ORQUESTA CLÁSICA USACH EN EL GAM.
En la magnífica Sala 1 del GAM, se presentó la Orquesta Clásica de la Universidad de Santiago, debido a que su sede habitual se encuentra tomada.
Bajo el rótulo Grandes Compositores, con la dirección general del maestro suizo Nicolas Rauss, participaron la solista en violín Alejandra Urrutia, el Coro de la Universidad de Santiago, que dirige Santiago Marín y el Coro Madrigalistas de la UMCE bajo la dirección de Ruth Godoy, y cuatro solistas vocales.
Tenemos entendido que no se tuvo oportunidad de ensayar en la sala, lo que explicaría algunos defectos de balance, y el nerviosismo que afloró en varias ocasiones, teniendo en cuenta la excelente acústica que delata cualquier inconveniente, como algunos problemas de afinación entre las familias instrumentales.
El compositor escogido fue Ludwig van Beethoven, abarcando un interesante abanico de obras de la más diversa factura, el concierto se inició con la Obertura del ballet Las Creaturas de Prometeo, donde la orquesta mostró hermoso sonido, aunque desbalanceado, en particular las maderas, que en general taparon el buen sonido y trabajo de las cuerdas, de gran rendimiento en las figuras rápidas; en consideración a los problemas señalados, se disculpan algunos sonidos crudos.
Alejandra Urrutia como solista en violín, abordó luego la hermosa Romanza para violín y orquesta, Op. 50, que tuvo en su inicio muchas inseguridades, en particular de afiatamiento entre la solista y la orquesta, mientras que Urrutia mostró afinación poco precisa.
Durante el desarrollo se solucionaron, lo que permitió apreciar la musicalidad de la solista, pero en la concertación general faltó precisión en los enlaces, dando la impresión que fueron insuficientes los ensayos.
Posteriormente la soprano Carolina Gammelstorff, canto el Aria de Concierto Ah, Pérfido, Op. 65, obra desafiante para la solista que requiere un acompañamiento muy certero; pensamos que esta obra, fue lo más logrado del concierto, al existir un férreo concepto de interpretación, donde solista y orquesta se complementaron en forma perfecta bajo el gesto musical y preciso de Nicolas Rauss.
Carolina tiene una hermosa voz, pero debiera manejar en mejor forma un vibrato que, que a veces ensucia su discurso musical, asimismo cuidar los ataques, para que su fraseo no atrase frases.
Consideramos que su interpretación fue expresiva y muy ajustada en carácter, desde el recitativo de inicio; la tercera parte, que recuerda a Gluck, permitió el despliegue vocal de la soprano, su manejo expresivo y sólidos agudos, para ello contó con la estupenda colaboración de la orquesta dirigida por Rauss, logrando una gran versión.
Finalizaron con la hermosa y a la vez difícil Misa en Do, Op. 86, obra que refleja la profunda y honesta religiosidad de Beethoven, en ella participaron como solistas Carolina Gammelstorff soprano, la mezzosoprano María José Uribarri, el tenor Iván Rodríguez y el bajo Nelson Durán.
Estos mostraron indudable musicalidad, pero fueron desfavorecidos por la ubicación en el escenario; Carolina Gammelstorff mostró algunas de las características del aria anterior, pero su musicalidad se menoscabó con la velocidad; el hermoso timbre de María José Uribarri, fue sólido en los concertados, pero lamentablemente una de sus partes cruciales, el qui tollis del Gloria, pasó casi inadvertido debido a su rapidez; Iván Rodríguez el tenor pudo lucir su hermosa voz en sus breves solos del Gloria, pero en las otras partes le faltó proyección; una grata sorpresa fue conocer la cálida voz de Nelson Durán el bajo, dueño de gran musicalidad.
También es preciso señalar que los estupendos coros USACH y Madrigalistas UMCE, mostraron una cuidadosa preparación, que no se vio reflejada en el resultado final, debido a la errática conducción de Rauss, quien al menos en esta obra, no dio cuenta de la musicalidad que le hemos visto en otros programas.
Tomó un tempo demasiado rápido, fue muy parejo en dinámica, lo que impidió que se manifestaran los contrastes, que en Beethoven son muy importantes, el texto no se vio reflejado en la interpretación, sobrando dureza, así como un exceso de forte o fortissimo.
En la mayoría de las partes, el autor pide cambios de pulso, de acuerdo a la intencionalidad del texto, algo ausente en esta versión; por ello encontramos el Kyrie muy externo, el Gloria y sus diferentes partes muy planas, en las dos fugas (Gloria y Credo), se produjeron desajustes con la orquesta, por una tendencia a correr el pulso.
El Credo, en general sin expresión, el dolido Crucifixus, pasó casi inadvertido, el Sanctus captó mejor el carácter, pero la breve fuga del hosanna fue tan rápida que se desfasó del pulso.
El Agnus Dei, se inició certero en carácter, que se perdió al llegar al dona nobis pacem.
En verdad nos inclinamos a creer, que el maestro Rauss, estuvo en un muy mal día, pues este resultado no se condice en nada con su trayectoria, ni hace justicia a la orquesta, coros y solistas.
Gilberto Ponce. (CCA)
Qué crítica tan mala leche la de Ponce. Basta leer a Donoso en El Mercurio (sab 13 julio 2013, pag A22) para darse cuenta que fue Ponce quién si tuvo un mal día el pasado miércoles.
Además, hay que aclarar que la presentación de los elencos de la U de Santiago en el GAM están pactados desde comienzo de Temporada, y no se debe a la ocupación de los estudiantes de la Casa de Estudios. Lo anterior tampoco impidió los ensayos de la Orquesta y el Coro, ya que si se realizaron en el Teatro Municipal de Maipú y en las dependencias de la FOJI.
Si se lee atentamente, se verán las coincidencias con la crítica de Jaime Donoso.