RUSOS EN EL CAUPOLICÁN.

RUSOS FILARMÓNICOS EN EL CAUPOLICÁN.

Al finalizar su Temporada 2013, la Orquesta Filarmónica de Santiago, lo hizo esta vez en el amplio recinto del Teatro Caupolicán, que si bien permite una estupenda visión para todos los espectadores, no lo es tan favorable en acústica, debido a que tanto maderas como bronces y la percusión, tienden a sobresalir en demasía, lo que obliga a la batuta a manejar cuidadosamente el balance, para no perjudicar a las cuerdas, algo que en esta oportunidad, ocurrió en numerosas ocasiones.

José Luis Domínguez. foto visionescriticas
José Luis Domínguez. foto visionescriticas

José Luis Domínguez, dirigió el atrayente programa, en base a compositores rusos, con obras de singular atractivo, contando además con el plus, del debut del joven violinista coreano australiano Ray Chen, que deslumbró con su actuación.

Demás está decir, que una vez más el profesionalismo de la Filarmónica, les llevó a superar los inconvenientes logísticos, mostrando en todo momento el más encomiable profesionalismo, cuya máxima expresión fue su estupendo sonido.

Nikolai Rimsky-Korsakov. foto wikipedia
Nikolai Rimsky-Korsakov. foto wikipedia

La obertura de la ópera La novia del Zar de Nikolai Rimsky-Korsakov, que inició la presentación, si bien mostró en todo momento una gran calidad en sonido, no ocurrió lo mismo con el balance y el pulso en las partes rápidas, en las que se produjeron varios desencuentros; en contrario las partes lentas, fueron de gran lirismo y belleza.

Aram Khachaturian. foto youtube
Aram Khachaturian. foto youtube

Seguidamente se escuchó el hermoso y desafiante Concierto para violín y orquesta en Re menor, Op. 46 de Aram Khachaturian, en el que intervino el extraordinario solista Ray Chen, quien posee un poderoso y hermoso sonido, certera afinación, enorme musicalidad, que acompaña de un enorme despliegue técnico, estas razones habrían sido suficientes para una versión sensacional, siempre y cuando se hubiera contado con un acompañamiento más ajustado, en particular en pulso, por parte de la orquesta.

Ray Chen. foto mask9
Ray Chen. foto mask9

Al parecer Domínguez, no comprendió el enfoque y carácter que Chen tiene de la obra, pues no existió siempre una correspondencia entre solista y orquesta, además que en las partes rápidas, hubo frecuentes desajustes de pulso; aunque es justo decir, que en cuanto a sonido, este fue siempre de la mejor calidad.

En contrario, el segundo movimiento, Andante sostenuto, lo consideramos un logro total, debido a la gran coherencia de enfoque del solista y la orquesta, permitiendo que aflorara todo el lirismo que lo envuelve.

Ray Chen. foto hk-magazine
Ray Chen. foto hk-magazine

El extremo virtuosismo mostrado por Ray Chen en el movimiento final, que al igual que el primero es de enorme dificultad, provocó una enorme ovación de los asistentes, obligando al solista a entregar como encore, dos obras, una de Paganini y un entrañable  Bach.

Piotr Ilich Ychaikovsky. foto theguardian
Piotr Ilich Ychaikovsky. foto theguardian

La Sinfonía Nº 5 en Mi menor, Op 64 de Piotr Ilich Tchaikovsky, fue una versión de luces y sombras, donde las luces volvieron a presentarse en el sonido orquestal, con una noche estelar para los bronces.

La introducción del primer movimiento, mostró una articulación demasiado blanda, que se acentuó con la acústica, luego en la sección más rápida, el balance no permitió apreciar las figuras de las cuerdas, y el arco expresivo general fue difuso.

El segundo movimiento, que consideramos muy logrado, se inició con una sobresaliente participación del corno solista, que fue replicada luego por el oboe y el clarinete, en su diálogo con chelos y violas, cautivando por su gran expresividad.

Orquesta Filarmónica de Santiago, en el escenario del Teatro Municipal. foto visionescriticas
Orquesta Filarmónica de Santiago, en el escenario del Teatro Municipal. foto visionescriticas

En el Vals, que sigue, reaparecieron los problemas de balance, que casi amagan el logro general. En el movimiento final, que reexpone parte del material, del que podríamos llamar leit motiv de la sinfonía, tuvo momentos sobresalientes, con otros algo confusos, en particular en las partes más rápidas, en las que se produjeron varios desajustes de pulso, debido a que al parecer los músicos, no tenían referentes sonoros, que les permitieran escucharse.

José Luis Domínguez. foto bogota.vive.in
José Luis Domínguez. foto bogota.vive.in

En todo caso, el brillo de la obra y el entusiasmo de los participantes, logró una fervorosa respuesta del público presente.

Gilberto Ponce. (CCA)

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