VOX HISPANA VIAJA AL RENACIMIENTO.
El conjunto Vox Hispana formado por la soprano Magdalena Amenábar quien además asume percusiones, Oscar Ohlsen en laúd, Octavio Hasbún flautas dulces y cromorno y Gastón Recart en viola da gamba, ha realizado a lo largo de varios años un interesantísimo repertorio que abarca desde la Edad Media hasta el Barroco, pasando por el Renacimiento, en programas donde muchas veces incorporan elementos teatrales. Otra característica destacable del conjunto es lo ajustado con que enfocan los estilos, palpable en cada uno de sus programas los que no pierden nunca interés.
El programa que aludimos se llevó a efecto en la Catedral Castrense, recinto hasta el que llegó un entusiasta público aficionado a la música antigua y conocedor del grupo, pero un accidente imponderable dejó fuera a Gastón Recart, por consiguiente quedaron sin el soporte de la viola da gamba, ante ello los artistas reaccionaron como se hacía en aquella época donde otro instrumento asume su parte, en este caso el laúd, de espléndido cometido, que no tuvo tregua alguna, y el canto y las flautas se adecuaron espléndidamente al problema, dando la impresión que el programa era para esa combinación.
En esta ocasión mezclaron obras para voz, algunas solo para instrumentos y se intercalaron textos que dieron luces sobre las obras, en este punto debemos destacar los exquisitos diálogos de la voz con el laúd o las flautas, en una fusión expresiva del más alto nivel.
La vasta experiencia de los artistas quedó ampliamente demostrada desde el convocante The Honie Suckle de Anthony Holborne, dando paso al sensible Full Fathom five de Robert Johnson cantado expresivamente por Magdalena Amenábar, que se contrastó con la vitalidad de Where the Bee Sucks del mismo Johnson.
Consideramos notable la progresión dinámico expresiva de los dos Anónimos (S. XVI) Blow, blow thy Winter Wind y el ensoñado Greensleaves.
Un salto a las obras italianas se inició con dos obras de Claudio Monteverdi, el sensiblemente expresivo Si dolce´l tormento y el teatral Maledetto sia l´aspetto.
Uno de los momentos más altos del interesantísimo programa llegó más tarde con Amor dormiglione de la única representante femenina, una de las pocas compositoras de aquella época, se trata de la sorprendente Barbara Strozzi, que se cantó con gracia expresiva.
Amarilli mia bella de Giulio Caccini, que contó con la magnífica introducción en flauta de Octavio Hasbún, se complementó con el bello canto de Magdalena Amenábar, para llevarnos al espíritu gracioso y danzable de Al fonte al prato, también de Caccini.
Las obras francesas de la última parte fueron un lujo de elegancia expresiva, destacamos el sentido teatral del Anónimo Hélas! Que je suis desolé, el sensual Le mois de Mai y el divertido juego de Je suis d´Alemagne.
Finalizaron la presentación con 3 Branles de Village de Robert Ballard y con el gracioso juego de Un jour que ma rebelle de Gabriel Bataille, que provocó los más extensos y entusiastas aplausos del público presente, reconociendo el como los artistas Magdalena Amenábar, Oscar Ohlsen y Octavio Hasbún, enfrentaron el atrayente programa, como parte del Ciclo de Conciertos de Parroquias que organiza la Corporación Cultural de Providencia.
Gilberto Ponce. (CCA)