BRUNO LEONARDO GELBER EN EL TEATRO MUNICIPAL.
Ante una sala colmada, incluyendo la gran cantidad de incondicionales, que respetan y admiran la trayectoria del pianista argentino, Bruno Leonardo Gelber ofreció un recital en el marco del “Ciclo Grandes Pianistas” del Teatro Municipal.
El programa de gran atractivo para el público, consultó algunas de las obras más famosas y conocidas de Beethoven, Schumann y Chopin, que se constituyó en un atractivo adicional.
Gelber, tiene consolidado un gran prestigio en su ya larga carrera como solista, siendo acogido por muchas de las más importantes salas de concierto, donde ha logrando resonantes éxitos, los mismos cosechados en sus frecuentes visitas a nuestro país.
El concierto a que hacemos referencia, tuvo resultados dispares, por ello consideramos acertada la progresión que le dio al programa, porque sin duda que las dos sonatas de Ludwig van Beethoven del inicio, fueron lo más débil.
En primer lugar se escuchó la “Sonata N° 14, Op. 27 N° 2, llamada Claro de Luna”, donde en el primer movimiento llamó la atención un pequeño retardando en el saltillo del tema inicial, que le otorgó un elemento novedoso, pero al reiterarlo exactamente igual, perdió su novedad en la versión.
El uso excesivo del pedal en segundo movimiento, produjo una mezcla sonora que desperfiló su temas, el tercero lo consideramos más efectista que logrado, con algunas licencias de tempo muy particulares.
En la “Sonata N° 21, Op. 53 Waldstein” observamos dos momentos, en la primera parte, poco peso, sin lirismo, demasiado pedal convirtiendo sus fraseos en algo poco claro y enfoque confuso; al promediar el segundo movimiento, la expresividad surgió de manera natural, y su musicalidad se hizo patente en el transcurso del tercero, con logradas progresiones y fraseos, que fueron fundamentales en el éxito con que coronó la obra.
El “Carnaval Op. 9” de Robert Schumann, nos conectó con el Gelber que ha hecho historia, puso toda su técnica al servicio de la obra, en una versión que en muchos momentos se enfocó hacía lo espectacular, aspecto que el solista maneja a la perfección.
La versión fue desde la extroversión al intimismo, con una perfecta cuota de lirismo, algunas partes fueron sensiblemente poéticas, que se contrastaron con aquellas de carácter más popular, la versión logró cautivar, en particular por el manejo de los contrastes y las progresiones dinámicas y dramáticas.
El “Andante Spianato y Gran Polonesa Op. 22” de Frédéric Chopin con que finalizó, mostró la afinidad que Gelber tiene con Chopin, su inicio fue de notable belleza, debido al carácter que le imprimió al “andante”, en la “polonesa” expuso notables progresiones, gran expresividad, además de logrados contrastes conseguidos mediante el uso de su reconocido manejo técnico.
Un recital que a pesar de algunas objeciones, confirma la vigencia de un verdadero mito del piano, Bruno Leonardo Gelber.
Gilberto Ponce. (CCA)