FASCINANTE CENICIENTA DE SARA NIETO.
En estos días se está presentando una fascinante, además de muy entretenida versión del ballet La Cenicienta, a cargo del Ballet Teatro Nescafé de las Artes, que dirige Sara Nieto, este cuenta con música de Johann Strauss hijo, siendo la coreografía de la misma Sara Nieto, en un trabajo, que termina por convertirla en una coreógrafa de fuste.
Ella con su compañía, ha sido capaz de adaptarse perfectamente, a las reducidas dimensiones del escenario del Nescafé de la Artes, extrayendo lo mejor de muchos de sus noveles integrantes.
En esta ocasión, cada uno de ellos, ha dado contundentes muestras de su avance en lo técnico, tanto como en el hecho de comprometerse en actuación, factor que le otorga un plus al espectáculo.
Sara Nieto, adaptó la partitura de forma tal, para que se preste completamente a su idea coreográfica, convirtiéndola en un discurso coherente, que maneja con destreza contrastes, progresión dramática y sentido del clímax.
Además fue capaz de conseguir que cada uno de los bailarines, en las escenas de conjunto, asumiera un rol determinado y coherente con la acción.
Como buen espectáculo destinado a la familia, incorpora elementos del mejor humor, con situaciones que encantan a los más pequeños, tanto como a los adultos, que en conjunto aplauden sin reservas, y enorme entusiasmo, este estreno mundial de la danza.
En la funcional y hermosa escenografía de Germán Droghetti, el bello vestuario de Ruth Proboste, que juega con estupendos contrastes de color, y contando con la estupenda iluminación de Pedro Sandoval, se desarrolla la historia, que incorpora algunos cambios, como que el Príncipe, es transformado en un joven y rico artista, mientras que el rol del Hada, es ocupado por el Padre de Cenicienta, que en espíritu llega en ayuda de su hija, mientras que la Madrastra y Hermanastras, son asumidas por tres varones, en geniales caracterizaciones, que transforman su maldad, en graciosos tics, que cautivan a los presentes.
Los protagonistas Cenicienta y Gustav, fueron asumidos, en la función que presenciamos, por la estupenda y hermosa Catalina Duarte, que a su sólida técnica, agrega un encanto y gracia, que la proyectan como una gran solista; mientras que Lucas Siqueira fue el enamorado, bailando con gran presencia escénica y sólida técnica, ambos mostraron tanto en sus dúos como en solos, prestancia, precisión y carácter al delinear sus personajes.
Pablo Berchkahan, fue la Madrastra, en un rol más bien de pantomima, dueño de una estupenda presencia escénica, cuenta con una gesticulación de enorme gracia, algo similar ocurre con las Hermanastras, personificados por Iván Aránguiz y Sebastián Bravo, ellos son geniales en su caracterización, transformándose en unas creíbles y malcriadas envidiosas, realizando además con gracia, sus irónicas alusiones a la danza clásica.
Gabriel Nilo, crea un notable personaje, como el Espíritu del Padre de Cenicienta, y de gran simpatía fue Andrés Herrera como el Mayordomo, un buen estereotipo de un Modisto estuvo a cargo del gracioso Walter Branada.
Un papel de gran importancia en lo dancístico, fue realizado con gran solvencia y presencia por Isabel Barras y Andrea Cisternas, que junto a David Arias y Ederson Teaiva, dan vida a las dos parejas solistas.
El resto de la compañía, en un nivel muy homogéneo, realzando un espectáculo que cautiva desde su inicio, sin perder nunca su interés, tanto por su brillo, como por la danza a la que se adiciona la precisa dosis de humor.
Esto explica la eufórica reacción del público, incluyendo a los más pequeños, que sin duda gozan sin cesar, del inmortal cuento.
Gilberto Ponce (CCA)