ENSAMBLE INSTRUMENTAL DE GRANADA

ENSAMBLE INSTRUMENTAL DE GRANADA

TEMPORADA FUNDACIÓN BEETHOVEN.

Continuando la “Temporada Internacional de Conciertos Fernando Rosas” organizada por la “Fundación Beethoven”, que este año se realiza en el “Teatro Nescafé de la Artes”, le correspondió presentarse al “Ensamble Instrumental de Granada” conjunto en extremo afiatado a pesar de haberse formado recién en el año 2006.

Sus integrantes son muy jóvenes y musicales, logran diálogos instrumentales de gran factura con un natural instinto para los balances sonoros y su acercamiento a los estilos es solvente.

Sin desmerecer al resto, destacaremos el desempeño extraordinario de Andrea Kim, la primera de los violines.

INNOVACIÓN PROGRAMÁTICA.

Algo que llamó la atención, fue el programa, este incluía obras de Monteverdi, Mendelssohn y Mozart, muy alejado el primero de los dos restantes, pero más sorprendente fue el hecho que se anunciara que los «Tres Madrigales» de Claudio Monteverdi, que aparecían como iniciando el programa, se interpretarían como una especie de “preludio” de las otras dos obras.

Entonces antes del “Cuarteto en La menor Op. 13 N° 2” de Félix Mendelssohn, se interpretaron sin interrupción dos de los madrigales, que se enlazaron con el cuarteto, la única relación aparente fue la tonalidad y algo del carácter expresivo.

La versión para cuarteto de cuerdas de ambos madrigales fue de gran finura, adaptando muy bien la sonoridad de los instrumentos al estilo del canto, en seguida y sin pausa dieron un salto en el estilo al enfrentar el primer movimiento del cuarteto de Mendelssohn, quedando en evidencia un mayor peso sonoro y una expresividad de alto vuelo.

El «Adagio non lento” fue cuidadosamente íntimo, destacando su desarrollo dinámico, luego vino el encantador y elegante fue el “Intermezzo” muy bien ejecutado, posteriormente el movimiento final fue una verdadera exaltación romántica, con uso notable de los contrastes y buen manejo de la progresión dramática, para llegar luego al desolado final que logró conmover profundamente al público.

La segunda parte del concierto consultó el hermoso “Quinteto de Cuerdas N° 3 en Sol menor, KV 516” de Wolfgang Amadeus Mozart, donde al igual que en la primera parte, incluyó antes de su inicio el tercer Madrigal de Monteverdi a cinco voces, este destacó por la claridad de los diálogos entre las diferentes voces, así como por los contrastes dinámicos y expresividad, luego y sin pausa atacaron el primer movimiento “Allegro” del Quinteto de Mozart, mostrando un estupendo fraseo, destacando sutilmente cada una de las voces,  en el más puro estilo clásico pero subrayando la atmósfera un tanto inquietante que lo envuelve.

En contra de lo tradicional, un Mozart maduro y en la plenitud de sus condiciones, decide como segundo movimiento un “Menuetto-Allegretto”, que a pesar de su carácter más optimista, no elude algún tipo de armonía que será común en el romanticismo, el contrastante “trío” que es su parte central sirvió para aquilatar la maestría de los visitantes.

El “Adagio” que es de una ascética belleza, nos condujo a través de su enfoque oscuro y dramático a las profundidades de los dolores del genio, su último movimiento “Finale: Adagio-Allegro” luego del expresivo lento con que se inicia, da paso al allegro en forma de rondó que tiene un carácter menos pesimista que los movimientos anteriores.

La versión fue del más alto nivel, de gran precisión en los ataques y cortes, así como en las intenciones expresivas, que terminaron por rendir a un publico que no se cansó de aplaudir a un conjunto que sin duda ocupará un lugar de la mayor importancia en el mundo de los intérpretes.

Gilberto Ponce (CCA)

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