CLAUSURA DE LA TEMPORADA DE ÓPERA 2015.

VALORES Y DISVALORES EN CIERRE DE TEMPORADA DE ÓPERA.

Reacciones contradictorias nos provoca, la clausura de la Temporada de Ópera 2015 del Teatro Municipal de Santiago –luego de presenciar su segunda función de la serie Internacional-, pues la parte musical, sin duda fue muy superior a la producción y règie.

Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni, y Pagliacci de Ruggero Leoncavallo, se presentaron el 2010 en el Teatro de la Escuela de Carabineros, debido al terremoto que dejó con problemas al Municipal, y por las características de ese escenario, bastante más pequeño que el original, obligó a una simplificación escenográfica, de resultados bastante aceptables, pero la vuelta al escenario de Agustinas, dejó en evidencia, lo que consideramos errores importantes; los que sumados a los de règie, provocan al menos, desconcierto.

Campesinos en una de las escenas finales de Cavalleria Rusticana. foto Patricio Melo
Campesinos en una de las escenas finales de Cavalleria Rusticana. foto Patricio Melo

A lo anterior se suma, que la ópera anterior (Los dos Foscari), se ambientó al igual que estas, en la primera mitad del S. XX, con el resultado que el vestuario, pareció ser mismo para las tres, afeando inútilmente al cuerpo femenino, debido a la falta de gracia de la moda de ese tiempo.

Santuzza (Cellia Costea) y Turiddu (Khachatur Badalyan) foto Patricio Melo
Santuzza (Cellia Costea) y Turiddu (Khachatur Badalyan) foto Patricio Melo

La escenografía de Giorgio Ricchelli, para Cavalleria Rusticana, apabulla con el omnipresente muro del fondo, pero cuenta con un detalle interesante de movimiento, al abrirse para convertirse en la entrada a la iglesia; en ese ambiente la iluminación de Ramón López enfatiza cambios lumínicos para cada situación dramática, sin importar la hora del día, algo que en verdad, agiliza la acción, pero, en demasiadas ocasiones abusa de lo oscuro, lo que sumado al negro o neutro de los trajes femeninos y masculinos, resulta un tanto agobiante.

La Procesión de Pascua de Resurrección, (en el lugar donde está la cruz, el muro se abre como puerta de la iglesia. Coro y figurantes. foto Patricio Melo
La Procesión de Pascua de Resurrección, (en el lugar donde está la cruz, el muro se abre como puerta de la iglesia. Santuzza (Cellia Costea), Coro y figurantes. foto Patricio Melo

La règie de Fabio Sparvoli, no respondió para nada a sus pergaminos, de insólita obviedad, por no decir elemental, además de estática en el manejo de solistas, haciendo que coro y figurantes, entren y salgan ajenos al discurso dramático, y estamos hablando de una ópera verista; asimismo llama la atención, por lo contradictorio, el que, al final, Alfio salga hacia la derecha para su duelo a cuchillos, con Turiddu, mientras este lo hace hacia la izquierda, para luego volver a escena, como huyendo o buscando algo, para recibir “un disparo” de Alfio, mientras Mamma Lucia y Santuzza, impávidas miran al público, proclamando su dolor.

Alfio (Roman Burdenko) y campasinos. foto Patricio Melo
Alfio (Roman Burdenko) y campasinos.
foto Patricio Melo

En el aspecto musical, es donde encontramos los reales valores de la producción, en primer lugar, la acertada dirección de Konstantin Chudovsky, quien además de lograr un bellísimo sonido de su orquesta, extrae al máximo el contenido dramático de la música, fundiendo a los músicos en perfecta sintonía con el coro y los solistas.

Cellia Costea la soprano rumana, encarna a Santuzza, con magnífica voz y gran presencia escénica, logrando momentos de desgarrado dramatismo, sus escenas cuando ruega a Turiddu, o cuando denuncia a los amantes con Alfio, así como su dúo con Mamma Lucia, fueron del más alto nivel.

Desafortunadamente el joven tenor ruso Khachatur Badalyan, que posee un hermoso timbre, no cuenta con el volumen que requiere el papel de Turiddu, además creemos, que le queda largo camino por recorrer en actuación.

En contrario, su compatriota, el barítono Roman Burdenko, que cantó Alfio, posee gran presencia escénica, bello timbre, con sólidos agudos y graves, además que cuenta con un gran volumen vocal.

Mamma Lucia (Claudia Lepe) y Santuzza (Cellia Costea). foto Patricio Melo
Mamma Lucia (Claudia Lepe) y Santuzza (Cellia Costea). foto Patricio Melo

Gloria Rojas, mezzosoprano chilena, perfiló muy bien a la sensual Lola, mientras que Claudia Lepe, confirma una vez más su talento vocal, asumiendo con seguridad a Mamma Lucia.

El Coro del Teatro Municipal, que dirige Jorge Klastornick, una vez más sólido, solvente y enorme presencia y prestancia escénica, debiendo actuar una dirección de escena (règie) demasiado esquemática.

Pagliacci de Leoncavallo, al parecer, se plateó considerando su argumento sórdido y oscuro, por ello, la escenografía (G. Ricchelli) es descolorida, con un insólito edificio de apartamentos, al parecer para enanos, y otro en construcción más atrás; al fondo, la silueta de una vivienda de emergencia, y unos andamios al frente (mirada al neorrealismo italiano?), en ese espacio se desarrolla con una dirección de escena más interesante, apoyada con un grupo de saltimbanquis, mientras que, el escenario ambulante, es muy eficaz.

Escena con Saltimbanquis y payasos, foto Patricio Melo
Escena con Saltimbanquis y payasos, foto Patricio Melo

En iluminación, se repiten algunas de las características de Cavalleria, pero existen momentos muy logrados, en particular, en la escena de la Comedia de los protagonistas.

De interés resulta, la règie del Prólogo, con este fuera de las cortinas, mientras los personajes, se van sumando desde la platea.

Canio (Gustavo Porta) en uno de los clímax de la ópera. foto Patricio Melo
Canio (Gustavo Porta) en uno de los clímax de la ópera. foto Patricio Melo

Canio fue cantado por Gustavo Porta, de poderosa presencia escénica, y convincente manejo vocal, su ambivalencia, entre el ser humano y el payaso, fue conmovedora.

Paulina González, llevó su Nedda a este elenco Internacional, con señalado éxito, con gran manejo vocal, desdoblándose como la infiel esposa, que no cede al acoso de Tonio, para estar dispuesta a huir con su amante Silvio, y como en el rol de Colombina, en la tragicomedia.

Canio (Gustavo Porta) y Colombina (Paulina González) representando la Comedia. foto Patricio Melo
Canio (Gustavo Porta) y Colombina (Paulina González) representando la Comedia. foto Patricio Melo

Tonio y el Prólogo, fue cantado, por el ya triunfante Roman Burdenko, su comienzo fue con justicia ovacionado, tanto como el tortuoso Tonio, que desencadenará la tragedia. Mikeldi Arxalandabasso con bella voz cantó Beppe, siendo muy gracioso como Arlequín; asimismo Alexey Lavrov delineó un acertado Silvio, estupendamente en lo vocal y certero en actuación. Gustavo Morales y Jorge Cumsille muy correctos como los campesinos. Una vez más debemos destacar la magnífica actuación del Coro del Teatro Municipal.

Canio (Gustavo Porta) pronuncia su "la Commedia e finita" luego de asesinar a Nedda y al Silvio. foto Patricio Melo
Canio (Gustavo Porta) pronuncia su «la Commedia e finita» luego de asesinar a Nedda y al Silvio, observan aterrados Beppe, a la izquierda y Tonio, a la derecha. foto Patricio Melo

Una función que finalizó ovacionada, por el desempeño musical, que culmina con la poderosa y desgarradora escena final.

Gilberto Ponce. (CCA)

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Elisa Álvarez
Elisa Álvarez
8 Años Hace

Muy de acuerdo con la crítica sobre Cavallería,en especial la escenografía q también había visto el 2010 y tal vez por las circunstancias especiales acepté,no me imaginé volver a verla,por lo fea y oscura y menos en un cierre de temporada y como aquí el escenario es más grande le agregaron más muros de piedra a los costados,la regie tampoco me gustó,el coro en varias ocasiones se ponía en posición de coro ,valga la redundancia,muy ordenadamente en el frente del escenario.Afortunadamente la ejecución musical de orquesta y cantantes valió la pena,a excepción de Turiddu por su escaso volumen(timbre agradable eso sí)El coro en lo musical muy bien.Sobre Pagliacci,diría que mejoraron los aspectos sobre los que opine antes,y me gustó mucho la Nedda de Paulina González,tanto actuación como canto con una voz generosa en volumen y expresión.Una vez más Roman Burdenko para mi fue lo mejor de la velada.Por supuesto que la orquesta con el maestro Chudovsky logra un bello sonido y hace gozar la música y olvidar otros aspectos ya comentados ya en Cavallería.Espero que en la próxima temporada tengamos menos feismo en escenografías y vestuarios,que afortunadamente no fue en todas las óperas.

Mariano
Mariano
8 Años Hace

Hola, una lastima que no este la critica de la versión estelar. Es la que me toco ver. Coincido en todo en cuanto a la escenografía y vestuario. En verdad parece una continuidad con Los dos Foscari.
Saludos y gracias por su trabajo.

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