LA ORQUESTA SINFÓNICA NACIONAL DE CHILE CUMPLE 84 AÑOS DE VIDA.
Uno de los conjuntos más emblemáticos de nuestro país, celebra sus cumpleaños durante el mes de enero, que corresponde al de su fundación, nos referimos a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile que este año cumplió 84 años de fructífera existencia, durante los cuales han pasado por su podio todos los grandes directores chilenos y algunas de las más famosas batutas extranjeras las que sería largo detallar, pero no podríamos dejar de recordar al Maestro Víctor Tevah quien estuvo al frente de ella por largos años en diversos períodos. Dejando como uno de sus legados el estreno y grabación de gran cantidad de obras de compositores chilenos.
En cuanto al programa de “celebración”, este dejó una sensación de mezquindad, primero fue bastante breve en cuanto a música, tal vez para dejar espacio a los inevitables discursos con su predecible sucesión de lugares comunes, salvo en el homenaje al maestro Juan Pablo Izquierdo, presente en la sala, a quien se le reconoció su gran labor con la orquesta. Dos de las tres obras son obras de menor peso musical, aunque hermosas y complejas en su brevedad, entonces el desconocido concierto de Weber resultó una grata sorpresa además de ser la de mayor envergadura.
Efraín Vidal interpretando el concierto para fagot de Weber foto Gloria Henríquez
- Ya es una tradición que en este concierto sea solista el ganador de un concurso interno, interpretando alguna obra para su instrumento el que toca junto a la Sinfónica, este año resultó triunfador el fagotista Efraín Vidal quien fuera alumno de José Molina antes de perfeccionarse en el extranjero, el que también es fagotista de la orquesta, Vidal que ahora es contrafagot del conjunto, fue el interprete del hermoso y complejo Concierto para fagot y orquesta de Carl María von Weber, obra en la que su autor explota al máximo todas las posibilidades del instrumento, obra que posee diálogos muy interesantes con la orquesta, mientras que al fagot le pide una enorme cantidad de articulaciones, resueltas en forma brillante por Vidal, quien de memoria abordó la obra.
Efraín Vidal agradeciendo las muestras de admiración del público foto Gloria Henríquez
Vidal posee una natural musicalidad y extrae de su instrumento no solo bello sonido, pues maneja con soltura los contrastes dinámicos, al tiempo que posee un poderoso sonido que a veces se impone fácilmente a los numerosos tutti orquestales, la obra responde muy bien al estilo de Weber y nunca pierde interés. Su marcial primer movimiento que posee una larga introducción Vidal ya mostró su completo dominio técnico desarrollado con expresividad, no obstante en el acompañamiento del maestro Rodolfo Saglimbeni, hubo escasa correspondencia entre las articulaciones del solista con las de la orquesta.
En el hermoso Adagio que sigue si hubo más concordancia de fraseos y articulaciones entre el solista y el conjunto, el Rondó- Allegro permitió a Efraín Vidal desplegar todo el virtuosismo del que es capaz, movimiento en el que algunas de sus secciones presentan enormes dificultades todas resueltas con pasmosa facilidad por Vidal, los estruendosos aplausos le permitieron ofrecer como encore un atrayente movimiento de Jazz acompañado por algunos miembros de la orquesta; sin duda se trata de uno solista que quisiéramos escuchar nuevamente con otros autores.
Rodolfo Saglimbeni dirigiendo La Valse de Ravel. foto Gloria Hemríquez
Solo 22 minutos duraron las obras de la segunda parte, que fue dedicada al Impresionismo, con obras de Claude Debussy y Maurice Ravel, el Preludio a la siesta de un fauno del primero y el Poema coreográfico La Valse de Ravel, en las que un Saglimbeni inspirado contagió a sus músicos, consiguiendo versiones notables. Toda la sensualidad y ambigüedad sonora, con contrastes dinámicos expresivos de una sutileza y levedad muy de acuerdo a lo exigido por una partitura que no soslaya el erotismo, fue la obra de Debussy..
Luego finalizaron con ese homenaje al Vals vienés que es el fondo la obra de Ravel, donde queda en evidencia el formidable orquestador que fue su autor, la obra para gran orquesta se desarrolló en un continuo de una progresión expresiva, que no perdió nunca tensión, la orquesta con hermoso sonido y muy afinada, respondió a cada una de las indicaciones de Saglimbeni a quien se le vio con su mayor potencial como director, dando así en medio de clamorosas y merecidas ovaciones fin a la celebración del cumpleaños de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile.
Gilberto Ponce (CCA)
Pienso que como en cualesquier forma de arte, el sonido de un instrumento en la musica,adquiere su real importancia cuando suena en el mismo rango escrito por el creador de una obra musical, es decir, cuando corre a la par del feeling del autor y con todas las indicaciones de la partitura . El fagot como el cello tienen a mi modo de ver y oir un sonido mas versatil para lograr esa simbiosos entre la musica en la pauta y el sentido de su creacion. En este concierto de Weber queda claramente de manifiesto. Ciertamente tratare de encontrar alguna grabacion del Sr. Vidal para comparalo con el exquisito review del quien escribio la nota critica.
Muchas gracias, me habría gustado leer los puntos suspensivos
Iñaki ahora si está completo el texto, muchas gracias