INTERPRETI (VIRTUOSI) VENEZIANI EN LA BEETHOVEN.
No fue en absoluto accidental, el haber intercalado el término “virtuosi” en nuestro título, pues si nos remitimos a su presentación, no cabe duda que ese debería ser su nombre.
Nos estamos refiriendo al estupendo conjunto Virtuosi Veneziani, que se presentó en la penúltima jornada de la Temporada Internacional de Conciertos Fernando Rosas 2013, que organiza la Fundación Beethoven.
Si en su anterior visita el año 2011, causaron una gran impresión, en esta oportunidad se ratificó enormemente, debido a que su presentación fue una sucesión de los mejores ejemplos de virtuosismo que hayamos presenciado en el último tiempo, virtuosismo en el que se alternan casi todos, dejando muy en claro la experticia de cada uno de ellos.
El conjunto evidencia un inmenso placer al tocar, este se transmite al público que goza intensamente con cada una de sus versiones, las que no solo abarcan el período barroco, pues se adentran con la misma autoridad en otros estilos, tal como ocurrió en esta ocasión.
El banquete musical se inició con La Follia, Concerto grosso para cuerdas y clavecín de Francesco Geminiani, en un estupendo ejemplo de interpretación de esta forma musical, donde destilaron elegancia en fraseos y diálogos, destacando además contrastes dinámicos y de tempo.
El Concierto para Dos violines, cuerdas y clavecín de Antonio Vivaldi, mostró la musicalidad y estilo de Paolo Ciociola y Nicola Granillo, quienes hasta se permitieron una cierta ambigüedad de pulso, que enriqueció la expresividad; que decir de la melancolía casi ensoñada del segundo movimiento, en el que ambos solistas más el chelo y el clave, llevan el mayor peso, abordando luego con gran virtuosismo el Allegro final.
Otro tipo de expresividad nos mostró enseguida Sebastiano María Vianello, al interpretar uno de los conciertos del Ciclo La Cetra (Arpa), también de Vivaldi, que exige debido a su gran complejidad técnica, una gran dosis de virtuosismo; en el Andante, Vianello “cantó” en la ornamentaciones, mientras que en el final, el conjunto realizó geniales contrastes dinámicos, complementando el virtuosismo del solista.
Davide Amadio, abordó luego las singularmente complejas Variazione di bravura su una corda, sul tema del Mosè di Gioachino Rossini, de Nicolo Paganini lo primero que podemos señalar es el notable y ajustado cambio de estilo. Amadio maravilló con su abrumador virtuosismo, pues logra del chelo sonidos de inusitada perfección, destacando dobles cuerdas, armónicos, pizzicato, sonido poderoso o sutil; al interpretar él y su instrumento se convierten en un solo cuerpo, provocando asombro en las secciones más complejas, siempre con expresividad, y porqué no decirlo, hasta con una cierta dosis de humor; la ovación del atónito público, fue una de las más grandes escuchadas en estas temporadas.
La segunda parte se abrió con la Chacona para cuerdas y clavecín de Tarquinio Merula, allí el contrabajo, que reemplaza al violón del original, percute en buena parte de la obra, seguramente para acentuar su origen español, mientras el resto dialogaba con exquisitos y afiatados fraseos.
Luego Paolo Ciociola, Pietro Talamini en violines y Davide Amadio en chelo abordaron el hermoso Concierto para dos violines, chelo y cuerdas Op. 3 Nº 2 del Ciclo “L”Estro Armónico” de Antonio Vivaldi, exaltando los contrastes de tempo y carácter, a través de hermosos diálogos, inteligentes fraseos y acentos, todo con exquisita musicalidad.
En otro salto temporal nos llevaron a la Passacaglia para violín, chelo y cuerdas, sobre un tema de Haendel, de Johan Halvorsen, una vez más en riguroso estilo, con gran virtuosismo en los diálogos, convirtiéndolos en un verdadero juego.
Al Romanticismo viajaron posteriormente, cuando Nicola Granillo interpretó la Introducción y Tarantella de Pablo de Sarasate, en la que el solista mostró gran sonido y expresividad, mientras exponía plenamente su virtuosismo.
Por supuesto que las ovaciones exigieron dos encore; primero una sensible versión de una Chacona de Henry Purcell y después una impresionante versión del movimiento final del Verano de las Cuatro Estaciones de Vivaldi, cerrando una jornada verdaderamente magnífica.
Gilberto Ponce. (CCA)
Lo vimos en un concierto en Cartagena de Indias, Colombia, S. A. ayer 17 de Enero del 2014, sobre la historia corta del violin en Italia. Interpreto La Campanella de Paganinini en forma espectacular, demostrando un virtuosismo increíble.
Concuerdo completamente on el comentario.