VIAJE SENTIMENTAL A LOS SALONES DE INICIOS DEL SIGLO XX.
Desde hace varios años, el musicólogo Juan Pablo González, decidió investigar sobre las incidencias, que rodearon la creación e interpretación de la música de carácter popular, que se desarrolló en salones privados y en los públicos “cabaret”de fines del S. XIX y comienzos del S. XX obras convertidas en clásicos.
Este camino, que iniciara bajo el alero del IMUC, lo ha continuado en el Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado.
Si antes su mirada se detuvo, en lo ocurrido en nuestro país, ahora ha cruzado las fronteras, para mostrarnos las manifestaciones musicales y poéticas, de otros países latinoamericanos.
Al igual que en ocasiones anteriores, las investigaciones de González, se traducen en espectáculos de impecable factura, por ello no es extraño, que tenga un numeroso grupo de verdaderos adictos, a sus propuestas.
Así ocurrió con la presentación del “Salón Latinoamericano”, en la Sala América de la Biblioteca Nacional, donde en una sencilla pero certera propuesta escenográfica, los protagonistas del “encuentro social”, procedieron a recitar, cantar, bailar e interpretar música instrumental, luego de la introducción realizada por el mismo González.
Mario Lobos en piano, acompañó a los cantantes (Jessica Quezada y Gonzalo Cuadra) y a la violinista (Daniella Rivera), e interpretó varios solos.
Mientras que, en una suerte de hilo conductor Felipe Cussen, recitó obras de diversos poetas.
Si bien Cussen, realizó un interesante trabajo, creemos que en alguno de ellos, le faltó algo de esa grandilocuencia, con que habitualmente se recitaban, pensamos que sus grandes logros estuvieron en: “Son del corazón” del mejicano Ramón López Velarde y en la genial “Agencia” de Rubén Darío.
Uno de los aspectos más interesantes, del trabajo de Mario Lobos, estuvo en que abandonó su habitual flema, logrando entregar las obras con gran vitalidad y chispa, tanto, que en una de ellas, sufrió un pequeño lapsus, algo muy infrecuente en él, fue capaz de adecuarse a los diversos estilos de las obras, desde las del llamado Chopin mejicano
Tomás León, pasando por la anónima zamacueca llamada “La japonesa”, o la graciosa “Pompas de jabón” del colombiano Santos Quijano, las sofisticadas obras del chileno Enrique Soro, o las geniales creaciones de la familia Pérez Freire (Osmán, Lily y Mercedes).
Daniella Rivera, pasó de invitada en la velada, a convertirse en violinista, vestida como varón, en una costumbre propia de los cabaret europeos, para interpretar tres obras, acompañada de piano:“Storia
d´una bimba” de Enrique Soro de carácter elegíaco, “La bella cubana” de José White con fuerte sentido caribeño, y la inmortal “Estrellita” de Manuel Ponce, su rendimiento fue en general bastante bueno.
Algunos poemas y canciones, se presentaron acompañadas de elementos de multimedia, fotos, retratos y fragmentos de películas de la época, que complementaron la ambientación de las obras.
La mezzo soprano Jessica Quezada, abordó canciones a solo y en dúo con Cuadra, además le correspondió bailar, debemos reconocer su profesionalismo, para caracterizar las obras, aspecto en el que triunfó ampliamente, no obstante su voz es pequeña, aunque muy afinada; tenemos la impresión que está recién interviniendo como solista, por lo que resulta injusto evaluarla en este sentido.
El tenor Gonzalo Cuadra, es quien sin duda tiene la mayor experiencia como solista, ha cantado todo tipo de repertorio, y es de público conocimiento, su profesionalismo e histrionismo, fundamental para enfrentar con éxito, obras diversas facturas.
Cuadra se mueve a sus anchas en la caracterización, cambia el timbre de voz, salta, baila, goza intensamente interpretando cada obra, entre sus muchos éxitos, destacaremos la gracia de “Pompas de jabón” en dúo con Jessica Quezada, la Zamacueca, el “araucan shimmy” “Pinka Milla” de Luis Sandoval, que recuerda fuertemente a la música de cabaret de Kurt Weill, cantado con enorme gracia, y su entrañable versión de “Una pena y un cariño” de Lily y Mercedes Pérez Freire.
Interesante y entretenido programa, ofrecido por la Compañía Del Salón al Cabaret, del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado, que el público agradeció entusiastamente.
Gilberto Ponce. (CCA)