DESLUMBRANTE BRUCKNER EN LA SINFÓNICA.
En el último concierto de la Temporada de Extensión llamada CORPARTES, que la Orquesta Sinfónica de Chile realizó en el Teatro Municipal de Las Condes, se escucharon dos obras muy representativas de su respectivos períodos, el Barroco italiano y el Posromanticismo alemán, ocasión en que el conjunto universitario fue dirigido por el notable maestro israelí Ariel Zuckermann.
En la primera parte se escuchó una versión bastante particular del celebérrimo Gloria de Antonio Vivaldi, donde participaron las sopranos Denise Torre y Soledad Mayorga, junto a la mezzosoprano Ana Navarro, acompañadas de un pequeño conjunto instrumental.
Esta formación creó grandes expectativas, en particular debido a la reconocida calidad del conjunto profesional Camerata Vocal de la Universidad de Chile, que dirige Juan Pablo Villarroel; no obstante, pensamos que el enfoque de Zuckermann se alejó bastante del carácter del texto, marcándolo muy íntimo, reconcentrado y en dinámica piano o pianissimo, a ello se sumó velocidades bastante riesgosas, para varios de los números, produciéndose por lo tanto, varios desajustes de pulso entre instrumentos y coro.
Creemos que el enfoque de Zuckermann, tiende a lo instrumental, tratando del mismo modo las voces, por ello lo expresivo del texto, que asumen las voces tiende a desaparecer; no olvidemos que el Barroco, es particularmente expresivo, y Vivaldi, no escapa a ello.
La Camerata, muy contenida, no tuvo ocasión de mostrar su calidad vocal e interpretativa; en el caso de las solistas, el momento más logrado fue sin duda el aria para soprano Domine Deus, que cantó bella y finamente Denise Torre, contando con el musical diálogo del oboe de Guillermo Milla.
Algo similar ocurrió con el dúo Laudamus te cantado por la misma Denise Torre y Soledad Mayorga; en el Domine Deus, que es para contralto con coro, y que cantó la mezzosoprano Ana Navarro, fue afectado por la desafinación del chelo, y el diálogo con el coro, fue en extremo plano.
El aria Qui sedes, cantada nuevamente por Ana Navarro, resultó perjudicada por la afinación de las cuerdas, influyendo tal vez, en que su canto fuera muy inexpresivo.
La fuga final Cum Sancto Spiritu, fue cantada sólidamente y con bastante carácter por el coro, compensando una versión que en general fue demasiado plana, por ello el entusiasmo del público, fue apenas cortés.
Un notable cambio se produjo en la segunda parte, con la magnífica versión de la Sinfonía Nº 4 en Mi bemol mayor, llamada Romántica de Anton Bruckner, donde la Orquesta Sinfónica de Chile, volvió a maravillar con un estupendo sonido, constatándose en Zuckermann, una compenetración total con la obra.
El magnífico llamado del corno en su inicio, presagió la contundencia de la versión, donde la batuta manejó diestramente diálogos y fraseos, mientras los bronces dieron cuenta del gran momento por el que pasan.
Destacaremos además del primer movimiento, el hermoso sonido de las cuerdas y el diálogo de maderas con chelos.
El Andante que sigue, fue enfocado en forma sensible y profunda, enmarcado en un sereno desarrollo en su arco expresivo; no podemos dejar de mencionar la participación de la flauta y corno solista.
De extrema nitidez en las figuras, fue el Scherzo destacando sus coherentes contrastes dinámicos; el Trío fue enfocado bucólicamente, realzando aún más su carácter contrastante.
Sugerente en su manejo dinámico fue el inicio del cuarto, y de gran expresividad, al tiempo que se exponía inteligente y nítidamente la reexposición de los temas centrales.
El poderoso y bello sonido que la Sinfónica, logra en el Teatro Municipal de Las Condes, que logró ovaciones del público, nos hacen ver una vez más la imperiosa necesidad, que la orquesta cuente con un teatro de condiciones acústicas mínimas y adecuadas.
Una observación extramusical; no entendemos porqué el programa de mano, es tan escueto, tratándose de conciertos de extensión, cuando se supone que estos deben ayudar en la formación de nuevas audiencias; no existiendo ninguna información sobre; director, solistas, conjuntos, obras ni autores, creemos indispensable corregirlo en el futuro.
Gilberto Ponce. (CCA)