CARMEN CON EL SEGUNDO ELENCO.
Muchos de los elementos tan bien evaluados en la versión internacional, adquieren incluso mayor relevancia, al presenciar la segunda función, de la serie llamada “Estelar”.
Sin duda se trata de una excelente producción, con detalles acertadísimos en la régie de Emilio Sagi, los niños del coro, mucho más sueltos, recrean estupendamente sus juegos bélicos, incluidas enfermeras que atienden a los heridos, mientras cantan hermosamente.
Algo similar ocurre con el Coro del Teatro Municipal, pues en un lugar casi común, hay que volver a señalar, su excelencia de canto y maestría en actuación, sin duda, pocos teatros se pueden permitir un conjunto de tal profesionalismo.
La dirección de José Luis Domínguez, mantiene el carácter y fuerza del otro elenco, aunque, en esta ocasión, tuvo mayores problemas de concertación en algunas escenas colectivas, debido al apresuramiento excesivo de algunos de los comprimarios.
Esto sin duda creó un cierto quiebre en la continuidad dramática, salvado por el férreo control de Domínguez, y por supuesto por la fuerza de la música de Bizet.
No obstante la orquesta, mantuvo el buen nivel del estreno.
La mezzosoprano Evelyn Ramírez, que debutaba en el rol de Carmen, lo hizo con su cálida y bella voz , pero tal vez, en un intento por mantener siempre un timbre oscuro, caló pequeñamente en algunas frases agudas, en contraste, en aquellos de gran exigencia, triunfó ampliamente.
Creó una progresión dramática de su personaje; despreocupada, sensual, provocadora, a la vez que despreciativa al momento de enfrentar la muerte; también es importante, que haya bailado tocando castañuelas, en la escena de la taberna, el público aplaudió sin reservas sus intervenciones; sin duda se convertirá en una gran exponente del papel.
Pedro Espinoza (tenor) cantó como Don José, sus grandes triunfos fueron los actos finales, tanto en lo vocal, como en actuación; en los dos primeros, cantó con voz dispareja, brillante u opaco, y no fue convincente como actor, destacaremos su aria de La Flor y la enorme convicción de la escena final.
Escamillo fue cantado por el bajo-barítono Homero Pérez-Miranda, pensamos que el papel, no le acomoda en lo vocal, no brilló como en otras ocasiones, solo su extendido agudo final, en la Canción del Toreador, le valió grandes aplausos.
La soprano Paulina González, triunfó absolutamente en el rol de Micaela,a su actuación muy convincente, debemos agregar el manejo de su hermosa voz, con la que logra emocionar, una cantante a tener en cuenta.
El cuarteto de los amigos de Carmen (Frasquita, Mercedes, Remendado y Dancairo) fue cantado muy afiatado en lo vocal por Marcela González soprano, Marisol Hernández mezzosoprano, Pablo Ortiz tenor y Pablo Jiménez barítono, pero en cuanto al pulso, tendieron a desajustarse, debido a los adelantamientos del tenor, al que se acoplaba el resto, no sabemos la razón, pues se trata de cantantes de vasta experiencia.
Su actuación, en cambio, del más alto nivel.
Ya comentamos, la excelencia vocal y como actores de Ricardo Seguel y Patricio Sabaté, pues lo hicieron también con el otro elenco.
Al finalizar el público, ovacionó largamente una gran producción de una de las óperas favoritas, Carmen de Georges Bizet.
Como acotación extramusical, señalaremos, la conducta ejemplar de este público, que se mantuvo aplaudiendo, hasta que finalmente se cerró la cortina, en contrario al del estreno, donde una cantidad importante se retiró, apenas finalizada la última nota, y para colmo, despidiéndose aparatosamente.
Gilberto Ponce. (CCA)
Tuve la oportunidad de disfrutar la única función (estelar) dirigida por Pedro Pablo Prudencio el domingo 20 de mayo. Pude apreciar hasta sus mínimos gestos. No es fácil encontrar un director con tanta compenetración de la partitura y tal manejo de la orquesta, incluyendo la natural dificultad cuando el solista se sale del «tempo giusto».
Concuerdo con Gilberto Ponce en la excelente evaluación de Evelyn Ramírez a quien bien podemos comparar con Victoria Vergara cuando triunfó en 1978. Paulina González me hizo recordar a Verónica Villarroel cuando interpretó maravillosamente bien a Micaela en 1986. Este elenco chileno se merece el título de «estelar».