PODEROSA Y TEATRAL CARMINA BURANA EN EL MUNICIPAL.
Difícil pensar que existan personas que no conozcan al menos la poderosa introducción de Carmina Burana el oratorio escénico de Carl Orff, que ha sido utilizada en innumerables eventos de la más variada índole, pero la obra completa triunfa sin contrapeso tanto como concierto o como ballet, llevando a legiones de espectadores a los lugares donde se programa.
Bien podríamos pensar que tamaña utilización terminaría por agotar el interés, pero en contrario, se mantiene como una de las obras más populares de todos los tiempos, incluso se la ha considerado música adictiva, por crear verdadera necesidad de escucharla una y otra vez, y con públicos de todas las latitudes.
En nuestro país durante décadas estuvo asociada al Ballet Nacional, por la coreografía de Ernst Uthoff que triunfó no solo en Chile, también lo hizo ampliamente en el extranjero, coreografía que por razones que desconocemos la dirección del ballet, la retiró de su repertorio.
No se crea que Carmina Burana por ser tan popular es una obra fácil, ya que es muy compleja en ritmos para la orquesta, muy exigente con el coro y a los solistas les impone monumentales desafíos en tesitura y expresividad, y por supuesto requiere de un director que pueda adentrarse no solo en lo técnico, fundamental es captar plenamente su espíritu.
Hemos escuchado muchas versiones ramplonas que poco aportan, y aunque siempre el público se rinde ante ellas, sus falencias de interpretación en esos casos dejan un sabor extraño.
El Municipal de Santiago, ofreció una serie de cuatro conciertos a cargo de la Orquesta Filarmónica de Santiago, el Coro del Municipal de Santiago, junto a tres solistas todos bajo la dirección de Pedro Pablo Prudencio.
Las ovaciones, gritos y pataditas que se extendieron por más de diez minutos dieron cuenta del impacto causado por esta versión, la última de las cuatro funciones.
Creemos que Pedro Pablo Prudencio ofreció una versión que se alejó de lo rutinario, buscando acentuar el carácter de los textos, que generalmente se agrupan en tres estrofas, esto significó cambios sutiles en el enfoque para cada estrofa, entregándole fuerza vital a la versión, del mismo modo, el como manejó los conceptos dinámicos entregó novedad a muchas secciones, tanto como algunos acelerando o retardando que incidieron en su extrema vitalidad.
Asimismo la prolongación de algunos finales en las percusiones, o en la vibración de las cuerdas jugaron un rol de gran expresividad, también destacaremos el hacer surgir algunos solos o grupos de instrumentos, que aportaron al enriquecimiento de la versión.
El Coro del Municipal de Santiago dirigido por Jorge Klastornick cumplió un poderoso a la vez que sutil rol, con inflexiones, acentuaciones y cambios dinámicos que se complementaron con una espléndida dicción, sería muy detallar la suma de logros.
Aludíamos a las enormes dificultades para los solistas, en este caso creemos que los tres fueron muy adecuados para enfrentar sus partes; la soprano Patricia Cifuentes que a su hermosa voz, añade un exquisito manejo de los conceptos dinámicos, atacó con dulzura el inicio del Cours d´Amour, acompañada por un grupo de sopranos del coro cantando a la manera de voces blancas, luego puso la picardía necesaria en el dúo con barítono y coro, y deslumbró en toda la sección que antecede al final con sus exquisitos matices.
Javier Weibel el barítono, mostró gran despliegue en la tesitura manejando su bello timbre acentuó los textos de cada una de las estrofas que le toca cantar, aún más en la Taberna se dio maña en actuar al cura borracho, deleitando por la finura del retrato.
Algo similar realizó el tenor Patricio Saxton que asumió el lamento del cisne que se está asando para ser comido por los borrachos de la Taberna, el esquiva el falsete cantando con su voz que debe exigir al máximo, logrando perfilar plenamente su personaje.
El público siguió la versión con expectación y gran silencio para luego explotar en entusiasmo cuando aún no finalizaba el último acorde, mostrando así su beneplácito ante el desempeño del más alto vuelo artístico, mostrado por todos los intérpretes bajo la dirección de Pedro Pablo Prudencio en esta notable versión de Carmina Burana de Carl Orff.
Gilberto Ponce. (CCA)