz. foto Javier Valenzuela

Lucas Siqueira fue Franz, estuvo muy bien como bailarín en sus solos, y excelente como partenaire, copa con naturalidad el escenario, además posee una natural y espontánea simpatía y grandes condiciones como actor, haciendo muy creíble su personaje.

Flavia Correa encarnó a Coppelia, siendo su mayor logro el hacer evolucionar su personaje, bastante mecánico al comienzo y con expresiones muy humanas hacia el final, asimismo se mostró como estupenda bailarina, además de buena actriz.

Franz, Coppelia y Coppelius. foto Javier Valenzuela
Franz, Coppelia y Coppelius. foto Javier Valenzuela

Simpatiquísimo el Doctor Coppelius que bailó Lucas Oliva, su histrionismo como actor convence desde su entrada, mientras que posee una agilidad asombrosa como bailarín, ambas características le permitieron ampliamente ganarse al público.

Señalaremos alguna características de los llamados roles menores, la muñeca española, y la escocesa, lo hicieron con enorme gracia y presencia; muy simpático el chino, mientras que de sorprendente dominio corporal  fue el muñeco articulado y de gran prestancia el soldado.

Coppelius y el Muñeco articulado. foto Javier Valenzuela
Coppelius y el Muñeco articulado. foto Javier Valenzuela

En suma, es difícil salir defraudado de esta producción, aún más creemos que el público sale contento, los niños felices, todo debido a cuidadosa preparación de esta compañía, que lenta y a paso seguro se está ganando un justo nombre, en el campo de la danza en nuestro país, algo que no debiera extrañar pues a su cabeza se encuentra Sara Nieto.

Saludo final. foto Javier Valenzuela
Saludo final. foto Javier Valenzuela

Gilberto Ponce. (CCA)

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