LA FILARMÓNICA DE SANTIAGO DA INICIO A SU TEMPORADA 2025 EN EL MUNICIPAL.
En el imponente marco de un Municipal repleto, la Orquesta Filarmónica de Santiago inauguró su Temporada 2025, bajo la dirección de Paolo Bortolameolli, quien acaba de ser nombrado Director Titular a partir del año 2026, con un programa muy atrayente que abarcó tres estilos muy diferentes entre si, pero manteniendo constante su interés.
La compositora Florencia Novoa, foto TMS
Florencia Novoa (1999) es una muy joven y dotada compositora, que además de lo anterior es cantante bastante exitosa, ha cantado entre otras cosas en el ciclo de la integral de las Cantatas de Bach; como se aprecia, creemos que es una artista a tener presente, pues dará que hablar.
En esta ocasión se interpretó “Manara”, su homenaje a Jorge Pela Hen, una de las figuras más importante importantes de la música en nuestro país, ya que a él se le debe la idea de la creación de orquestas infantiles y juveniles, en base a un método de su creación.
La obra fue encargada y estrenada por la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil el año 2023 bajo la dirección de Nicolás Rauss, y no pretende tener un “programa”, se trata más bien de sugerencias en base a texturas, colores y atmósferas producidas por la numerosa orquestación de nutrida percusión.
Desde la nada parte Manara, en una progresión dinámica que lenta y casi solemne crea atmósferas emocionales de gran fuerza, como si estuviera en ciernes la “creación” de algo, resuelto en algo cercano a un clímax, para derivar a la sección conclusiva que es más compleja en ritmo y esquicios melódicos, con una tendencia a la recurrencia temática. Se trata de una obra que plantea interrogantes al auditor, quien a su vez será el encargado de responderlas.
Paolo Bortololameolli dirigiendo durante el concierto. foto Juan Millán
Paolo Bortolameolli logró una estupenda versión de la que destacaremos la poética progresión de la primera parte y los contrastes de la segunda, con una Filarmónica atenta y musical a cada una de sus precisas indicaciones. El público retribuyó la versión con cálidos, entusiastas y sostenidos aplausos, tanto como reconociendo los valores de esta interesante y atrayente Manara de la muy joven Florencia Novoa.
El programa continuó con una de las obras favoritas de todos los públicos desde su estreno, nos referimos al bellísimo a la vez que muy complejo y difícil Concierto Nº 1 para piano y orquesta de Piotr Ilich Tchaikovsky, obra que fuera catalogada de “imposible de tocar”, por uno de los grandes pianistas de la época, pero la enorme cantidad de intérpretes que la han ejecutado desde su estreno (de clamoroso éxito) lo desmiente, ocurre que es una obra de enormes dificultades, tanto para el solista como para la orquesta, que deben enfrentar todo tipo de contrastes, dinámicos, expresivos y de carácter, mezclados con súbitos cambios rítmicos que exigen, en particular al solista desplegar grandes dosis de virtuosismo.
El pianista macedonio Simon Trpcéski estuvo como solista en el piano, arremetiendo sobre las dificultades con soltura y prestancia, con musical manejo dinámico y derroche técnico, tal vez nos habría gustado que las partes “cantabile” lo fueran más, absteniéndose de acelerar el pulso como buscando realzar su virtuosismo, algo innecesario ya que a él le sobra.
El solista Simon Trpcéski la Filarmónica y Paolo Bortolameolli interpretando Tchaikovsky. foto Juan Millán
Impresionantes sus acordes del inicio, presagiando lo que vendría, en el desarrollo sus diálogos con la orquesta fueron precisos y de acuerdo a la batuta de Bortolameolli, quien hizo lujos con fraseos expresivos y espléndido manejo dinámico, el final del primer movimiento fue tan expresivo que gran parte del publico irrumpió en aplausos.
La sutileza de los pizzicato de las cuerdas y el canto de las maderas, abre el segundo movimiento ejecutado por la orquesta con íntima musicalidad agregándose luego el piano en este juego sensiblemente expresivo, que permitió al solista mostrar si faceta lírica, la que es interrumpida por una sección de bravura muy exigente en escalas que fueron resueltas con perfección, para luego retomar el carácter del comienzo.
El solista y parte de la orquesta interpretando Tchaikovsky. foto Juan Millán
El tercer movimiento fue una síntesis de virtudes, tanto de parte del solista como de la orquesta que concluyeron en esa poderosa progresión final que lleva al público conmovido a estallar en ovaciones, en este caso tan largas que Tprcéski ofreció dos encore, uno de ellos un bellísimo fragmento de un trío de Tchaikovsky acompañado por los miembros de la orquesta Richard Biaggini en violín y Katharina Pavlawski en chelo, siendo ovacionados.
Finalizaron con una conmovedora versión de la Sinfonía N.º 5 de Dmitri Shostakovich, tal vez su sinfonía más popular, la que sin poseer un “programa” específico, nos introduce en el mundo de la censura artística propia del sistema soviético, como se sabe el compositor había sido censurado con ocasión del estreno de su ópera Lady Macbeth de Mtsensk, que había sido ovacionada en toda la numerosa serie de funciones posteriores a su estreno, hasta que la vio Stalin lo que provocó un editorial del diario oficial Pravda, que la calificó de “caos en vez de música” y tanto críticos como melómanos descubrieron que “habían sido engañados” cambiando sus opiniones positivas y el compositor cayó en desgracia, por no seguir las normativas del partido, Stalin nunca recibió a Shostakovich, hasta que un funcionario lo autorizo a escribir una obra reconociendo sus errores, es así que escribió en el epígrafe de la sinfonía, “la respuesta creativa de un artista soviético a la crítica justificada”, entregándose un programa donde él, después de revisar su postura queda como “abanderado del partido comunista”.
Para desgracia de los felices funcionarios, el artista es sutil y todo el optimismo que supuestamente derrocha la obra es ironía, todo es falso, es una denuncia encubierta a la intolerancia artística, incluyéndose implícitamente en ella la ira, el secreto y la rebelión, burlándose así de Stalin que ya lo había perdonado.
Todo lo anterior debe internalizarse en el director, para así llegar a la médula y no quedarse solo en lo exterior, creemos que Paolo Bortolameolli acertó plenamente con su versión llevando a la Filarmónica a cimas expresivas en medio de un impecable y expresivo sonido, particularmente emocionante fue el maravilloso Largo (lento) que es el tercer movimiento en su sentido expectante, antes en el primero notables fueron los juegos de contraste, siguiendo con el burlesco e irónico que es el Allegretto del segundo. El Allegro non troppo final fue un rotundo éxito en todo sentido, belleza sonora, expresividad y contrastes antes de llegar al apoteósico final, que consiguió una impresionante ovación, que reconoció la excelencia de la versión lograda por la Filarmónica de Santiago, tanto como la dirección de Paolo Bortolameolli.
Paolo Nortolameolli y la Filarmónica de Santiago agradecen las enormes ovaciones, foto Juan Millán
Gilberto Ponce (CCA)
No tengo mucho que agregar a lo ya escrito tan bien analizado por la critica salvo que fue una fiesta de música, el pianista con su técnica y sensibilidad me dejó una sensación muy grata y la dirección de mi admirado director Paolo Bortolameolli hizo que todo el concierto fuera un puro goce.
La sinfonía de Shostacovich ,con la pequeña explicación del director al inicio se me hizo más comprensible, aunque muchas veces solo hay que sentir la música y dejarse llevar, cuando alguien como Paolo explica en forma tan didáctica ,clara y concisa, ayuda mucho más a gozar la obra. Fue una gran función.y me olvidaba de los encoré del pianista, poco común un trozo de un trío de música de cámara, muy bueno.
Felicitaciones a todos y también al crítico por su acabado análisis.
Muchas gracias, fue un estupendo comienzo para celebrar sus 70 años