MARIZÁPALOS Y VIGÜELAS CIERRAN CICLO DE MÚSICA ANTIGUA.
El interesante Ciclo de Música Antigua, que el IMUC de la Universidad Católica ofreció en el GAM, finalizó con el programa llamado. “Marizápalos y Vigüelas” (Antiguos tonos hispánicos en Europa y América) en el que participó el Estudio MúsicaAntigua UC con algunos invitados, entre los que se encontraba Manuel De Grange, profesor invitado para realizar clases magistrales en el IMUC, como intérprete de guitarra barroca.
Por enfermedad de Gonzalo Cuadra, uno de los cantantes, solo se pudo escuchar a la excelente soprano Nora Miranda, razón por la que el programa debió reducirse en algunas obras.
Los Marizápalos eran composiciones instrumentales, de carácter popular, que podían también cantarse o bailarse, incorporando a veces variaciones sobre el tema, estas obras podían ser independientes, o como ocurrió en la liturgia, intercalarse entre las partes polifónicas de la misa latina.
El programa de gran exquisitez, consistió en obras instrumentales, y otras a cargo de la soprano con acompañamiento, en su desarrollo quedó en evidencia la excelencia del conjunto instrumental (Gina Allende y Luciano Taulis en vihuela de arco, Eduardo Figueroa, guitarra barroca y archilaúd, Camilo Brandi clavecín, Pilar Martín castañuelas y Manuel De Grange en guitarra barroca), gracias a su profesionalismo, aunque es justo decir que sus versiones, suelen en algunos casos sonar demasiado académicas, sobre todo, considerando que algunas de ellas, tienen raigambre popular.
Esta característica un tanto escolástica, desapareció cuando intervino la soprano Nora Miranda, por el énfasis que puso en lo expresivo, algo que no siempre estuvo presente en las obras instrumentales. Estas obras, muchas de ellas europeas, se tocaban tanto durante la liturgia, como en ocasiones festivas, siendo la expresión de una sociedad, que trabajaba afanosamente por establecerse en un mundo, que aún les resultaba demasiado nuevo, por eso la música fue el cauce, que les permitía manifestar la expresividad propia de su sensibilidad, por ello, un enfoque demasiado academicista en la interpretación, puede alejarse de los propósitos para lo que fue escrita.
Destacaremos: el “Marizápalos” que abrió el concierto, que cantó Nora Miranda junto al conjunto, en el se fundió lo popular con la elegancia, sin dejar de lado un guiño a lo teatral. Muy interesante y con dosis de virtuosismo fue: “Cumbées” de Santiago de Murcia, escrita para dos guitarras, que hasta juegan a la percusión, solo faltó la voz masculina y un acompañamiento en percusión real, para recrear los cantos de los esclavos. “Si sufro por ti morena” de autor anónimo, destacó por su cercanía a los madrigales, este fue acompañado de viola y clavecín; de gran elegancia fue “Azucena” de Santiago De Murcia para guitarra sola, o bien el “Ay que me río de amor” de gran virtuosismo en su ironía festiva, con su final suspendido, obra de Juan Hidalgo. La “Chacona” de François Couperin, que interpretó dio cuenta de la excelencia de este intérprete en clavecín.
Bellísima es la “Jácara” de Gaspar Sanz, que mezcla lo popular con lo docto, para canto e instrumentos; de enorme atractivo el “Fandango” para dos guitarras y castañuelas de Santiago De Murcia, en una gran versión. Hablar de otras obras, sería entrar a reiterar conceptos ya expuestos para otras, por lo que nos limitaremos a señalar, la calidad del hermoso cierre de esta Temporada de Música Antigua, que en esta nueva edición, congregó a un público fiel, y a un importante número de notables artistas. Estupendo logro del IMUC de la Universidad Católica.
Gilberto Ponce. (CCA)