UNA EXPERIENCIA ESPIRITUAL Y ESTÉTICA.
En un hecho sin precedentes, por su abrumadora calidad artística, se convirtió la presentación en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, de la Academia Internacional Teatro del Lago, interpretando la Pasión según San Juan de Johann Sebastian Bach.
La agrupación recién formada, que afortunadamente, seguirá en funciones, bajo la dirección del afamado Helmuth Rilling, cuenta con el auspicio del Teatro del Lago de Frutillar, centro artístico que gracias a su sólida programación, presentando solistas y agrupaciones musicales del más alto nivel internacional, además de óperas y ballet, ha logrado convertirse en uno de los focos culturales más importantes de América del Sur, con un público propio de la zona sur, pero además convocando a extranjeros y aficionados de todas partes de nuestro país.
Esta Academia Internacional Teatro del Lago cuenta con un coro de 36 voces y una orquesta de cámara en relación al número de cantantes del coro, configurando un grupo perfectamente equilibrado en balance, siendo sus integrantes seleccionados en Alemania por medio de un concurso internacional, es así que cuenta con miembros de países tan distantes con USA, Japón, Alemania, España y varios latinoamericanos, entre ellos algunos chilenos.
El tiempo de preparación fue de diez días, con ensayos y preparación de ochos horas diarias, a cargo de profesores y maestros extranjeros, todo bajo la supervisión de Rilling.
La presentación en Santiago, consistió en una interesantísima charla introductoria de Helmuth Rilling, sobre aspectos de la interpretación, explicando varias de las metáforas musicales de la obra; posteriormente se interpretó en forma casi integral, la Pasión según San Juan, quedando fuera, las dos arias de tenor, no sabemos si por decisión del director, o debido a la dolencia que afectaba al tenor Benjamin Glaubitz, que a pesar de ello cantó en forma espléndida y emocionante.
En la versión de Rilling, no hay nada arbitrario, todo confluye hacia una meta única, que es la total comunión entre texto y música, por ello es que cada fraseo, articulación o intención, responde solo a eso, los instrumentos y las voces dialogan en total coherencia y naturalidad, siguiendo el gesto claro de su director.
No es casual, que en las partes estróficas, la relevancia pase de voces a instrumentos, o viceversa, o que ocurra algo similar en los “da capo”, siendo un ejemplo magnífico, la reexposición del primer coro “Herr unser herrscher”.
El “continuo”, fue de tal perfección, que acentuó el sentido dramático, convirtiéndose en un todo, tanto con el magnífico Evangelista, como con los solistas en los recitativos; el rol de la viola da gamba, en ariosos y arias fue sensible y musical.
La orquesta, dio muestras de un hermosísimo sonido, al tiempo que fue expresiva y musical, siempre con balance perfecto con solistas y con el coro, mientras que, cada instrumento solista acompañante en las arias, fue preciso y musical.
Los solistas de primer nivel, fueron encabezados por el Evangelista Benjamín Glaubitz, quien a pesar de evidenciar estar enfermo, cantó con hermosa voz, prestancia dramática y sensible musicalidad.
Julia Sophie Wagner, la soprano cantó sus arias en el más perfecto estilo, realzando por medio de su bella voz, el sentido dramático de las mismas, que son de carácter muy diferente.
La contralto española Lidia Vinyes, cantó sus dos arias con gran sensibilidad, en particular “Es ist vollbracht”, en un perfecto diálogo con el solo de viola da gamba, convirtiéndose en otro de los puntos altos.
Philipp Kaven barítono, fue Jesús, creemos que tal vez su voz no sea la más adecuada para el rol, no es muy expresivo, y su interpretación fue en exceso austera.
Georg Gädken el bajo-barítono fue un espléndido Pilato, sirviendo además muy bien ariosos y arias, de ellas su aria con coro “Eilt, ihr angefochtnen Seelen” fue extraordinaria.
Los roles menores, fueron estupendamente servidos por miembros del coro, este a su vez preparado por una contralto, cuyo nombre desconocemos, tuvo una sobresaliente y conmovedora actuación, clara fonética, voces timbradas, afinación perfecta, manejo dinámico ejemplar, fraseos y articulaciones de enorme claridad, agregando la justa expresividad; quisiéramos destacar los coros inicial y final, la expresividad de los corales, tanto como la inusitada perfección del “Lasset uns den nicht zerteilen”, sin desmerecer en lo más mínimo el resto.
Esta suma de factores, convierten esta versión de la Pasión según San Juan de Johann Sebastian Bach, dirigida por Helmuth Rilling, en una experiencia de carácter estético- musical, debido a su perfección artística, siendo a la vez espiritual, por el tratamiento dado al texto evangélico, en una síntesis que nos hace considerarla, como uno de los hitos importantes en la música del presente año.
Gilberto Ponce. (CCA)