EL NUEVO CASCANUECES 2024 DEL BALLET DE SANTIAGO EN EL MUNICIPAL.
Comencemos este análisis con una pregunta. ¿Es posible renovar una coreografía de un clásico, sin que este pierda su esencia? Creemos que el Ballet de Santiago lo ha venido demostrando, que sí es posible, pues desde hace años lo viene realizando con trabajos serios que manteniendo lo principal, han entregado versiones coreográficas novedosas, que renuevan el encanto de uno de los ballets clásicos por excelencia.
Es así que a través de décadas se han podido apreciar trabajos en Cascanueces de entre otros, Ben Stevenson, Jaime Pinto o Luis Ortigoza, que aportaron su impronta personal en cada coreografía. Ahora tuvimos oportunidad de conocer la versión de la afamada coreógrafa inglesa Maina Gielgud, de larga y exitosa carrera en el mundo de la danza, la que se caracteriza por lo ecléctico de sus productos que mezclan lo clásico con lo contemporáneo en las más diversas compañías de todo el planeta, pues bien ella ahora realizó su primera incursión en Cascanueces con el Ballet de Santiago, lo que considerando sus pergaminos, es un verdadero privilegio, y aún más si esta experiencia fue coronada con un rotundo éxito.
Drosselmeyer (Pablo Aharonian) y niños en la fiesta. foto Patricio Cortés
Gielgud formada en la escuela rusa, asimiló luego en su experiencia diversos y variados estilos que le han permitido conseguir la fama que rodea sus trabajos, que incluye el permitir que los bailarines mantengan sus características personales, pero siempre insertos en sus variadas coreografías.
En esta ocasión, y muy en estilo inglés encontramos un cuidadoso estudio de personajes, en particular entre los invitados a la fiesta de Navidad, familias en sus estilos, niños con sus diferentes personalidades, muy divertido el matrimonio mayor en particular la extroversión de ella, así como las actitudes de los criados. De particular interés nos pareció que el envidioso hermano de Clara recibiera como regalo un “Rey Ratón”, para dar coherencia a la lucha posterior de este con Cascanueces.
Gielgud le otorga una gran importancia al rol de Drosselmeyer, quien en el fondo será el gran conductor de la historia, no obstante consideramos la batalla entre los soldados y ratones sea tal vez un tanto “académica” demasiado ordenada, mayor vigor si hubo en la lucha entre Cascanueces y el Rey Ratón, en contrario encontramos que posee toda la magia precisa la escena de los Copos de Nieve así como la transformación de Cascanueces en un ser real.
Cascanueces y Clara y los Copos de Nieve (elenco del estreno) foto Patricio Cortés
En el Reino de los Confites del segundo acto, Drosselmeyer convoca a la Reina y Príncipe de los Confites y a todos los personajes ante Clara y Cascanueces, para que después realicen su presentación en homenaje a ellos, para finalmente Clara despertar del sueño, con el Cascanueces en sus manos mientras Drosselmeyer la observa y protege desde la distancia.
La escenografía y vestuario de gran belleza pertenecen a Jorge Gallardo mientras que el sólido concepto de iluminación a Ricardo Castro. La Orquesta Filarmónica de Santiago fue conducida en forma alternada por Alejandra Urrutia y Pedro Pablo Prudencio, y desde las alturas cantó musicalmente un grupo femenino, en la escena de los Copos de Nieve.
Cascanueces y Clara en el Reino de los Confites. foto Patricio Cortés
Nos correspondió asistir a una de las funciones que dirigió Prudencio (26 de dic), quien lo hizo con la solidez que acostumbra, acompañando perfecta y cuidadosamente a los bailarines, mientras la orquesta mostraba musicalidad y hermoso sonido, el público fue ruidosamente expresivo frente al desempeño de la orquesta y su director.
El Vals de las Flores del segundo acto. foto Patricio Cortés
En la función que presenciamos el papel de Cascanueces fue bailado por Lucas Alarcón, quien además lo hizo en diez de las once funciones, que repletaron el Municipal, lo hizo mostrando toda su potente técnica y expresividad, además mientras fue Cascanueces con movimientos algo mecánicos, los que abandona cuando se transforma en ser humano, haciendo gala de fuerza y virilidad en su lucha con el Rey Ratón, para luego con gracilidad en sus dúos con Clara en su viaje al Reino de la Nieve, fueron muy justificadas las ovaciones que recibió al final.
Laleska Seidel fue Clara, bailando muy expresivamente, asumiendo con propiedad el rol de la niña aún inocente, sus dúos con Cascanueces y brevemente con el Príncipe y Drosselmeyer fueron de gran calidad, el público no escatimó sus muestras de admiración.
El trío de la Danza española. foto Patricio Cortés
Este ballet se caracteriza por incorporar mucha pantomima, en particular en la escena de la Fiesta de Navidad algo que Gielgud resuelve con maestría, entregando además un papel de gran importancia en este sentido a Drosselmeyer, este rol lo desempeñó con gran profesionalismo y juego teatral Pablo Aharonian.
Noelia Sánchez fue una estupenda Reina de las Nieves, con gran técnica, gracilidad, elegancia y profesionalismo dio vida a este vital personaje.
En el segundo acto tiene como eje, además de otros personajes a la Reina de los Confites y al Príncipe roles asumidos por Katherine Rodríguez y Emmanuel Vásquez, quienes se han constituido en una pareja perfecta debido a su sintonía en este tipo de roles, ellos ponen toda su técnica al servicio de la coreografía, el gran Pas de deux, como todos sus solos con figuras y piruetas no solo fueron perfectos, pues agregaron sensibilidad poética, gracilidad en brazos y piernas en ella y reciedumbre, fuerza y seguridad en él, particularmente cuando debe tomarla, elevarla, sostenerla y finalizar secciones en complejas posiciones, sus saltos, giros y figuras fueron notables. Con justicia recibieron una enorme ovación.
Cascanueces y sus soldados se presentan ante Clara antes de la batalla con los ratones foto Patricio Cortés
El Cuerpo de baile mostró gran disciplina en las escenas colectivas y hermosa perfección en el caso de la escena de los Copos de Nieve, los solos, dúos, tríos u otras estructuras del segundo acto, dieron cuenta de la potencialidad de algunas figuras, destacaremos la fuerza de la Danza española tanto como la Rusa, la gracia de la Danza China y la sensualidad de la Árabe, que dentro de su perfección tuvo un pequeño traspiés al finalizar, no obstante el público ovacionó a la pareja por su desempeño global, sin considerar el leve accidente.
Una nueva coreografía de Cascanueces que con la inmortal música de Tchaikovsky agregó otras miradas a un clásico que siempre conmociona al público dando cuenta además el estupendo nivel de solistas, primeras figuras y Cuerpo de Ballet del Ballet de Santiago que dirige César Morales.
Gilberto Ponce (CCA)
