EL BANCH ESTRENA “BARROCO” EN EL BAQUEDANO.
Una atractiva propuesta realizó el BANCH (Ballet Nacional Chileno) con “Barroco” la última coreografía de su director Mathieu Guilhaumon, realizada con la colaboración de Millaray Lobos en dramaturgia y puesta en escena, la que contó con la escenografía e iluminación de Andrés Poirot y el vestuario de Carolina Vergara, al equipo anterior se sumó la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por el director invitado Pedro Pablo Prudencio.
El Banch en un momento de a coreografía. foto Jacqueline Uribe
Pensamos que en esta oportunidad se realizó un acertado acercamiento al período barroco, en particular en torno al claroscuro, contrastes y movimiento, todo en base a una acertada selección de fragmentos de obras de diversos compositores del período, las que fueron estupendamente interpretadas por la orquesta, incluyendo dos excelentes intervenciones del musical Jorge Marabolí en violín barroco, primero al comienzo con una canción de Tarquinio Merula en arreglo para violín y bajo continuo y después cerca del final una de las Sonatas del Rosario de H. I. Franz von Biber, que se agregaron a otras partituras de Haendel, Rameau y Lully entre otros.
Es importante hacer notar que, a pesar que este no es el repertorio usual de la orquesta, las obras fueron interpretadas en riguroso estilo, mérito del director y de los músicos participantes.
El director Pedro Pablo Prudencio dirigiendo a la Sinfónica Nacional. foto Jacqueline Uribe
Un hermoso telón semi transparente que alude a lo barroco está presente en lo que podría ser la obertura del ballet, allí aparece tocando el violinista mientras un bailarín trae a escena a Millaray Lobos, quien como una musa recita una especie de invocación antes que el telón caiga y desaparezca, para dar inicio al desarrollo, en el que grupos más grandes o pequeños desarrollen movimientos que a veces sugerían esculturas, o pinturas considerando los claroscuros, señalemos que a medida del avance de la coreografía el vestuario fue cambiando incluso en colores, y hasta despojándose de prendas y quedando descalzos, todo realizado coherentemente.
Una de las escenas de Barroco. foto Jacqueline Uribe
Mientras el pequeño escenario del Teatro Baquedano fue explotado al máximo abriendo y cerrando espacios acentuando los contrastes, con un muy eficaz uso de la iluminación que fue fundamental en lo visual, la que en momentos incluso logró poesía, probablemente la escena que menos impacto causó la fue aquella donde solo se ven las piernas de los bailarines, recurso que encontramos algo extemporáneo.
La compañía actuó con disciplina entusiasta, copando los espacios con enorme seguridad y prestancia, mientras enfrentaba los variados trozos musicales, y al parecer muy complacida con la propuesta, que se vio realzada con la inteligente y certera selección musical, creemos no equivocarnos al pensar irreverentemente, que los bailarines se sienten más cómodos con música, y más aún si esta es, en cierto modo predecible, aunque ellos han demostrado siempre poder resolver muy bien coreografías con ausencia de ella.
Otra escena de «Barroco». foto Jacqueline Uribe
Un aspecto importante a destacar, es que el interés y atractivo que genera este trabajo, no decae en ningún momento, porque creemos que esta coreografía fue bien planeada y muy bien ejecutada.
Sin duda, y a nuestro juicio, este ha sido uno de los mejores trabajos que le hemos visto a Mathieu Guilhaumon, con los bailarines del Banch, el que contó con la virtuosa colaboración de la Sinfónica Nacional dirigida por Pedro Pablo Prudencio, además de una acertada escenografía, vestuario e iluminación para el estreno de este trabajo coreográfico “Barroco”, que realizó exitosamente el BANCH.
La Compañía y Carolina Vergara, Andrés Poirot, Jorge Maraboli, Pedro Pablo Prudencio, Mathieu Gulhaumon, agradecen las ovaciones del público. foto Jacqueline Uribe.
Gilberto Ponce (CCA)







