HOMENAJE RUSO A MOZART.

CUARTO CONCIERTO FILARMÓNICO.

Un programa de enorme interés fue el ofrecido en el cuarto concierto de la Temporada de la Orquesta Filarmónica de Santiago, en el coliseo de Agustinas.

Bajo la dirección de Konstantin Chudovsky, escuchamos dos obras que rinden homenaje a uno de los grandes de la música de todos los tiempos Wolfgang Amadeus Mozart, por parte de sendos compositores rusos.

Piotr Ilich Tchaikovsky. foto allmusic

Piotr Ilich Tchaikovsky, otro de los grandes, lanza su mirada al genio de Salzburgo a través de su Suite Mozartiana, correspondiente a la Nº 4 en Sol mayor, op. 61, que es una perfecta síntesis entre el lenguaje de Mozart y el estilo de Tchaikovsky, acogiendo el compositor toda la finura del austríaco, por ello todas aquellas ampulosidades propias, desaparecen para dar paso a una obra de gran transparencia, y que al menos en nuestros escenarios, es injustamente olvidada.

Chudovsky logró una estupenda respuesta de sus músicos, con perfecto balance y ajustado engranaje en todas aquellas pequeñas miniaturas melódicas y rítmicas que veces se presentan, por ello fue posible escuchar nítidamente cada uno de los motivos centrales en la Gigue, que da inicio a la obra; en el Menuet que sigue destacaron los musicales diálogos entre maderas y cuerdas, sostenidos por unos recuperados cornos que mostraron bello y pastoso sonido.

Preghiera se titula el tercer movimiento, aquí Tchaikovsky utiliza como base el Ave Verum Corpus mozartiano, en un tratamiento de gran delicadeza que conserva el espíritu original, la respuesta instrumental fue de extrema musicalidad y alada en el final.

Nicolai Rimsky-Korsakov, compositor de Mozart y Salieri . foto wikipedia

Tema con variaciones, es su movimiento final en el que el compositor alude de manera irónica el humor de Mozart, parte que es de gran dificultad por los contrastes de todo tipo y por las verdaderas filigranas que debe desarrollar la orquesta, en sus permanentes juegos entre familias que aparecen incesantemente.

El balance instrumental logrado permitió seguir cada variación en su elegancia, a manera de ejemplo la sección de las cuerdas con el glockenspiel, o la perfección del solo de violín en su diálogo con la orquesta, asimismo las estupenda frases del clarinete solo.

El final con guiños de júbilo y porqué no decirlo, franco humor, cerraron una versión que fue larga y entusiastamente aplaudida por los asistentes.

Mozart y Salieri en el film Amadeus. foto wikimedia

En la segunda parte se escuchó, lo que al parecer sería estreno en Chile, hablamos de la ópera de cámara Mozart y Salieri de Nicolai Rimsky-Korsakov, que se inspira en un texto teatral de Aleksandr Pushkin, que provocó además de la citada ópera, la obra  teatral Amadeus de Peter Shaffer, quien posteriormente escribió el guión del aclamado film del mismo nombre.

Interesante resulta que Shaffer utiliza al igual que Rimsky-Korsakov, citas textuales de la obra de Pushkin.

Pavel Chervinsky (Salieri) e Igor Morozov (Mozart) en plena función, de espaldas Konstantin Chudovsky dirigiendo a la Filarmónica. foto Patricio Melo

La ópera que no posee arias, contiene monólogos y diálogos entre Salieri y Mozart cuyo acompañamiento orquestal crea los ambientes para esta relación que delata la envidia que carcome a Salieri, llevándolo a querer envenenar a Mozart.

Dos estupendos cantantes rusos asumieron los roles, Igor Morozov el tenor fue Mozart y el barítono Pavel Chervinsky asumió como Salieri, en una minimalista puesta que incluyó algo de escena, destacando un toque de fino humor, cuando Mozart cuenta a Salieri que pasando por una taberna, un ciego tocaba música suya, no pudiendo evitar invitarlo, entonces Mozart se dirige hacia el segundo concertino Tiffany Tieu, quien con anteojos negros y caminando como ciego, toca ante Salieri música del genio austríaco.

Mozart (Igor Morozov) dirige su música y observan Salieri (Pavel Chervinsky) y Konstantin Chudovsky, a la derecha de Mozart, Tiffanty Tieu, el músico ciego. foto Patricio Melo

La música retrata muy bien el carácter contrastante de ambos personajes, apoyado por una acertada Filarmónica conducida (de memoria) por Chudovsky, logrando captar la atención a lo largo de sus 45 minutos.

Emocionante resulta la alusión al Réquiem, que Mozart pareciera no querer escribir; en resumen las hermosas y poderosas voces de ambos cantantes, con su actuación e histrionismo lograron entusiasmar a un público que exultante aplaudió largamente a todos los intérpretes, con una obra que innovó en la programación con el más alto nivel de calidad.

Gilberto Ponce. (CCA)

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Elisa Álvarez
Elisa Álvarez
7 Años Hace

Plenamente de acuerdo con tus comentarios,por supuesto que los análisis que haces escapan a mi escaso conocimiento de música,por lo mismo los encuentro tan esclarecedores para aficionados como yo.El desarrollo del concierto fue un absoluto goce ,me gustó mucho que estén escogiendo obras que en Chile o no se dan oyó al menos no las conocía.La obra Mozart y Salieri fue muy hermosa además de sorprendente con incluir algo de actuación que enriqueció mucho la obra.Los dos cantantes buenísimos e histrionicos en sin exagerar.Como siempre el maestro Chudovsky logra grandes resultados de los músicos y eso se refleja en la respuesta entusiasta y justa del público.

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