ORQUESTA SINFÓNICA DE LA UNIVERSIDAD MAYOR

                                       UN EVENTO EXTRAORDINARIO.

En medio de la tensa situación que vive el país, que tiene a muchas personas abatidas por el pesimismo, con pocas señales que predigan certezas esperanzadoras, nos correspondió asistir a un concierto de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Mayor, en el Teatro Municipal de Las Condes, que fue de tal calidad, que como bien dijo alguien: esto es como para pensar, que el futuro no es tan negro como lo pintan.

El director Sebastián Espinoza, entra al escenario junto a la Orquesta de la Universidad Mayor. foto fundación TMLC

La orquesta está conformada por un sólido conjunto de jóvenes, que provienen del Conservatorio de la Universidad Mayor, que siguiendo la senda de las FOJI,  (Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles) la creación de ese visionario que fue Fernando Rosas, y que a lo largo de los años, ha cambiado la vida de muchos jóvenes de ambos sexos, tanto como las de sus familias; algo que sin duda, también ocurre con estos jóvenes del Conservatorio de la U. Mayor.

La presentación, fue una muestra cabal de la seriedad del proyecto, que está produciendo músicos sólidamente formados en la técnica instrumental, fomentando su musicalidad, y lo más importante encauzándolos en la seriedad de su trabajo, produciendo resultados como los escuchados en su presentación, los que con justa razón enardecieron de entusiasmo al público que tuvo el privilegio de escucharlos.

La Orquesta interpretando su versión de la obertura de Wagner. foto fund. TMLC

Para la universidad y su Conservatorio, esta orquesta debe ser un orgullo, y deja en claro la seriedad de un proyecto universitario, que aspira a la excelencia en todas las áreas, dejando atrás aquellas opiniones que miran con cierto desdén, los proyectos privados, que muchas veces con gran calidad, se vuelcan hacia la comunidad.

La Orquesta nace el 2009 como Orquesta de Cámara de la U. Mayor, iniciando labores de extensión, para posteriormente ampliarse hasta convertirse en la sorprendente Orquesta Sinfónica que es hoy, durante su desarrollo además de conciertos, han realizado giras y actividades didácticas de difusión.

La pianista Beatrice Berthold, interpretando las Variaciones de Chopin. foto F. TMLC

Sebastián Espinoza es su director desde el 2017, se trata de un talentoso joven, que ha absorbido inteligentemente, no solo su formación en la UC como alumno de contrabajo, pues sus diversas experiencias internacionales, que le han permitido trabajar con grandes maestros, le otorgan un plus a su innegable talento. Posee un gesto claro, que encuentra en sus músicos siempre una respuesta alerta, tanto en sus indicaciones de tempo, como en dinámica, notable es su manejo de los rubatto y los cambios de velocidad.

Otro aspecto que destacamos, es su cabal conocimiento del repertorio al que asistimos, sin vacilaciones ante su propósito, con un manejo ejemplar en la conducción de sus atentos músicos. Quisiéramos destacar al Concertino, un musical y dotado violinista de solo 16 años, como podemos apreciar, estamos ante uno de los conjuntos más prometedores en el campo musical.

Cada una de las familias, responde con el mayor profesionalismo, bello sonido y musicalidad, que hace que olvidemos que se trata de un conjunto juvenil universitario.

Beatrice Berthold, agradece luego de su estupenda interpretación de las Variaciones de    Chopin. foto F.TMLC

El programa consultó tres obras de gran exigencia, la Obertura de la ópera Los Maestros Cantores de Richard Wagner, las Variaciones sobre “La ci darem la mano” para piano y orquesta de Frederic Chopin, escrita sobre un dúo de la ópera Don Giovanni de Mozart y la Sinfonía Nº 8 de Antonin Dvorak.

La Obertura de Wagner, recibió una muy buena versión, no solo en el carácter, también lo fue en manejo dinámico, con ajustados contrastes dinámicos, en ella cada familia instrumental respondió de gran manera, las cuerdas con bello sonido y musicalidad, las maderas estupendas en sonido y en manejo de contrastes dinámicos y articulaciones, los bronces sorprendentemente sólidos en afinación y bello sonido, tal como también lo fueron las percusiones.

Seguidamente la destacada pianista alemana Beatrice Berthold, de gran trayectoria internacional y de fructífero trabajo en nuestro país, tanto como solista y docente en la Universidad Mayor, interpretó las Variaciones sobre “La ci darem la mano” de Chopin.

En ellas dio cuenta no solo de una gran técnica pianística, pues entregó toda su musicalidad al servicio de la partitura, no solo en las partes de bravura, ya que fue exquisita en las partes líricas; el acompañamiento Espinoza y la orquesta, fue muy ajustado al carácter que le impuso la solista, pues la batuta mantuvo un balance perfecto entre la solista y la orquesta, siguiendo además todas las ambigüedades rítmicas y dinámicas exigidas por Chopin.

La estupenda versión, arrancó ovaciones que obligaron a Beatrice Berthold a entregar como encore, un Vals del mismo Chopin.

Otro momento de la Obertura de Wagner. foto F. TMLC

El concierto finalizó brillantemente con la Sinfonía N.º 8 en Sol mayor de Antonin Dvorak, en la que el director consiguió una gran unidad de carácter y estilo en sus cuatro movimientos, con claridad de conceptos en cada uno de ellos, solucionando musical y certeramente los incesantes cambios de pulso y ritmo que existen, además de plantear precisos contrastes dinámicos.

El primer movimiento Allegro con brío, mostró sonido sólido y hermoso, particularmente en el “solo” de los chelos, al tiempo que los bronces fueron brillantes en su desempeño.

El segundo, que está marcado Adagio, pero que en verdad es más un Andante expresivo, dio cuenta de la belleza del sonido de las cuerdas en la introducción, antes de los diálogos de entre maderas, bronces y cuerdas, en un ensamblaje de impecables fraseos, debemos mencionar la hermosura del sonido de la flauta y oboe, que se complementa con el solo excelente del concertino, en el desarrollo predominó la expresividad.

Sebastián Espinoza, dirigiendo la Sinfonía de Dvorak. foto F. TMLC

Las cuerdas jugaron con elegancia en el Allegretto grazioso, que es el tercer movimiento, el resto de las familias complementó con eficaces diálogos el desarrollo de esta parte.

La fanfarria que da inicio al cuarto Allegro ma no troppo, mostró el poderoso sonido de las trompetas, antes de la entrada de los chelos (magníficos) que anuncian el desarrollo donde la orquesta ratificó todos los valores que hemos enunciado antes.

Las ovaciones del público que repletaba el Teatro Municipal de Las Condes, donde se desarrolló el concierto, fueron el justo tributo para este sólido conjunto de jóvenes que conforman la Orquesta Sinfónica de la Universidad Mayor, que sin duda llegarán a convertirse en un nuevo referente musical, de continuar el serio trabajo que han realizado hasta el momento, bajo la dirección de Sebastián Espinoza.

Gilberto Ponce (CCA)

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Joe Vega
Joe Vega
2 Años Hace

Excelente comentario .
Y orgulloso, pues mi nieta Alondra Garrido Vega, toca el oboe.

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