GUSTAVO MIRANDA TRIUNFA EN EL MUNICIPAL.

GUSTAVO MIRANDA CON PASO FIRME A LAS LIGAS MAYORES.

Desde hace varios años hemos seguido con bastante atención la carrera de Gustavo Miranda, pudiendo constatar sus grandes y sólidos progresos, en el difícil y competitivo mundo de los intérpretes en piano.

Ahora al presenciar el magnífico recital que acaba de ofrecer en el Teatro Municipal, en el ciclo Grandes Pianistas, creemos que fue un acierto incluirlo en este ciclo, que tiene acostumbrado al público a escuchar grandes nombres internacionales.

En un día poco propicio, con marchas y desórdenes en el centro, Miranda logró casi llenar el coliseo capitalino, confirmando las grandes expectativas que los aficionados tenían respecto de él, algo que el joven artista ratificó plenamente.

Las grandes ovaciones que recibió para cada una de sus interpretaciones, fueron la justa retribución para un trabajo que se intuye serio y concienzudo, apoyado en su gran musicalidad; junto a la admiración que provocó, fue reconocida la sobriedad corporal que evidenció, algo que antes molestaba a cierto segmento del público, aunque se reconocía su enorme talento, este aspecto fue otra evidencia de los cuidadosos pasos que está dando como intérprete.

El difícil repertorio abordado, dio muestras de la madurez alcanzada a sus solo 22 años, en particular, porque entregó nuevas luces interpretativas, dejando de lado histrionismos inútiles y poco musicales, tan queridos por algunos pianistas, aún más creemos que concientemente se alejó de cualquier falsa espectacularidad.

Primero interpretó los bellísimos 4 Impromptus Op. Póstumo 142, el primero en Fa menor, lo inició con un sensible crescendo al inicio, para luego ir destacando cuidadosamente cada una de las voces, manejando estupendamente contrastes y progresiones, la sección central bellamente emotiva, luego en la reiteración temática la expuso sutiles diferencias.

Lleno de serena luz fue la primera sección del segundo en La bemol mayor, mientras que las variaciones fueron cambiando inteligentemente de carácter, mientras que mostraba una sorprendente y pulcra digitación.

La poesía impregnó el tercero en Si bemol mayor, cuya melancolía deja entrever algunas sombras, a través de algunas de sus amplios motivos.

En el cuarto en Fa menor, Miranda no cedió a la tentación de hacerlo a gran velocidad, para provocar gran impacto, al contrario lo retuvo con extrema musicalidad, marcando contrastes en un gran arco expresivo. La versión fue largamente ovacionada por el público debido a su carga emocional.

El mundo pianístico de Alexander Scriabin, no ha sido demasiado frecuentado por los pianistas, debido a sus enormes dificultades técnicas, que algunos consideran abrumadoras, y eso es lo primero, luego viene el problema de la interpretación, que abarca un estilo que incluye desde el romanticismo hasta el modernismo; de estas consideraciones partimos para analizar la sorprendente versión de la Sonata Nº 3 en Fa sostenido menor, que realizó Gustavo Miranda.

En ella se apreció ahora un gran peso sonoro, y una abrumadora técnica, que implica desentrañar las abigarradas armonías, contrastándolas con claras melodías, que se intercalan con bruscos cambios de ritmo.

En el Allegretto fueron nítidos los arabescos y las progresiones hasta el fortissimo, el Andante se marcó con un carácter impresionista, que a ratos es ensoñado; mientras que en el Presto con fuoco final, desplegó un virtuosismo, que no le impidió destacar voces ni diálogos; sin duda la versión da cuenta cabal del grado de madurez alcanzado por Miranda.

La Fantasía en Do menor, Op. 17 de Robert Schumann, que bien puede ser considerada una sonata, por su división en tres partes, le llevó a otra cambio de estilo, ahora fue el triunfo del romanticismo.

Aquí manejo diestramente las tensiones, como elemento expresivo, para mostrar lo íntimo y lo extrovertido, pasando de lo sutil a lo ampuloso, para ello manejó articulaciones y fraseos en un desafiante arco expresivo, resuelto magníficamente.

Lo heroico contrapuesto a secciones que calificaremos de lúdicas, y otras cercanas a la delicadeza del lied, caracterizaron la segunda; el tratamiento sereno de la tercera parte, se asimiló a una canción sin palabras en expresividad, mientras desarrollaba una expresiva progresión.

Incansables fueron los aplausos, para saludar a este joven chileno que se encamina a paso firme a las ligas mayores.

Gilberto Ponce. (CCA)