ELENCO UNO DE LA TRAVIATA DE G. VERDI. (Segunda función)
Es de justicia relevar los esfuerzos, realizados por las autoridades del Teatro Municipal de Santiago, en su afán por devolver a este, la mayor normalidad posible, en su programación habitual, esfuerzos que han sido retribuidos por el público, que ha acudido en gran medida, e incondicionalmente a sus presentaciones.
Todas ellas, de acuerdo a las condiciones dictadas por la pandemia, afortunadamente la ocurrencia de dos hechos, se han transformado en buenas noticias, el primero, es que una gran cantidad de los espectadores, corresponde a personas que recién se asoman a estos espectáculos, siendo estimulante, el entusiasmo que muestran frente a ellos, el segundo, es que los aforos ya permiten una mayor cantidad de espectadores, por lo que ver el teatro, casi totalmente lleno, se convierte en un gran estímulo tanto para los artistas, como para el mismo público.
Violeta (Francesca Sassu) y Alfredo (Long Long) en una escena. foto Patricio Melo
En relación a La Traviata, hicimos consideraciones sobre la “puesta en escena” con el elenco 2, que no reiteraremos, refiriéndonos solo al desempeño del elenco 1, al que presenciamos en su segunda función.
No obstante, previamente nos vemos obligados a manifestar nuestro entusiasmo, frente a los cuerpos estables, en este caso la Orquesta Filarmónica de Santiago (Roberto Rizzi-Brignoli y Pedro Pablo Prudencio) y el Coro del Teatro Municipal (Jorge Klastornick), que muestran una calidad que enorgullece, su hermoso sonido y afinación, la musicalidad y entrega incondicional, son muestras de un trabajo constante y dedicado, que el público reconoce ruidosamente.
Giorgio Germont (Javier Arrey) y Violeta (Francesca Sassu). foto Patricio Melo
La soprano italiana Francesca Sassu que cuenta con una nutrida presencia internacional, dio vida a Violeta, lo hizo con una poderosa presencia escénica, que le permite transitar sin problema alguno por los diversos estados emocionales de la protagonista, además, cuenta con un registro muy amplio, timbre muy hermoso y parejo, además de manejar con soltura y musicalidad las coloraturas.
Creemos que Violeta es un rol que le acomoda, pues su manejo y evolución del personaje lo consideramos del mejor nivel.
Otro aspecto donde destaca, es el ámbito de la actuación, la que sin llegar a extremos inútiles, es natural y convincente.
La fortaleza y desparpajo, del primer acto, y su aria “siempre libre”, fue su primer éxito; luego la veremos transformándose en el segundo, donde hace surgir la humanidad, que en verdad es propia de Violeta -el dúo con Germont fue espléndido-, la que volverá a aparecer en el desgarrador acto final –notable su aria “adiós al pasado-, mientras que antes antes en la fiesta en casa de Flora, la vemos debatirse ambiguamente entre el horror ante el peligro que puede correr Alfredo, y la firmeza en mantener su compromiso, de alejarse de él.
El público no escatimó ovaciones, para celebrar el gran desempeño que tuvo en el escenario.
Germont (Javier Arrey) es enfrentado por Alfredo (Long Long) foto Patricio Melo
El tenor chino Long Long, fue un apasionado Alfredo, destaquemos, que además es muy buen actor, con gran presencia escénica, él es de aquellos que cantan y actúan con todo el cuerpo, pero al mismo tiempo con con gran naturalidad, tiene hermosa voz, potente y agudos firmes, sus dúos y arias, le significó cosechar grandes éxitos, que fueron ruidosamente celebrados por el público, su segundo acto fue espléndido, particularmente en la evolución sicológica de Alfredo, que va desde, el dichoso por el amor que en ese momento está viviendo, hasta el atónito y enfurecido, al no comprender el porqué ha sido abandonado; luego en casa de Flora, su imprecación a Violeta, frente a todos, fue de fuerza arrolladora, para finalmente quebrarse ante el inevitable fin de su amada.
Flora (Evelyn Ramírez) coqueteando con dos amigos. foto Patricio Melo
Javier Arrey el barítono chileno, que es otra de las promesas en el extranjero, fue Giorgio Germont, mostrando hermosa voz y musicalidad, algunas de sus grandes cualidades, no obstante creemos, que en esta oportunidad, en cuanto a expresividad, estuvo al debe, sobre todo en lo corporal, si comparamos como lo fue el resto de los protagonistas, tal vez el formato de concierto semi actuado no le acomoda, y sin duda, esto le jugó en contra en esta ocasión.
Flora, la amiga de Violeta, encontró en la mezzosoprano chilena Evelyn Ramírez, la intérprete ideal, vocalmente impecable y como actriz adueñándose, dentro de su breve rol, de las escenas donde le correspondió actuar.
Final del tercer acto, donde todos condenan la ofensa que Alfredo le hizo a Violeta, en la fiesta en casa de Flora. foto P. Melo
Una muy acertada Annina, fue Paola Rodríguez, mientras que, con profesionalismo se desempeñaron en sus respectivos papeles, Gonzalo Araya, Arturo Espinoza, Pedro Alarcón, junto a Eleomar Cuello (Barón Duphol), Alexis Valencia y Francisco Salgado, que también lo hicieron en el otro elenco.
Annina (Paola Rodríguez) anuncia a Violeta (Francesca Sassu) la llegada de Alfredo (Long Long) que se acerca desde el fondo. foto Patricio Melo
Dos versiones, de una de las óperas favoritas del público, que sigue conmoviendo al igual que siempre, a un público que rinde ante ella, y que en esta oportunidad, con sus propios valores en cada versión, consiguió un triunfo de envergadura, ante un público que no ahorró ovaciones de entusiasmo.
Gilberto Ponce. (CCA)