APERTURA 2013 DE LA SINFÓNICA.

APERTURA SINFÓNICA CON MUCHAS DUDAS.

Generalmente. cuando orquestas y conjuntos inauguran sus temporadas, tratan que estas se conviertan en un anticipo de lo que vendrá, por ello ofrecen  programas potentes, que enciendan el entusiasmo del público; ahora bien, algo bastante alejado de esta premisa, fue la apertura de la Temporada 2013 de la Orquesta Sinfónica de Chile, donde presentó un  concierto con más dudas que certezas.

Nathalie Marin. foto hagaselamusica
Nathalie Marin. foto hagaselamusica

En la ocasión, debutó frente a la orquesta la atractiva directora francesa Nathalie Marin, cuyo desempeño en este, su único concierto, plantea varias interrogantes, entre las cuales; saber si este era el repertorio que más le acomoda, o si tal vez requiere de más tiempo para lograr sus propósitos; en todo caso, en esta oportunidad el programa pareció sin madurez, con sonido crudo e incluso sucio en la orquesta, además de varios desajustes de pulso y tempo en varias ocasiones.

Del mismo modo, fue evidente que su gesticulación no fue lo suficientemente clara para los músicos, reflejado en entradas y finales de frases poco precisas; y algo que llamó la atención fue que un número importante de instrumentistas mostraran un cierto desgano al tocar.

En verdad, este no fue el día de la sinfónica, incluso gran parte del público no mostró gran entusiasmo por las obras, mientras que otros, aplaudieron su condición de mujer en el podio, puesto que el concierto estuvo dedicado al Día de la Mujer.

Dos fragmentos de Iberia de Isaac Albéniz abrieron la noche, y en lo que consideramos en una iniciativa original e interesante, estos se iniciaron con la introducción en piano solo con Luis Alberto Latorre (Premio de la Crítica 2012) interpretados con la solvencia absoluta del destacado pianista, luego se apreció un interesante manejo dinámico orquestal, pero sin  lograr efectivos balances, mientras que respiraciones y pausas fueron demasiado dubitativas.

Orquesta Sinfónica de Chile. foto ceac
Orquesta Sinfónica de Chile. foto ceac

Estupendo el carácter impreso por Latorre al comienzo de “El puerto”, que corresponde al segundo fragmento, que se diluyó con el ingreso orquestal, acusando asimismo sensibles desafinaciones en los bronces.

Con suerte semejante, se escuchó luego Iberia, ahora de Claude Debussy, que en su primera parte resultó con pulso poco natural, casi forzado, y su carácter sin finura y gracia, pero lo más importante, sonido  sucio en general.

Los Perfumes de la noche, la segunda parte, mejoró en ensamblaje pero pensamos que le faltó magia, pues fue demasiado concreta; la última sección: La mañana de un día de fiesta, presentó fraseos de calidad, pero creemos que no profundizó en el carácter, volviendo a repetirse algunos desajustes; sin duda que en el concierto de repetición, muchos de los defectos se corregirán.

Alegoría de Manuel de Falla. foto josejuandom
Alegoría de Manuel de Falla. foto josejuandom

Nuevos aires se respiraron en la segunda parte, con el Sombrero de tres picos de Manuel de Falla, ya que al parecer Nathalie Marin lo ha interpretado anteriormente, y por que además, es una de las obras de repertorio de la orquesta, lo cierto es que el nivel general se acercó a lo habitual, debido a notables intervenciones de los instrumentistas solistas, y porque el sonido general fue mucho más musical.

Nathalie Marin. foto sinfonicanacional.ec
Nathalie Marin. foto sinfonicanacional.ec

A pesar de ello, algunas de las dudas de la primera parte volvieron a aparecer, en cuanto a pequeños desajustes y cortes poco precisos.

Al parecer, para poder evaluar mejor el desempeño de Nathalie Marin, sería necesario otra presentación con otro programa, para hacer justicia a sus pergaminos, tanto como los de la orquesta, que queda en gran deuda con el público.

Gilberto Ponce. (CCA)

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