SORPRENDENTE ROMEO Y JULIETA ESTELAR.
En la hermosa puesta en escena de la ópera Romeo y Julieta de Charles Gounod, que se está presentando en el Teatro Municipal, presenciamos la primera función de la llamada Serie Estelar, donde participan principalmente cantantes nacionales.
Las consideraciones que hicimos para la Serie Internacional, en cuanto a la puesta en escena, siguen siendo válidas para esta versión, donde resultan aún más evidentes, algunas de las objeciones planteadas en el comentario anterior; como lo plano del vestuario en cuanto al color, o vestir a los Montesco, con trajes grises de apariencia deteriorados cercano a los harapos, cuando bien se sabe que se trata de otra familia noble.
También al presenciar una segunda función se acentúan las virtudes de la iluminación, un estupendo trabajo realizado por Michel Theuil, que exhibe una amplia gama de sutilezas, conseguiendo momentos de franca poesía.
Del mismo modo, nos parece que la certera y coherente règie de Jean-Louis Pichon, fue estupendamente asimilada por este elenco, que logró un parejo y natural desempeño.
La dirección musical de Yves Abel, vuelve a tener éxito en estilo y en el buen sonido de la orquesta, pero vuelve a destacar poco las cuerdas, o algunos fragmentos complementarios al canto; no obstante el valor de su trabajo es innegable, pues consiguió desarrollar el arco expresivo desde el prólogo, hasta la escena final, siendo particularmente exitoso al acompañar los dúos de los protagonistas.
El único extranjero en esta versión fue el tenor estadounidense Zach Borichevsky, quien fue Romeo, como posee una apostura física impresionante, el hecho de ser muy joven, resulta ideal para el papel; tiene una hermosa voz, de color parejo, con sólidos agudos, con la sola excepción de la nota final del aria Ah! lève-toi soleil, en la que mostró debilidad, tal vez debido a los nervios, ya que en los otros no presentó problemas.
Creemos que cuando tenga mayor madurez, esto se verá superado ampliamente, pues es muy musical, su actuación es natural y convincente; apasionamientos, temores, angustias, y desolación las refleja con naturalidad, y tal vez lo mejor en canto y actuación fueron sus dúos con Julieta, de resultados emocionantes.
En el caso de Julieta, nos encontramos ante una revelación, sin duda alguna esta es la mejor presentación que le hemos visto a Paulina González, por ello es que creemos, que está lista para enfrentar roles de mayor exigencia.
Tiene una hermosa y poderosa voz, acompañada de una extraordinaria musicalidad, maneja estupendamente las coloraturas; elementos entre otros, con los que creó un personaje entrañable, pues es una estupenda actriz; ejemplificaremos con la escena del balcón, en que realiza una progresión dramática soberbia, antes de su encuentro con Romeo.
Su manejo de la contención cuando recién conoce a Romeo, así como de la extroversión en la fiesta, o bien sus dudas antes de beber la pócima que le ha entregado Fray Lorenzo, la muestran como una cantante y actriz de gran madurez, a pesar de su juventud.
No cabe duda que los dúos de Paulina González con Zach Borichevsky, son de lo más hermoso que se ha visto y escuchado en el escenario del Municipal.
Ricardo Seguel fue ahora Fray Lorenzo, a su hermosa y cálida voz agrega una convincente actuación, llamó la atención su vestuario, más propio de un cardenal, que de un fraile menor.
Stéphano, lo cantó Marcela González quien a pesar de ser soprano supo adecuar su timbre, para asumir de mezzo, con estupenda voz y una sólida actuación. Patricio Sabaté fue Mercutio, como siempre impecable en voz y fonética, tanto como dando cuenta de sus notables dotes de actor; Diego Godoy perfiló con gran voz y prestancia escénica a Benvolio.
El señor Capuleto lo cantó con voz irregular -tal vez no es su papel- Carlos Guzmán, a favor, su actuación; Evelyn Ramírez demostró una vez más su gran profesionalismo, como Gertrudis.
Hemos visto en varias ocasiones a Leonardo Navarro, pero nunca con la madurez escénica y vocal mostrada en su rol de Tebaldo, sin duda, un cantante con méritos suficientes para otros papeles.
Cristián Moya, Arturo Jiménez y Cristián Lorca replicaron sus buenas actuaciones con el otro elenco.
Llamó la atención, que en los saludos finales, no aparecieran el coro, el ballet, ni los figurantes, que cumplieron una impecable y profesional actuación.
Los largos y merecidos aplausos reconocieron el gran desempeño de este Elenco Estelar.
Gilberto Ponce. (CCA)