RICARDO CASTRO EN LOS GRANDES PIANISTAS DEL MUNICIPAL.
Los dos “encore” que ofreció Ricardo Castro, para agradecer las ovaciones, de un teatro repleto, sirvieron para ratificar las cualidades del pianista brasilero, que se presentó en el Ciclo “Grandes Pianistas” del Teatro Municipal.
Nos estamos refiriendo a la “Paráfrasis sobre un tema de Rigoletto” de Liszt y uno de los “Momentos Musicales” de Schubert, que culminaron su presentación, en la que incluyó algunas de las obras más queridas por el público.
Sutileza, elegancia, estilo y limpieza, caracterizaron su versión de la “Sonata N° 11 en La mayor, K. 331” de Wolfgang Amadeus Mozart, muy conocida, por el “Rondó alla Turca” con que finaliza.
Muy interesante, resultó su enfoque de las variaciones del primer movimiento, contrastándolas inteligentemente en carácter, y enfatizando los contrastes dinámicos; jubiloso fue “Menuetto” que sigue, en el que resaltó los aspectos cantábile.
Agradecemos, el que haya resistido la tentación de muchos pianistas, al interpretar el Rondó final, pues se alejó de todo brillo pirotécnico, haciéndolo jubilosamente fino, solo jugando muy bien con los contrastes dinámicos.
Continuó con la celebérrima “Sonata N° 14 en Do sostenido menor, Op. 27” de Ludwig van Beethoven, más conocida como “Claro de Luna”, su versión puede no gustar del todo, por el riguroso tempo del primer movimiento –que es el más conocido-, además de una cierta parquedad expresiva; llamó la atención el fraseo del segundo, al unir de a dos compases en la primera sección, fraseo que le otorga una vitalidad nueva; el tercero, si bien demostró virtuosismo, algunos detalles; como lo confuso de los dos acordes, que culminan el tema ascendente, o bien una velocidad que atentó en contra de la claridad, desconcertaron un poco, impidiendo un rotundo éxito, el que solo fue acotado.
Al parecer, su personalidad es más afín a Mozart y a Frédéric Chopin, autor del que interpretó la “Baladas 1 y 4” y cuatro de sus más bellos “Nocturnos”, en estas obras derrochó tanto expresividad como finura, pasión y delicadeza, creando mundos poéticos y expresivos para cada una de las seis obras.
Quisiéramos destacar, el manejo inteligente de la mano izquierda, en muchos pasajes, con los que crea respuestas o consonancias, que aportan nuevas ideas para cada obra.
Castro, es un pianista que tiene mucho que decir, pues se intuye que detrás de sus interpretaciones, hay conceptos claros, con los que en ocasiones se podrá disentir, pero sin dudar de la honestidad de su propuesta.
Gilberto Ponce. (CCA)