PASIÓN FEMENINA POR LA MÚSICA.
En una iniciativa, muy poco usual en Chile, la pianista chileno-estadounidense Paulina Zamora, junto a su marido Shane Ellis, están dando curso a un ciclo de Recitales y Clases Magistrales con la participación de cuatro pianistas y dos violinistas, todas mujeres, venidas desde Francia, Nueva Zelanda, Alemania, Corea y Estados Unidos.
Siendo lo más llamativo, el hecho que estos recitales y clases magistrales, se realizan en la casa de los organizadores (Zamorellis.cl), hasta donde han llegado hasta cuarenta espectadores, en conciertos que recuerdan las veladas que se realizaban en el siglo XIX en Europa.
Las clases, se realizan al día siguiente del recital, donde comparten con jóvenes alumnos y adultos interesados en las claves de la interpretación.
En un ambiente de gran calidez, nos correspondió asistir al Recital de la violinista Annette-Bárbara Vogel junto a Paulina Zamora en piano.
El programa de gran atractivo se inició con la “Sonata para violín y piano, en La mayor K. 305” de Wolfgang Amadeus Mozart, en la que exhibieron el afiatamiento que fue la constante de la presentación.
El más estricto estilo, fue la característica de sus dos movimientos, manteniendo siempre la expresividad propia del clasicismo. Los diálogos fueron elegantes, con un claro manejo de los contrastes dinámicos y coherencia en las articulaciones.
Deliciosas, fueron las variaciones del tema del segundo movimiento; algunas elegantes, incluso aquellas de carácter más popular, otras contrastando articulaciones, o con perfecta gracia; este fue su primer gran logro.
Luego una gratísima sorpresa; las “Seis piezas para violín y piano” de Pauline Viardot, compositora francesa alumna de Chopin, pero con una personalidad, que la hace distanciarse del estilo de su maestro.
Estas piezas poseen un carácter muy diferente entre ellas, al tiempo que exigen gran virtuosismo de las intérpretes, creemos que ambas respondieron cabalmente a cada uno de los desafíos, tanto en las íntimas como en las de bravura.
Como un Lied, fue “Romance”, rescatando lo gitano la graciosa “Bohémienne”, dolorosamente tierna “Berceuse”, que no deja de recordar las obras de Kreisler, exhibieron gracia en los contra-ritmos de la “Mazurka”, “Vieille Chanson” recuerda las canciones populares judías, para finalizar con la brillante “Tarantelle”, que hizo vibrar a los asistentes.
Tal como planteó Paulina,esta compositora, está injustamente olvidada.
Finalizaron con la hermosa “Sonata en Sol mayor, Op. 13” de Edvard Grieg, obra esencialmente lírica desde su desgarrador inicio.
La complementación entre ambas, se evidenció en los contrastes dinámicos, como en los cambios de tempo, ataques, cortes, pero sobre todo, en el derroche de musicalidad y expresividad.
La obra sintetizó las excelencias de ambas intérpretes, que lograron comunicar a los asistentes, toda la emocionalidad, de las tres obras que ofrecieron.
Luego de los largos aplausos, el público compartió con Annette-Bábara y Paulina un exquisito coctel.
Una iniciativa, que vale la pena considerar, queda aún el último recital, el miércoles 23, y el ciclo programada para el próximo año.
Gilberto Ponce. (CCA)