CASCANUECES 2023 EN EL TEATRO MUNICIPAL.

                        CASCANUECES 2023 POR EL BALLET DE SANTIAGO CON ALGUNAS ALERTAS.

Una vez más, y como es tradicional en esta fechas, en el Teatro Municipal, el Ballet de Santiago, presentó, a teatro colmado, el hermoso ballet Cascanueces, que cuenta con la genial música de Piotr Ilich Tchaikovsky, en esta oportunidad, se montó la hermosa coreografía de Luis Ortigoza, trabajo donde es posible observar un gran despliegue de detalles, en particular, para la escena inicial, que es la fiesta de Navidad, en casa de Clara, los que le otorgan credibilidad, al tiempo que naturalidad al argumento, es así que las emociones infantiles, alegría, frustración, envidias y riñas entre ellos, no están ausentes permitiendo, que los estudiantes de la Escuela de Ballet del Teatro, tengan sus primeros acercamientos al escenario, los que en esta oportunidad, dieron amplia muestra de sus talentos en desarrollo.

El Cuerpo de Baile de la Compañía, se integró natural y eficazmente al desarrollo de la festividad, la que al concluir, nos lleva a la batalla entre ratones, guiados por un genial Rey, que conduce a sus huestes, en contra de los soldados de Cascanueces, escena que arranca gritos de admiración, o risas de los niños presentes en el teatro, por lo bien resuelta que está la coreografía.

Con la intervención de Clara, que irrumpe para proteger a Cascanueces, el regalo de Navidad, que le llevó Drosselmeyer, quien luego convertido en Príncipe, la conducirá, al Reino de los copos de Nieve, escena donde se escuchó desde las alturas, el estupendo coro femenino, y llevarla posteriormente, al de los Confites. El ahora Príncipe, una vez derrotado el Rey de los ratones, introducirá a Clara, al mundo de la fantasía y los sueños.

Drosselmeyer, a la izquierda, La Reina de los confites, al centro, saludando a Cascanueces y Clara, junto a todos los personajes del Reino de los confites, hacia el final del ballet. (elenco 1)  foto Patricio Melo

Debemos resaltar el hermoso y eficiente trabajo escenográfico y de vestuario de  pues los cambios de escena, fueron fluidos y a la vista del público, mientras que, el vestuario de la fiesta, mostró a una burguesía alta, y los de fantasía un derroche imaginativo y de buen gusto.

La Orquesta Filarmónica de Santiago, dirigida por Pedro Pablo Prudencio, fue el soporte instrumental, que luego de una estupenda Obertura, llena de contrastes y sutilezas, en el resto de la primera parte, mostró algunas inseguridades y pequeños desajustes, además de, ripios sonoros, algo que esta orquesta, no acostumbra, pues siempre conquista con su belleza sonora.

Bien sabemos, que la interpretación musical, puede tener altibajos, como toda actividad humana, y esto es lo que al parecer ocurrió, en la segunda función, que fue la que presenciamos. En el segundo acto, el conjunto volvió a la prestancia habitual.

Escena de los Copos de nieve, en el primer acto.  foto Patricio Melo

Como dijimos, vimos la segunda función, que bailó el elenco tres, lo que nos pareció muy pertinente, ya que permite, observar a las figuras emergentes y sus respectivos talentos, los que necesariamente deben foguearse en el escenario, para lograr la seguridad y prestancia de un primer bailarín.

Es así que, pudimos observar el desempeño de Felipe Arango, como Cascanueces y Príncipe, que sin duda debe trabajar más la danza clásica, lo hace muy bien en la moderna (Nijinska), pues le falta en lo clásico, soltura y seguridad, algo observable en sus pas de deux,  y en sus solos; sin duda las variaciones y giros deben perfeccionarse, pues posee talento y presencia escénica.

Laleska Seidel, fue una estupenda Reina de los Confites, ella tiene más experiencia, y es evidente por su prestancia, presencia y técnica, el pequeño desliz, en un final, no opacó en nada su desempeño.

Mariselba Silva, fue una expresiva Clara, las partes más exigentes de su rol, las resolvió estupendamente.

Drosselmeyer lo bailó Carlos Aracena, con momentos muy poderosos en actuación, en otros, mostró poca seguridad, pero su intencionalidad, hizo olvidar los destalles.

Final de la Danza de las Flores, del segundo acto.  foto Patricio Melo

Suponemos que la dirección de una compañía, debe velar por el desarrollo de sus para el logro de la excelencia, y en este sentido, creemos que ya es evidente, la ausencia de un director o directora, que vele por las necesidades de todos los bailarines, Marcia Haydée y Luis Ortigoza, habían colocado al Ballet de Santiago, en un lugar expectante en América Latina, y el Cuerpo de Baile llegó a ser referente, eso no se puede perder, en este Cascanueces, encontramos demasiadas inseguridades, movimientos de brazos poco coordinados, trastabillones, incluso, impensables caídas colectivas, a destiempo, también escenas de conjunto donde algunas parejas, interactuando se miran, y sonríen, mientras otros no lo hacen.

Ojalá esto haya sido, solo una función desmejorada, como puede ocurrir en toda empresa humana, pero desde hace un tiempo, observamos algunas alertas.

No dudamos, de la buena intención y trabajo, de quienes están a cargo ahora, de la Compañía, pero, como todo en el arte, requiere de un trabajo diario y muy exigente, supervisado por una dirección, que tiene muy claras las metas a conseguir; ahora estamos constatando falta de rigor, ya en el Lago de los cisnes, observamos algunas de estas imperfecciones.

En todo caso, la magia y belleza general de esta producción de Cascanueces, conquista ampliamente al público, que al final, a ovaciona, larga y fervorosamente.

La mágica escena del final del primer acto, Clara y Cascanueces, abandonan en trineo, el Reino de los Copos de Nieve.  foto Patricio Melo

Le tenemos un enorme afecto al Ballet de Santiago, y siempre ha sido uno de los orgullos en el ámbito de la Danza, llegó el tiempo de volver a la senda, a que nos acostumbró, es decir, volver nuevamente a la excelencia en la Danza Clásica, en lo Moderno, es muy capaz de enfrentar desafíos de envergadura, con extraordinaria calidad, lo vimos en Nijinska secreto de la Vanguardia y en Callas la Divina, donde deslumbraron.

Gilberto Ponce (CCA)