NATALIE CLEIN Y SERGIO TIEMPO EN LA FUNDACIÓN BEETHOVEN.
Con la presencia de dos estrellas, que se encuentran en el pináculo de sus carreras, continuó la Temporada Internacional de Conciertos Fernando Rosas, que organizada por la Fundación Beethoven, se desarrolla en el Teatro Municipal de Las Condes.
Lo notable de esta presentación, es que ambos músicos, la violonchelista Natalie Clein y el pianista Sergio Tiempo, hicieron música de la mejor clase, sin pretender de manera alguna, asumir de divos; con enorme sencillez y profesionalismo -propio de los grandes-, enfrentaron, tanto las obras a solo, como aquellas a dúo, permitiendo al público gozar de un programa de rara exquisitez.
Natalie Clein abrió el programa con una notable versión de la Suite Nº 3 en Do mayor, para chelo de Johann Sebastian Bach, en la que además de la excelencia técnica mostrada, se adentró en el espíritu del estilo, mostrando además exquisita expresión; logrando para cada movimiento diferencias de carácter, manteniendo lo unitario de la obra.
Quisiéramos destacar, el espíritu galante de la Allemande, opuesto al brillo casi chispeante de la Courante; la sensibilidad y fraseo de la Sarabande y el júbilo virtuoso, en sus espléndidos contrastes de la Gigue.
Luego ambos intérpretes, abordaron la Sonata Nº 2 en Re mayor, para chelo y piano de Felix Mendelssohn, mostrando estupendo balance y una magnífica resolución de los diálogos, ahora en el más riguroso estilo romántico.
En el primer movimiento, se permitieron incluso pequeñas diferencias de carácter entre secciones; en el segundo mostraron enorme gracia, en particular en la sección donde la melodía del piano es acompañada por un pizzicato del chelo, mientras que final, fue tan sutil como tormentoso.
El Adagio, que se inicia con una introducción en arpegios del piano, antes de integrar al chelo, en un expresivo “canto” de extrema sensibilidad, que no deja de recordar las Canciones sin Palabras, del mismo Mendelssohn, el final fue tan cantabile como virtuoso, rescatando las mejores características de su autor.
Sergio Tiempo, abrió la segunda parte con una selección de Seis Preludios de Frédéric Chopin, en los que demostró una gran capacidad técnica, logrando gran expresividad en algunos de ellos; no obstante creemos que en esta parte, no alcanzó las cimas a las que llegó como acompañante.
Finalizaron con la Sonata para chelo y piano en Re menor Op. 40 de Dmitri Shostakovich, obra que transita por diversos estados emocionales, en cada uno de sus movimientos, y que posee enormes desafíos de índole técnica.
En el Allegro non troppo que inicia, desarrollaron una expresiva progresión dinámica, opuesta a la serena expresión de la sección lenta, que incluye una oscura sección en pianissimo, que se puede asimilar al expresionismo.
El Allegro que sigue, fue un logro en su carácter de irónica danza, destaquemos los expresivos glissando del chelo. El Largo, lo interpretaron en forma melancólica y desgarradoramente expresiva, que fue el antecedente para el virtuosismo casi salvaje del Allegro final.
Los atronadores aplausos, consiguieron como encore, una sensible versión del Ave María, un arreglo de Charles Gounod, para el Preludio Nº 1 del Clavecín bien Temperado de Johann Sebastian Bach.
Un dúo de excelencia, que fue ampliamente apreciado por los asistentes.
Gilberto Ponce. (CCA)