VERSIÓN ESTELAR DEL ELIXIR DE AMOR DE GAETANO DONIZETTI.
Las últimas versiones de los elencos de la llamada Ópera Estelar, son una clara demostración que en nuestro país se pueden realizar estupendas versiones, contando en su mayoría con intérpretes chilenos, por ello que las largas ovaciones al finalizar la presentación de El Elixir de Amor de Gaetano Donizetti, confirman la afirmación.
En la hermosa, sencilla y muy eficaz escenografía de Ramón López y Germán Droghetti, quien además diseñó el vestuario, se desarrolla la règie de Filippo Crivelli, en una revisión de Rodrigo Navarrete, en un trabajo de excelente factura, que posee una enorme cantidad de detalles del mejor gusto; cuando se producen escenas de conjunto, todos los participantes, se encuentran en diversas acciones, pero interactuando entre ellos, a manera de ejemplo; los que pescan en el río, los asistentes de Dulcamara, protegiendo el vehículo de su patrón, o bien tratando de robarle, o la vieja que llega decrépita, y al beber el elixir, se recupera milagrosamente, esto por solo mencionar algunas, lo que nos lleva a pensar, que Navarrete es una persona muy idónea para realizar trabajos en otras óperas.
Su manejo de los protagonistas, realizando sutiles cambios, a partir de sus características personales, demuestra una gran inteligencia, que se traduce en dos versiones de igual encanto, en sus pequeñas, pero importantes diferencias.
Nada está al azar, y el hecho de presenciar en más de una oportunidad este trabajo, nos permite apreciarlo y valorarlo en una justa dimensión; lo realizado con el coro y los figurantes, es de los mejor que hemos visto en ese escenario, si a ello sumamos el complemento de la iluminación, del mismo Ramón López, estamos ante una sumatoria notable.
Por otro lado, el hecho que un mismo director esté a cargo de las dos versiones, le otorga una gran coherencia de carácter, y aunque Antonello Allemandi, se ajusta a los requerimientos de cada uno de los solistas -por ejemplo en las coloraturas-, no pierde su enfoque general.
La orquesta vuelve a reeditar el gran trabajo mostrado en la versión internacional, mencionaremos las ornamentaciones de los instrumentos a solo.
El elenco tiene solo un extranjero, se trata del tenor ruso Anton Rositskiy, debutante en Latinoamérica actuando en el rol de Nemorino, en él es apreciable un bello material vocal, musicalidad y notable expresividad, tiene gran facilidad para las coloraturas y estupenda presencia escénica; cantó en forma íntima y hermosa “Una furtiva lágrima”, consiguiendo grandes ovaciones; sin duda se trata de un solista que desearíamos volver a escuchar.
La soprano Pamela Flores, fue una encantadora y hermosa Adina, ella posee bellísima voz y agilidad en las coloraturas, solo objetamos algunos agudos, en los que perdió en algo el control.
La picardía en los dúos con Nemorino y Belcore, y su entereza con Dulcamara, la muestran como una estupenda actriz.
Sergio Gallardo, barítono fue un genial Dulcamara, no solo en lo vocal, pues su reconocido desplante escénico, lo convirtió en uno de los grandes triunfadores, supo cambiar la forma de canto y actuación según los dictados del libreto.
La reconocida solvencia de Patricio Sabaté, le hizo triunfar una vez más, ahora como Belcore, actuando con simpática arrogancia, frente a las mujeres que quiere conquistar.
Andrea Aguilar, fue Giannetta, haciéndolo con bastante chispa, hermosa voz y estupenda actuación.
El Coro del Teatro Municipal, en la excelencia acostumbrada, en lo vocal y actuación; genial el coro femenino, cuando saben de la herencia que recibirá Nemorino.
Un gran cierre de Temporada, con una de las obras maestras de la ópera bufa y el bel canto.
Gilberto Ponce. (CCA)
Muy de acuerdo, vi la última función del elenco estelar (sábado) y realmente quedé muy contento, incluso me gustó mucho más la dirección de Allemandi en comparación a la del primer elenco, el cual acusó disparidades.
Y en cuanto a Pamela Flores, pienso que si bien tiene estupenda presencia escénica, hermosa voz y musicalidad, sin embargo me pareció un tanto dispareja su emisión, coloraturas no bien resueltas y con una tirantez en los agudos que destemplan la línea de canto. Seguramente, considerando sus fortalezas, con una debido perfeccionamiento (idealmente en el extranjero) estos puntos débiles los irá puliendo.
Saludos atentos,
Jaime Torres Gómez