GELBER Y PRZYTOCKI EN EL MUNICIPAL.

RACHMANINOV Y BRAHMS  EN EL MUNICIPAL.

Un programa de gran atractivo de público, fue la quinta fecha de la Temporada 2011 de la Orquesta Filarmónica de Santiago, en ella se tuvo la oportunidad de conocer al sólido director polaco Pawel Przytocki, y escuchar una vez más a Bruno Gelber, el famoso pianista argentino.

Pawel Przytocki. foto filharmonia.krakow

Sergei Rachmaninov, es uno de los compositores favoritos de todos los públicos, debido a una latencia sensible, que llega directo al corazón, tiene legiones de incondicionales de sus conciertos para piano y orquesta, por ello no es de extrañar que con la conjunción de su nombre junto al de Bruno Gelber, convocara a la gran cantidad de publico que llenó el Municipal el día jueves.

Bruno Gelber. foto sindicatohq

El “Concierto N° 3 para piano y orquesta en Re menor, Op. 30” de Sergei Rachmaninov, es considerado, como uno de los que presenta mayores dificultades de interpretación, tanto en lo técnico, como en expresividad.

Caricatura de Sergei Rachmaninov. foto elcuervolopez

La versión ofrecida fue de alto nivel, demostrando la vigencia de Gelber, que aporta toda la sabiduría que otorga la madurez, propia de sus años de carrera artística.

Su interpretación derrocha expresividad, algo que le cuesta muy poco, pero la condición imprescindible para el éxito, es la presencia de un director, que sea lo suficientemente musical, y tenga sintonía con el solista para desentrañar las claves de la obra; en este caso Przytocki no pudo estar mejor escogido.

La obra, que respira una libertad en la forma, acercándose bastante a lo rapsódico, obliga a concertar pulsos, para abordar todos aquellos cambios de velocidad y carácter presentes permanentemente.

Manos de Sergei Rachmaninov. foto psicojo.tripod

En esta oportunidad, Bruno Gelber enfatizó los temas amplios, permitiéndose incluso algunos ralentando novedosos, que fueron replicados certeramente por la batuta.

Calificaremos de sereno y lírico el tema cantábile del primer movimiento, que se contrasta con lo rítmico del segundo, y donde tal vez, como producto de los múltiples cambios de pulso que posee, hubo algunos desajustes con el solista, que no ensombrecieron el vuelo romántico impreso por Gelber y la orquesta.

Bruno Gelber en acción. foto losandes

La Cadenza de este movimiento, mostró toda la capacidad de virtuoso que posee Gelber.

El hermoso sonido de la orquesta, abrió el segundo movimiento, destacando el sonido de las cuerdas y el oboe solista, enlazando con la exquisita musicalidad del solista, posteriormente en los diálogos orquesta- solista, lograron excelentes juegos de contrastes, también debemos alabar el desempeño de maderas y cornos.

El tercero que irrumpe sin pausa, mostró al inicio, pequeñas dudas de pulso en el piano, que fueron superadas prontamente, presentando una unidad de enfoque en el carácter, que realzó más aún los valores de la sección, tanto como la excelencia de los intérpretes. Toda la sección final fue tan notable, que al finalizar, el público no escatimó ovaciones, tanto para Bruno Gelber y la orquesta estupendamente conducida por Przytocki.

Johannes Brahms. foto caminodemusica

En la segunda parte se interpretó la “Sinfonía N° 4 en Mi menor, Op. 98” de Johannes Brahms, dando cuenta de la capacidad y enorme musicalidad de Pawel Przytocki, quien con mucha sabiduría logró que la orquesta, que muestra una alarmante escases de integrantes en la familia de las cuerdas -solo 10 violines I y II, y 4 contrabajos-, pudiera enfrentar de la manera más exitosa el desafío.

Manejó los balances cuidadosamente, sin pedir a los violines que sobre tocaran, para no afear el sonido, por ello la versión, fue una síntesis de lo romántico, con gran lirismo y musicalidad, con preciso concepto en los arcos melódicos y expresivos, pausas, fraseos, dinámica; el conjunto le respondió derrochando profesionalismo, y exhibiendo un hermoso sonido, que ya se está convirtiendo en una constante.

Johannes Brahms joven. foto redmayor

Por ello, y no es culpa ni del director ni los músicos, en varias secciones, le faltó el peso que exige Brahms.

Luego del predominantemente lírico primer movimiento, vino el entrañable segundo, con la belleza sonora de cornos y maderas, el tercero fue vital y cantábile, el cuarto brillante, con gran manejo de los contrastes dinámicos y de carácter; en fin, un verdadero triunfo para el director y la orquesta.

Pawel Przytocki. foto mck.tarnow

Pensamos que Pawel Przytocki es un director que vale la pena volver a ver, y pronto.

Gilberto Ponce. (CCA)

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Constanza Couve P.
Constanza Couve P.
12 Años Hace

Primero que todo felicitaciones por la página, constituye una muy buena instancia para hablar de música y comentar nuestras impresiones respecto a conciertos.

Humildemente discrepo un poco respecto al concierto ofrecido en el Teatro Municipal los días jueves y viernes recién pasados. He asistido a numerosos conciertos del pianista argentino Bruno Gelber y lo considero un excelente intérprete: técnicamente es muy hábil y en otras ocasiones ha ofrecido conciertos con bastante emotividad. Lamentablemente este jueves para mí fue desconcertante su interpretación del Concierto Nº3 de Rachmaninov. Considero que fue una interpretación muy técnica, desprolijamente acelerada, con muchas notas falsas y exceso de pedal. La descordinación con la orquesta generó además diálogos confusos que convirtieron un concierto extremadamente romántico, en uno carente de expresividad. No logró robarme ni un solo suspiro.

En cuanto a la orquesta, considero que ha mejorado notablemente respecto a los últimos dos años y sin duda el director Przytocki logró extraerle el mejor sonido. Disfruté muchísimo más la Sinfonía Nº4 que el por todos amado Concierto Nº3.

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