LA VISITA DE UN GRANDE, EVGENY KISSIN.
No cabe duda que, la visita a nuestro país del aclamado pianista ruso Evgeny Kissin, se transformará en uno de los hitos del presente año.
Kissin posee una versatilidad tal, que le permite abordar con igual éxito, obras de los más variados estilos, haciendo uso de su extraordinaria e impecable técnica, aplicada sin el menor aspaviento, haciéndolo además con las sencillez de los verdaderamente grandes.
Su exquisita musicalidad, se adapta a lenguajes tan variados, como el de Mozart y Albéniz o Granados, pasando por Brahms o Beethoven, que fueron algunos de los autores de su recital, ante un Teatro Municipal desbordante, que le ovacionó en cada una de las obras.
Con prodigiosa digitación, abordó primero la Sonata para piano Nº 10 en Do mayor de Wolfgang Amadeus Mozart, obra que en cierto sentido se aleja de la forma con que Mozart aborda sus obras, ya que introduce secciones muy contrastantes en carácter.
La versión, de gran finura manejó cada sección con impecables fraseos y articulaciones precisas, el segundo movimiento Andante cantabile, fue una joya de expresividad, sin apartarse jamás del estilo clásico, creemos que en esta parte, logró una interpretación de gran poesía; el jubiloso Allegretto, con que finaliza la obra, dio cuenta de un sereno virtuosismo.
Su versión de la Sonata, Nº 23, en Fa menor, op. 57, llamada “Appassionata” de Ludwig van Beethoven, en la que cambió drásticamente de estilo, fue poderosa en expresividad, con un exquisito manejo de los contrastes dinámicos, los diálogos entre ambas manos fueron de absoluta claridad, y la progresión expresiva, de cada movimiento fue resuelta en forma sensible, manteniendo un arco dinámico, constante desde el inicio al fin.
Priorizar una excelencia sobre otra es inoficioso, pero será difícil olvidar el Presto con que finaliza la obra, que provocó en el público, una explosión interminable de aplausos.
La segunda parte se inició, con 3 Intermezzi, Op. 117 de Johannes Brahms, que reflejan un romanticismo que alude a la melancolía profunda, con muy pocas secciones donde prima el optimismo.
Cada uno de ellos, fue enfocado en su carácter, jugando brillantemente con la polifonía de su autor, y enlazando musicalmente cada una de las secciones contrastantes, en un “canto” que a ratos, fue profundamente conmovedor.
Si esas alturas, la impresión causada por sus enfoques estilísticos había llenado de asombro, este aumentó cuando interpretó una selección de la Suite Española, Op. 47 de Isaac Albéniz, en las que mostró carácter certero, con toda la gracia hispana impresa en cada uno de los cuatro trozaos escogidos.
Su manera de manejar el rubato popular, la frescura de fraseos y acentuaciones, acompañada de exquisita musicalidad, fue un lujo de escuchar; al final de Asturias, con la que abrió nuevos mundos de interpretación, siguió sin pausa con ¡Viva Navarra! de Joaquín Larregla, obra vibrante en expresión, y de grandes dificultades técnicas, por supuesto que al finalizar, el público se levantó a ovacionarlo sin pausa, hasta que como primer encore, interpretó con maestría, una de las Danzas españolas de Granados, y como los presentes se negaban a abandonar el teatro, agregó una espectacular e impecable; Polonesa Heroica de Chopin, algo que hizo justicia a la obra luego que hace un tiempo, Lang Lang, lo hiciera en el mismo escenario, con una versión llena de notas falsas, en medio de pirotecnia bastante inútil.
Evegeny Kissin, motraba sin pudor su satisfacción, ante la calurosa respuesta de unos oyentes, que querían seguir disfrutando, ante eso interpretó con sutil elegancia, una de la Mazurcas de Chopin, finalizando un recital memorable, en el marco de los Espectáculos Extraordinarios, del Teatro Municipal.
Gilberto Ponce. (CCA)
Gilberto:
Totalmente coincidente con tu comentario, y en especial con tu referencia a Lang Lang…
Eso sí, quisiera acotar del deplorable estado del instrumento disponible, que no estuvo a la altura de un GRANDE como es Kissin. Algo que el Teatro Municipal urgentemente debe remediar, máxime que en dicho coliseo es periódica la presencia de importantes pianistas internacionales.
Hoy en día, los mejores pianos de concierto disponible sen Santiago están en el CEAC (formidable el nuevo piano adquirido) y en Corpartes (que si bien no es del mismo nivel del primero, pero es igualmente muy bueno).