Estimados lectores, con profunda satisfacción les invitamos a conocer a la soprano italiana Erika Grimaldi, quien debutará en el escenario del Teatro Municipal de Santiago el próximo 3 de julio, en el rol de Cio -Cio- San de la ópera Madama Butterfly, ella ya tiene una exitosa carrera en varios de loa más importantes teatros de Italia, Europa, EEUU, Australia y Korea, y sus actuaciones han provocado han provocado tal entusiasmo, que le ha significado tener que repetir algunas de las arias en ciertas oportunidades. visionescriticas.cl agradece la gentileza de la señora Grimaldi al responder esta entrevista.
foto Víctor Santiago
ENTREVISTA A LA SOPRANO ITALIANA ERIKA GRIMALDI
1.- Señora Grimaldi no podemos dejar de manifestar nuestra admiración frente a su impresionante currículo, que da cuenta no solo de un gran talento, pues también es indicativo de un enorme trabajo y estudio para llegar a enfrentar tan nutrido repertorio, lo que nos lleva a preguntar para comenzar, ¿en qué momento de su vida surge el interés por la música y el canto en particular, recibió algún tipo de influencia o motivación?
**1.** Desde muy pequeña sentí una fuerte atracción por la música, especialmente por la clásica ,tanto pianística como sinfónica. Empecé a estudiar piano a los cinco años y el canto siempre me fascinó, aunque entonces aún no conocía el mundo de la ópera ni del canto lírico. Cantaba todo el tiempo —igual que mi hija hoy— desde la mañana hasta la noche: canciones infantiles, temas de dibujos animados… pero todo como un juego. A los 16 años, mientras estudiaba piano en el conservatorio, comencé a familiarizarme también con otras disciplinas musicales, entre ellas la clase de canto. Fue en ese momento cuando me sugirieron presentarme al examen de admisión.
Al principio no pensaba en el canto como una profesión, estaba convencida de querer ser pianista. Pero decidí intentarlo igualmente. Hice la audición, fui admitida de inmediato y así comenzó mi camino: empecé a estudiar canto a los 16 años y me enamoré tanto que terminé primero los estudios de canto que los de piano. Me gradué en canto en 2001 y en piano dos años después, en 2003.
Desde entonces, comencé el camino habitual de muchos jóvenes artistas: audiciones, cursos,concursos. No tuve influencias familiares particulares: teníamos un piano y mis padres habían estudiado música de niños, pero solo a nivel amateur. Sabían leer música, los oía tocar algo de vez en cuando, pero ninguno siguió una carrera profesional. Así que fue un deseo que nació espontáneamente dentro de mí. Mis padres siempre me apoyaron en mis elecciones y me animaron a seguir con los estudios musicales mientras cursaba los estudios clásicos, aunque no podían orientarme de forma directa, precisamente porque no habían vivido esa experiencia.
Erika Grimaldi en Tosca de Puccini en el Teatro Regio de Parma
2.- ¿ Qué maestras o maestros provocaron en usted el mayor impacto y en que sentido?
**2.** Desde el inicio de mi trayectoria he tenido una única maestra: la señora Gabriella Ravazzi. La conocí justo después de graduarme, cuando tenía veinte años, y desde entonces ha sido ella quien me ha formado completamente, guiándome paso a paso hasta convertirme en la artista que soy hoy. Siempre ha sido mi punto de referencia, porque fue ella quien construyó mi voz con un estudio riguroso y profundo que duró años. Todavía hoy trabajo con ella: preparo cada nuevo rol bajo su guía, revisamos juntas el control técnico de la voz, evaluamos cómo ha cambiado mi instrumento con el tiempo y cómo responde a los nuevos repertorios. Siempre hemos trabajado con gran atención, compás por compás, buscando la solución más adecuada para cada papel que enfrento. Para mí, ella es un verdadero faro. Naturalmente, a lo largo de mi carrera he conocido a muchos músicos, directores, colegas cantantes que me han inspirado y ayudado a afrontar nuevos desafíos, incluso en la elección del repertorio. Pero desde el punto de vista vocal, la artífice de todo ha sido —y sigue siendo— mi maestra Gabriella Ravazzi.
3.- El estudio del Canto es siempre un desafío, debido a que sus inicios muchas veces provocan frustraciones dolorosas, que es donde se prueba el temple del futuro artista, nos podría contar, ¿cuáles fueron sus mayores obstáculos y cuáles los medios que le permitieron superarlos?
**3.** Los obstáculos, por supuesto, nunca faltan en este camino. Al principio, quizá se presenten más: uno debe demostrar que está a la altura, que tiene algo auténtico y significativo que decir sobre el escenario. Pero no siempre se ofrece esa oportunidad. Creo que es una frustración común a muchos jóvenes artistas. Estos primeros obstáculos se superan si se tiene un fuego verdadero dentro, una pasión profunda que debe vivirse casi como una vocación. A menudo hay más puertas cerradas que abiertas, y en esos momentos es precisamente el amor visceral por este arte lo que marca la diferencia. Sin ese amor, sería demasiado fácil rendirse. También es fundamental tener humildad. Especialmente al inicio, es importante cuestionarse, comprender qué no está funcionando, qué se puede mejorar. Hay que escucharse con sinceridad, observar a quienes están más avanzados, aprender de los que tienen más experiencia y atesorar sus enseñanzas.
Los obstáculos no desaparecen con el inicio de la carrera. Hay momentos de gran alegría, pero también fases difíciles: la voz cambia, el cuerpo cambia, los años pasan y cada etapa requiere una adaptación. A veces hay que enfrentar roles distintos, repensar la vocalidad, actualizar la técnica y, sobre todo, volver a empezar. Mientras se conserve ese “fuego sagrado”, no se abandona. No digo que uno deba resistir a toda costa—si llega el momento de dar un paso atrás, hay que escucharse y aceptarlo con serenidad. Pero si esa llama sigue ardiendo, entonces uno está vivo y listo para seguir el camino con energía renovada.
Erika Grimaldi foto Víctor Santiago
4.- ¿Qué consejos daría usted a los jóvenes que se están iniciando, para ayudarles en el comienzo de sus carreras?
**4.** A veces los jóvenes cantantes me piden consejos, y lo primero que les digo es: la salud es fundamental, y hay que llevar un estilo de vida funcional al canto. Una vida sana, una alimentación equilibrada, descanso adecuado… sin excesos. En este oficio, la salud física y mental es verdaderamente esencial.
5.- La carrera de un cantante lírico es muchas veces solitaria, pues debe viajar y ambientarse enfrentárse a nuevos lugares y situaciones a veces complejas, las que a veces ocurren en países muy lejanos y muy diferentes, ¿cuáles son sus puntos de apoyo que le permiten sobreponerse a esas dificultades?
**5.** Elegir esta carrera no es fácil, sobre todo cuando se tiene una familia. En mi caso, tengo dos hijos y no siempre puedo llevarlos conmigo: muchas veces tengo que dejarlos en casa, y ese es sin duda el aspecto más difícil de mi trabajo. Viajar constantemente es otro reto: cansa mucho y, con el tiempo, la sensación de soledad puede hacerse sentir. Pero también hay muchos aspectos positivos. Este trabajo te abre la mente, te permite conocer nuevas culturas, descubrir lugares extraordinarios. Es un privilegio, para quien realmente lo ama, poder transformar su pasión en una profesión tan rica en estímulos.
Personalmente, ya me he acostumbrado a esta vida en movimiento: un poco en una ciudad, un poco en otra. No sé si podría quedarme demasiado tiempo en el mismo lugar. Pero lo que sigue siendo fundamental para mí es tener un punto de referencia afectivo, una base sólida a la que volver. La familia lo es todo para mí. Tengo la suerte de tener un marido que me apoya, sobre todo en la gestión cotidiana con los niños, que van a la escuela y no siempre pueden viajar conmigo. No podría haber elegido una carrera sin afectos. Mi trabajo es parte de mi alma, es mi corazón, pero el amor más grande sigue siendo el que siento por mis hijos. Ellos son mi fuerza, mi energía, lo que da sentido y profundidad a cada sacrificio. Y es gracias a ese equilibrio que puedo hacer todo lo que hago.
Un Baile de Máscaras de Verdi en el Teatro de Ópera de Zurich foto Erwig Prammer
6.- Nos podría contar cuáles fueron sus primeros éxitos y qué le enseñaron para el camino posterior?
**6.** El primer gran éxito que recuerdo como si fuera ayer fue la victoria en el Concurso de Spoleto, una experiencia fundamental que me abrió muchas puertas: me permitió debutar en varios roles, seguir un curso bienal en la misma ciudad y trabajar con grandes maestros. En realidad, para mí duró solo un año, porque empecé a cantar enseguida y me resultó imposible seguir asistiendo con regularidad. Justo después vino el que considero mi verdadero debut escénico: “La bohème” en el Teatro Regio de Turín. Había hecho la audición el día después de ganar el concurso y me eligieron para interpretar a Mimì. A partir de ahí se sucedieron muchos otros pasos importantes: realmente se abrieron muchas puertas. Ese periodo representa para mí el comienzo concreto de todo. Y con las primeras oportunidades también llegó una lección importante: nada ocurre por casualidad. Cada logro hay que ganárselo, y las oportunidades llegan justo cuando uno está listo, cuando realmente tiene algo que decir. Desde entonces, no he dado nada por sentado: el estudio, el cuidado de la voz, la atención al instrumento vocal forman parte de mi día a día. Claro que hay momentos de descanso, pero siempre intento mantener alta la concentración y ser fiel al camino de vida que elegí.
Erika Grimaldi foto Víctor Santiago
7.- ¿Cuáles fueron (si es que existieron) las frustraciones que en sus inicios le sirvieron más en su desarrollo?
**7.** No hablaría de frustraciones. Siempre he tratado de interpretar cada experiencia, incluso las más difíciles, como algo constructivo. Es natural que no todo salga siempre como uno quisiera, pero incluso eso tiene un significado. Algunos eventos pueden parecer desafortunados, pero muchas veces son simplemente señales de que aún no era el momento adecuado. Creo que “el tren” pasa para todos: el verdadero desafío es estar preparado para subir. Y para estarlo, la preparación es fundamental. El estudio, la conciencia, la actualización constante sobre lo que ocurre en el mundo de la ópera —desde los gustos vocales hasta los estilísticos— son indispensables. No basta con estudiar los discos del pasado o inspirarse en los grandes directores de antaño: también es necesario tener una mirada atenta al presente, a la realidad artística actual. Contar con un buen maestro que sepa guiar y apoyar es una suerte —y en ese sentido, me considero realmente afortunada—. Pero más allá de la suerte, se necesita una profunda honestidad con uno mismo: la llamada “mala suerte” muchas veces no es más que una señal de que aún no estamos del todo listos.
Los momentos que pueden parecer fracasos u obstáculos deben enfrentarse con un espíritu positivo. Son precisamente esos momentos los que nos empujan a hacer más, a trabajar mejor, a crecer. Es en esas circunstancias donde debemos demostrar nuestro valor, para que nadie pueda ponerlo en duda. La verdad es que solo somos vulnerables cuando no estamos preparados. Claro, hay quienes quizás tienen un camino más fácil, una guía familiar, un entorno favorable. No fue mi caso. Por eso estoy convencida de que la única verdadera clave del éxito es la preparación. No hay otra. Y también saber esperar el propio momento, ese en el que el tren pasa —porque realmente pasa para todos. Solo hay que estar listos para subir.
Erika Grimaldi cantando «La Bohème de Puccini en el Teatro Regio de Turin foto Ediardo Piva
8.- Sabemos que no es fácil la respuesta, pero, cuál (es) es su rol (es) favoritos, y el porque de ello?
**8.** Creo que cada cantante tiene sus roles del alma, pero en lo personal puedo decir sinceramente que amo cantar todo. Dicho esto, si tuviera que nombrar a los compositores con los que me siento más afín, diría sin duda Verdi y Puccini. Entre todos los roles que he interpretado, sin embargo, hay uno al que estoy particularmente ligada: Mimì en *La Bohème*. Es el personaje que he cantado más veces, y no solo por eso es especial. Mimì fue también mi primer debut, así que representa el comienzo de todo. Con el tiempo, he podido explorar muchas de sus facetas, trabajar en él en profundidad, crecer junto al personaje. Por eso, siempre será una figura muy querida en mi recorrido artístico.
Naturalmente, con el tiempo he tenido la suerte de interpretar muchos otros roles maravillosos, sobre todo del repertorio verdiano y pucciniano, que sigo cantando con gran placer. Ahora, por ejemplo, estoy entusiasmada por debutar como Cio-Cio-San en *Madama Butterfly* en Santiago: es la primera vez que enfrento este rol tan intenso y desgarrador, y ya siento que podría convertirse en uno de esos personajes que llevaré siempre en el corazón.
9.- Su vida personal se ha visto muy afectada por su exitosa carrera?
**9.** No, diría que mi vida personal no se ha visto afectada por mi carrera. Mi estilo de vida ha seguido siendo el de siempre, no ha cambiado mucho con respecto a antes de empezar a cantar. Lo que sí ha cambiado, quizás, es la organización cotidiana: a menudo estoy fuera por trabajo y,cuando estoy en casa, tengo muchísimas cosas que hacer, como le sucede a cualquiera que tenga una familia. Así que sí, el equilibrio requiere una buena dosis de planificación, pero no siento que haya tenido que renunciar a mí misma.
Las cosas que me gustaban antes me siguen gustando hoy, y apenas tengo un poco de tiempo libre, trato siempre de dedicarme a esas actividades que me hacen sentir bien. Nunca he sentido restricciones especiales: siempre he mantenido un estilo de vida sano, pero no por obligación. Creo que habría hecho esa elección igualmente, incluso si no hubiese sido cantante, porque simplemente me hace sentir bien. Al final, he encontrado mi propio equilibrio: todo se ha ido acomodando de forma natural, respetando lo que soy y lo que amo hacer. Y eso, para mí, es la mejor manera de vivir.
Erika Grimaldi en «Andrea Chenier» de Giordano en el Teatro Comunale di Bolonia foto Andrea Renzi
10.- ¿Que roles desea enfrentar en el futuro?
**10.** En cuanto al futuro, debo decir sinceramente que en los últimos años he tenido la suerte de interpretar muchos de los roles que más amaba y que me han dado grandes satisfacciones. Sin embargo, hay un personaje que todavía no he tenido la oportunidad de abordar y que representa un verdadero sueño para mí: Elisabetta de Valois en *Don Carlo* de Verdi. Me encantaría muchísimo poder enfrentarme a ese personaje.
11.- Usted debutará en julio en el Teatro Municipal de Santiago, que antecedentes tiene de nuestro teatro, y cuáles son sus expectativas en torno a este debut.
**11.** Sí, debutaré en Santiago, un teatro del que siempre he oído hablar con gran entusiasmo. Amigos y colegas que han cantado allí solo me han contado cosas positivas: el ambiente de trabajo, la belleza del teatro e incluso la calidad de vida durante las estancias prolongadas en la ciudad. Por eso tengo grandes expectativas y estoy feliz de que mi debut en el rol de Cio-Cio-San sea precisamente allí. Parto, entonces, con mucho entusiasmo y curiosidad.
12.- Señora Grimaldi muchas gracias por sus respuestas, ahora tiene toda la libertad para manifestar lo que usted desee.
**12.** ¡Creo que ya lo he dicho todo! Agradezco sinceramente esta entrevista y las preguntas tan interesantes, que me han dado la oportunidad de darme a conocer también en un país lejano para mí, compartiendo algo de mi vida, de mi carrera y también algunos aspectos más personales. Ahora solo me queda conocer al cálido y participativo público de Santiago, que vendrá a escuchar y apoyar a mi “Butterfly”.
Gilberto Ponce
visionescriticas
Muy interesante entrevista y me sorprendió que la artista se diera el tiempo para sus extensas respuestas,espero conocerla en su debut como Cio Cio San en nuestra temporada de Opera del Teatro Municipal bajo la dirección del Maestro Paolo Bortolameolli, lo cual para mí hace doblemente importante ese estreno..
Felicitaciones por la inteligente entrevista!!
Sorprendente la humanidad y sencillez de Erika Grimaldi, dan ganas de escucharla en vivo