FUNDACIÓN BEETHOVEN INICIA SU CICLO INTERNACIONAL DE CONCIERTOS 2025.
Como ya es tradicional la Fundación Beethoven dio inicio a su Ciclo Internacional de Conciertos en el Teatro Municipal de Las Condes, haciéndolo con la presentación del afamado Cuarteto Casals de España.
El conjunto dio amplias muestras de su gran calidad en el exigente programa que presentaron, el que incluyó obras de Juan Crisóstomo de Arriaga, Dmitri Shostakovich y Johannes Brahms.
Sus integrantes son Vera Martínez Mehner que tocó violín I en las obras de Shostakovich y Brahms, Abel Tomas Realp que fue violín I en la obra de de Arriaga, Cristina Cordero Beltrán en viola y Arnau Tomas Realp en violonchelo, quienes destacaron tanto en musicalidad como en su perfecta afinación, sumado a fraseos y articulaciones tan precisas como pertinentes, con un abordaje estilístico del mejor nivel.
Cuarteto Casals integrado por Cristina Cordero Beltrán (viola), Arnau Tomas Realp (chelo), Abel Tomas Realp (violín), Vera Martínez Mehner (violín) foto Fundación Beethoven
Injustamente postergado es el compositor Juan Crisóstomo de Arriaga, llamado el Mozart español y no solo por la gran calidad de su producción mucha de ella en estilo clásico aunque a veces es algo más avanzado, también debido al hecho de haber fallecido pocos días antes de cumplir sus veinte años, habiendo escrito en ese corto período gran cantidad de obras instrumentales, tantoí como para voces e instrumentos, incluida una ópera “Los esclavos felices”, obra de la que se han perdido varios fragmentos.
Sus tres Cuartetos de cuerda, son obras que los grandes intérpretes mantienen en su repertorio debido a sus innumerables valores musicales, entre ellos el Cuarteto Casals es uno de sus mayores difusores incluso en grabaciones discográficas, y precisamente abrieron el programa con el Cuarteto N.º 3 en Mi bemol mayor, obra muy atrayente que muestra toda la potencialidad y manejo contrapuntístico de de Arriaga, así como su oficio en el manejo de los instrumentos, es difícil imaginar que la obra haya sido escrita a los 16 años, debido a la madurez que exhibe.
La versión a lo largo de sus cuatro movimientos fue tan elegante y refinada como serena y agitada, recordamos los casi programáticos trémolos del segundo movimiento Andantino/Pastorale, esta obra fue el primer gran éxito del Casals.
El Cuarteto Casals foto Fundación Beethoven
Un cambio violento de estilo vino con la segunda obra, el Cuarteto Nº 2 en La mayor op 68 de Dmitri Shostakovich, marcado en primera instancia por el peso sonoro que le otorgaron a la interpretación, además recogieron el espíritu que la envuelve al haber sido escrita en 1944 en plena Segunda Guerra Mundial o Gran Guerra Patria para lo rusos, pero es solo el sombrío ambiente el aludido, no hay alusiones directas al conflicto como en otras obras de este período, por ello es aún más complejo acertar en la interpretación, allí es donde radica lo sobresaliente de la versión, pues sin describir nada específico comunicaron las tensiones internas que explícitamente recorren el cuarteto.
Sin querer restar valor al estupendo resultado de sus cuatro movimientos, queremos señalar la tensión que logra esa especie de pedal armónico/melódico que sostiene la melodía del violín en el segundo movimiento Recitativo y Romanza tanto como el tétrico pizzicato del violín II y la viola en ritmo de danza para sostener las melodías del chelo y el violín I en el tercer movimiento Vals.
Las enormes ovaciones que coronaron la versión, premiaron una interpretación que será recordada por largo tiempo.
El Cuarteto Casals foto Fundación Beethoven
Cerraron su presentación con el macizo Cuarteto Nº 1 en Do menor op 51 de Johannes Brahms obra que salió a la luz recién en 1873 y según el mismo Brahms escrito por segunda vez, y aún más, se dice que su autor destruyó antes del definitivo nada menos que otros 20 cuartetos.
La obra reúne todas las características del compositor, particularmente en su manejo polifónico que le otorga una sólida estructura melódico rítmica, teniendo además una forma cíclica, ya que el primer y cuarto movimientos estarían basados en una misma célula melódica.
Se califica el primer movimiento como una mezcla entre turbulento y sentimental, algo muy bien captado por los intérpretes, mientras que el segundo Romanza se manifiesta contenidamente meditativo, que le da un aire nostálgico muy bien expuesto por los visitantes; el Vals que es el tercero debe mostrar un carácter serenamente triste, que el cuarteto supo transmitir holgadamente, para finalizar con el cuarto movimiento marcado Tema con Variaciones que contrasta y desarrolla temas que le otorgan una tensión constante la que crece de tal forma hacia el final, que levantó de entusiasmo y admiración a los presentes que no dudaron en ovacionar de pie al Cuarteto Casals que maravilló con su versión; y como si fuera poco, ofrecieron como encore un fantástico arreglo para cuarteto de La danza del Molinero del Ballet El sombrero de tres picos de Manuel de Falla, que arrebató de emoción a un público, que difícilmente olvidará esta presentación y no dudamos, por mucho tiempo.
Gilberto Ponce (CCA)