LA SINFÓNICA ESTRENA ROMEO Y JULIETA.

ESTRENO SINFÓNICO DE ROMEO Y JULIETA DE HECTOR BERLIOZ.

Muy por debajo de las expectativas, fue el estreno de la “Sinfonía dramática Romeo y Julieta” de Héctor Berlioz, que  dirigió Nicolas Rauss a la Orquesta Sinfónica de Chile, junto a tres destacados solistas, la Camerata Vocal y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, que dirige Juan Pablo Villarroel.

Nicolas Rauss. foto emol

La ambiciosa y dispersa obra, es una especie de divagación en torno al drama de Shakespeare, solo al final, cuando Berlioz le entrega la responsabilidad dramática a Fray Lorenzo –personaje muy secundario, aunque importante para el desenlace-, la obra toma mayor unidad.

Esta dispersión, y su gran extensión, cerca de 95 minutos, obliga al director a un férreo dominio de sus siete partes, muchas de ellas con subdivisiones, tanto como con la multiplicidad de temas melódicos, algunos de ellos recurrentes.

Héctor Berlioz por Gustavo Doré. foto hberlioz

El ambicioso plan de Berlioz, pareciera tener dos componentes, que son solo en cierta medida complementarios; las partes sinfónicas y aquellas que cuentan con textos, en las que intervienen los solistas y el coro; y tal como planteáramos la verdadera fusión entre coro, solista y orquesta, se logra solo en la parte final, en la invocación a la paz que realiza Fray Lorenzo a Montescos y Capuletos, responsabilizándolos de la muerte de los amantes.

Orquesta Sinfónica de Chile y la Camerata Vocal y Coro Sinfónico, en otra presentación. foto panoramasgratis

La versión del día del estreno, evidenció falta de ensayos, pues fueron demasiadas las faltas de balance y desajustes de pulso, a manera de ejemplo, la “Fiesta en la casa de los Capuletos”, una de las partes más conocidas, donde las cuerdas casi desaparecen, por el excesivo volumen de maderas y bronces, además con una de las percusiones desfasada.

La intencionalidad dramática, se apreció en algunos momentos, como en la segunda parte “Romeo solo”, desperdiciándose en el Scherzo de la Reina Mab, donde la liviandad sugerida, apenas se concretó.

Las partes más extensas, sufrieron altibajos, con momentos planos en expresividad, contrastados con otros de gran musicalidad, destacaremos la intencionalidad de los violines, y la cuerda en general, por acercarse a las ideas de Rauss.

En las maderas, el oboe y la flauta solista cumplieron una muy buena presentación, el resto de la familia correctos; los bronces mostraron ataques sucios y sonido muy alejado de su nivel.

Juan Pablo Villarroel director de los Coros. foto visionescriticas

El concepto que Nicolas Rauss tiene de la obra, no se pudo percibir, pues se debió concentrar en mantener la cohesión instrumental, algo muy alejado de otras presentaciones que le hemos visto; este factor muestra con claridad, la necesidad de una mayor cantidad de ensayos, para una obra de tamaña complejidad.

La presentación se dividió en dos partes, el Prólogo y tres secciones, y el resto de las siete, en la segunda; en la primera, participó solo la Camerata Vocal, que canto con sus hermosas voces, pero en forma demasiado concreta, alejada de la sugerencia propuesta por la partitura.

Evelyn Ramírez. foto emol

El tenor Leonardo Pohl, cantó musicalmente su breve parte; Evelyn Ramírez, mezzosoprano lo hizo mezclada entre los violines, con su hermosa voz y musicalidad, acompañada muy bien por el arpa de Manuel Jiménez.

Patricio Sabaté. foto premioaltazor

Patricio Sabaté, fue Fray Lorenzo, convirtiéndose en uno de los triunfadores de la noche, su ajustado estilo, espléndida fonética y carácter al cantar, perfilaron excelentemente su personaje, en la interacción con el coro.

En la segunda parte, intervinieron en conjunto el Coro Sinfónico y la Camerata Vocal, mostrando sólida preparación, salvando ajustadamente los escollos de tesitura, y en su favor diremos, que la experiencia ganada al cantar tantas obras, les permitió llevar a buen término, un desajuste importante en una de las secciones.

Su final tremendamente expresivo, acompañado de una orquesta, que al parecer, se sentía más cómoda, con el sólido Patricio Sabaté, consiguieron que la obra llegara a buen término.

No obstante, creemos, que este estreno quedó con demasiadas deudas, tanto con Berlioz, como con el público.

Gilberto Ponce. (CCA)

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Jaime Torres
Jaime Torres
12 Años Hace

Gilberto:
Muy de acuerdo. Vi la función del sábado, y más-menos ocurrió lo mismo que mencionas.
Creo que Rauss tiene una excelente conceptualización de la obra, pero fue EVIDENTE que debió concentrarse en sacar adelante la concertación de la misma.
La orquesta tuvo la cantidad normal de ensayos para cualquier concierto de repertorio. Pero aquí, no se trataba de cualquier obra, sino de un trabajo extremadamente complejo y que requería del doble de ensayos. Eso habla muy mal de quienes programaron la obra. Y lo peor, es reiterado que la Sinfónica esté abordando repertorios complejos con una cantidad exigua de ensayos, amén de una cantidad INORGÁNICA de programas (casi 35 programas distintos (considerando desde la temporada de enero) , la mitad de los mismos, con fuertes exigencias. Creo que este sistema de trabajo va a ahogar a los músicos y jamás tendremos una orquesta con la excelencia y estándares europeos, norteamericanos o bien de las mejores orquestas centro y sudamericanas. Seguiremos con lo que tenemos, que no es malo, pero sin saltos cualitativos importantes. Si no se dispone de una pauta de ensayos que favorezca más el estudio personal, y en consecuencia de una mejor asimilación de las obras, entonces veo muy mal el panorama de la Sinfónica. Al parecer, todo por satisfacer una irritante cultura de maximización de la producción, de la cual, sabemos bien en el caso del arte, no se aplica con los criterios economicistas de cualquier ámbito fabril: Es MUY DISTINTO maximizar la producción químicamente económica que la producción artística, son mundos distitnos, aunque sí es posible que las autoridades encargadas de la gestión de lo artístico usen algunas herramientas de los modelos administrativos (que son universales, pero siempre en base al respeto de la esencia del producto, que por lo demás es lo que debe primar, pues allí está el foco de atención…), y para ellos se deben adaptar dichos modelos a las realidades, conceptualizaciones y debidas complejidades inmanentes de cada rubro. En este caso, la música, claramente el camino va por otro lado, y presionando con esta inorgánica programática, tendremos músicos reventados y con un nivel que nunca va a mejorar. Es tarea de las autoridades cambiar de rumbo.
Un muy atento saludo,
Jaime Torres Gómez

Claudio
Claudio
12 Años Hace
Responder a  Jaime Torres

Jaime se tomó el tiempo para ofrecer un comentario sólido, se agradece.

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