EXITOSO ELENCO ESTELAR.

EL ESTELAR COSÌ FAN TUTTE.

Ya al abrirse el telón de la versión Estelar de Così fan Tutte la ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, donde los tres protagonistas masculinos se encuentran en un Baño Turco (Hamán), ya se pudo visualizar el carácter de comedia chispeante que posee esta deliciosa y compleja ópera.

Ferrando (Santiago Bürgi) atrás y Guglielmo (Eleomar Cuello) exiben su cuerpos ante un espejo sostenido por un asistente del Hamám. foto Patricio Melo

No olvidemos que Ferrando y Guglielmo pregonan a quien quiera escucharles, que sus enamoradas Fiordiligi y Dorabella son un modelo de fidelidad, lo que provoca la burla de Don Alfonso, un filósofo mayor; y es precisamente este tipo de comentarios que junto a los de negocios o bien simples pelambres, los que se escuchan en estos recintos, donde los hombres se sienten con la libertad de expresarse mientras son atendidos por los asistentes o bañeros, por ello no es extemporáneo ubicar allí esta escena.

Fiordiligi (Andrea Aguilar) y Dorabella (Evelyn Ramírez) luego de despertar comentan sobre lo maravillosos que son sus novios. foto Patricio Melo

Santiago Bürgi (Ferrando), Eleomar Cuello (Guglielmo) y Patricio Sabaté (Don Alfonso), se movieron a sus anchas, saliendo a las duchas o bien haciendo algo de ejercicio, mientras cantaban y discutían con Don Alfonso, sobre la apuesta de este, en la que afirma que ellas serían infieles, si se les presenta la oportunidad, y así se cumpliria la norma: “cosí fan tutte” o bien “así lo hacen todas”, que postula Don Alfonso, donde se comprobó lo buenos comediantes que estos cantantes son.

Fiordiligi (Andrea Aguilar) y Dorabella (Evelyn Ramírez) en el dúo sobre el amor que sienten por sus enamorados. foto Patricio Melo

En la cama donde duermen las hermanas Fiordiligi (Andrea Aguilar) y Dorabella (Evelyn Ramírez), estas se despiertan alabando las cualidades de sus enamorados, sin saber que la conspiración de los tres hombres ya está en marcha.

Pronto llegará Don Alfonso comunicando que sus novios deben partir al instante al campo de batalla por una orden real, casi no hay tiempo de despedirse, y ellas desesperadas lloran y Dorabella incluso intentará suicidarse, haciendo pensar a los novios, que ya tienen ganada la apuesta, esta escena, uno de los numerosos concertatos, fue exquisita en humor y musicalidad.

Don Alfonso (Patricio Sabaté) falsamente conmovido, comunica a las hermanas que sus novios deben partir al campo de batalla. foto Patricio Melo

Don Alfonso ha sobornado a la criada Despina (Patricia Cifuentes) quien con desenfado se burla del dolor de las hermanas, cuando les dice, deberían aprovechar la oportunidad para así tener nuevos amantes, ellas se sienten ultrajadas con esa sola idea, pero luego al llegar sus novios disfrazados de albaneses, intentando cada uno seducir a la novia del otro, algo aparentemente inútil, no obstante Dorabella comienza a flaquear, su hermana en cambio parece inconmovible (aria come scoglio, como una roca).

Los albaneses fingirán incluso un intento de suicidio para conquistarlas, hasta que al final ambas aceptarán a sus nuevos amantes, para desilusión de Ferrando y Guglielmo que comprueban que sus novias sí podían ser infieles, Don Alfonso les invita a casarse con ellas para castigarlas, en medio de esta boda falsa, con Despina disfrazada de Notario, se escuchan acordes marciales anunciando la vuelta de los antiguos novios, pero luego, todo se descubre para felicidad de todos, con los novios perdonando y Don Alfonso con Despina celebrando haber ganado la apuesta, con dinero de por medio.

La cantidad de enredos y situaciones requiere de un elenco que juegue con desparpajo, todas las incidencias contradictorias, con prestancia humorística y vocal, en este aspecto el elenco fue un triunfador absoluto, que asombró en su comicidad, arrancando incluso carcajadas del público, mientras que en lo vocal demostraron la más absoluta solvencia.

Pedro Pablo Prudencio dirigió impecablemente a la Filarmónica de Santiago, una vez más de magnífico desempeño, a su vez el director manejó progresiones y fraseos entre solistas y orquesta, en un todo que conquistó ampliamente al público que ovacionó a todos los interpretes.

Don Alfonso (Patricio Sabaté) soborna con un regalo a Despina (Patricia Cifuentes) para que colabore en la apuesta. foto Patricio Melo

Andrea Aguilar sigue mostrando sus avances tanto en lo vocal como en actuación, su Fiordiligi fue excelente en sus grandes arias y logró transmitir todas las dudas emocionales de su rol. Evelyn Ramírez entregó su vasta experiencia en el papel de Dorabella, sus arias y dúos fueron certeros y de gran musicalidad, y como es excelente actriz triunfó en toda la línea.

Patricia Cifuentes fue exquisitamente histriónica como Despina, en un papel muy complejo en lo vocal, que resolvió con la sabiduría y experiencia que posee.

Dorabella (Evelyn Raamírez) es conquistada por Guglielmo (Eleomar Cuello) vestido como falso albanés. foto Patricio Melo

Santiago Bürgi fue un Ferrando muy empoderado, si bien su voz no es grande, la maneja inteligente y diestramente, se complementa muy bien con el resto, con el agregado que es muy buen actor. Sin duda Eleomar Cuello ha dado pasos enormes tanto en el desarrollo de su hermosa voz, como en actuación, todo en él resulta natural, sus dúos y concertatos fueron entre otros momentos, un gran éxito.

Patricio Sabaté, dio el perfil exacto para el cínico rol de Don Alfonso, sin mostrar un gran despliegue vocal, que no es necesario, destacó con su progresión semi malvada para lograr ganar la apuesta.

Todo el elenco, de pie las monjas asistentes del Médico, aquí transformado en Monja de la Caridad (Patricia Cifuentes) y Don Alfonso (Patricio Sabaté), semi sentadas Fiordiligi (Andrea Aguilar) y Dorabella (Evelyn Ramírez), en el suelo Ferrando (Santiago Bürgi) y Guglielmo (Eleomar Cuello) luego del falso intento de suicidio de los supuestos albaneses. foto Patricio Melo

Debemos destacar en todos la precisión en los numerosos concertatos, algunos de gran dificultad vocal, mientras actuaban con realismo y simpatía; asimismo nos parece de justicia realzar el desempeño de los dos figurantes por su profesionalismo como actores en las diversas acciones que representan, disfrazados hasta de monjas de la caridad. Del Coro repetimos los conceptos para la versión internacional.

Una función que fue larga y justicieramente ovacionada, cuyos puntos débiles en la puesta en escena los analizamos para la otra versión.

Gilberto Ponce. (CCA)

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