LA ISLA ENCANTADA, UNA FANTASÍA BARROCA.
(Llegada de Neptuno cantado por Plácido Domingo) foto visionescriticas
Continuando con las transmisiones en directo, desde el Met de New York, hasta el Teatro Nescafé de las Artes, se ofreció en esta oportunidad “La Isla Encantada”, una fantasía barroca o un pasticcio, como se conoció en el siglo XVII, cuando se popularizó el espectáculo, que consistía en mezclar diversas melodías de óperas y de otros géneros, creando un argumento nuevo, el que también podía resultar de la mezcla de otros.
El músico y creador, de textos para musicales Jeremy Sams, fue el encargado del libreto y la selección de la música de ocho compositores barrocos, y de géneros tan dispares, como óperas, oratorios, cantatas, himnos, motetes, ópera-ballet y ballet.
Los fragmentos utilizados pertenecen a Haendel, Vivaldi, Rameau, Leclair, Campra, Purcell, Ferrandini y Rebel.
Sin duda, que al texto le falta la poesía propia del período, no obstante es eficaz en su propósito argumental, asimismo no siempre existe coherencia al mezclar, los diversos trozos musicales, a manera de ejemplo, la unión entre el Himno “Zadok the Priest” y el aria siguiente, en contraste, existen muchos momentos muy logrados.
El éxito de la producción radica fundamentalmente, en los siguientes factores, una producción escenográfica (Julian Crouch) y de vestuario (Kevin Pollard), de prodigiosa creatividad, que se sustenta en la iluminación de Brian MacDevitt, y en la excelente régie de Phelim McDermott.
El otro aspecto destacable, es la conjunción de una gran cantidad de cantantes de primera línea, entre los que se cuentan Joyce DiDonato, Plácido Domingo, Lisette Oropessa, Danielle De Niese, David Daniels, los que junto a otros seis, encarnan a los protagonistas, de esta historia, que mezcla en forma coherente, aspectos de “La Tempestad” y “Sueño de una noche verano” ambas de Shakespeare.
Un tercer elemento, que pudo ser tal vez el plus mayor, es William Christie, el afamado director, reconocido como uno de los grandes intérpretes de la música del barroco, él fue quien fundó “Le Arts Florissants” punto de referencia en la interpretación barroca; recordamos hitos, tales como la ópera “Las Indias Galantes” de Rameau, o su grabación de la Gran Misa de Mozart, según los patrones del rococó.
Nos obstante los pergaminos, su abordaje a esta “Isla Encantada”, no fue el más afortunado, solo en las partes de ballet, consiguió de la orquesta, un pulso y sonido barroco, acorde con su trayectoria, y en las partes cantadas, en más de una oportunidad, hubo desfases con los solistas, y con sonido orquestal poco perfilado.
Tal vez el encontrarse, frente a muchas obras, sacadas de sus contextos o por último, un mal día, algo muy posible, que no se puede superar plenamente.
Probablemente este factor, haya pasado desapercibido para muchos, al ser cautivados, al igual que todos, por la increíble puesta en escena.
Joyce DiDonato, fue una estupenda Sycorax, transitando sin problemas tanto por la tesitura, como por los diversos estados emocionales de la bruja.
Neptuno, no pudo encontrar mejor intérprete, que Plácido Domingo, su prestancia escénica y su línea de canto, demuestran, la absoluta vigencia de uno de los artistas más completos de la actualidad, y de todos los tiempos; dato no menor, ese día cumplió 71 años.
El contratenor David Daniels, encarnó a Prospero el Duque de Milán, con sabiduría escénica y gran manejo de las coloraturas.
Ariel, que es el equivalente a Puck, del “Sueño de una noche de Verano”, fue asumido con una mezcla entre humor y astucia, por Danielle De Niese,recordemos que es quien debe, enredar y desenredar, muchas de las situaciones.
Encantadora con bella voz y estupenda presencia escénica, fue Lisette Oropesa como Miranda, que espera con ansias, al elegido por su padre (Prospero) para que se case con ella, este será el príncipe Ferdinando, que fue cantado por el contratenor Anthony Roth Costanzo, el papel exige poco en actuación, pero sí una sólida línea de canto, que fue muy bien resuelta por el joven solista.
Luca Pisaroni, se transfiguró en Calibán, el torturado hijo de Sycorax, y esclavo de Prospero, con espléndida actuación y potente en lo vocal
Los cuatro jóvenes amantes Helena (Layla Claire), Hermia (Elizabeth Deshong), Demetrio (Paul Appleby) y Lisandro (Elliot Madore) enfrentaron sus enredos con soltura y gracia, aunque creemos que Claire y Madore fueron más convincentes.
En resumen, una producción que será recordada, por la creatividad y magia, que regaló en forma inagotable, encantando a los espectadores, del Teatro Nescafé de las Artes.
Gilberto Ponce. (CCA)
muy de acuerdo,yo fui una de las espectadores que no me di cuenta de los desfases o problemas ,gocé muchísimo de todas maneras y viendo al increíble Placido cantando tan bien .