WERTHER O EL TRIUNFO DEL “DEBER SER” EN EL TEATRO MUNICIPAL.
(Elencos I Y II)
Continuando con la exitosa Temporada de Ópera 2025, el Teatro Municipal de Santiago ofreció una sólida y contundente puesta en escena de la hermosa ópera Werther de Jules Massenet, basada en la inmortal novela epistolar del mismo nombre de Johann Wolfgang von Goethe.
Werther (Sergey (Romanovsky) elenco I foto María Pía Merani
Obra muy compleja de enfrentar porque trata de conflictos humano sentimentales, que en definitiva y para los patrones de la época, no tienen solución, lo que en definitiva significará que el inmenso amor que sienten los protagonistas no podrá concretarse, porque él no hará nada para convertirla en infiel y ella tampoco lo intentará para no traicionar a su marido, ambos están sometidos a la fuerza que ejerce sobre ellos el “Deber Ser”, o en términos simples, “los principios en que se debe vivir ética y moralmente”, que en este caso, al no existir solución posible, solo resta el suicidio.
Tal fue la influencia que la obra de Goethe tuvo en muchos jóvenes, que el propio autor introdujo un llamado a los lectores: “Sé hombre, no me sigas”.
Cerca de cien años después Massenet retoma el tema y lo transforma en ópera con un libreto de Blau, Milliet y Hartmann quienes realizaron la adaptación del texto de Goethe, la ópera se estrenó en 1892 primero en Viena cantada en alemán y a fines del mismo año en Ginebra cantada en francés, donde tuvo gran éxito, posteriormente se estrenó en París.
Werther (Raffaele Abete) foto Alberto Díaz elenco II
La propuesta del Municipal fue encabezada por Emilio Sagi dirección de escena, Daniel Blanco escenografía, Pablo Núñez vestuario y Ricardo Castro iluminación, esta propuesta privilegia la melancolía, reflejada primero en la proyección de una famosa pintura de Caspar David Friedrich, un epítome del romanticismo, que inicia la ópera en la obertura, melancolía que envuelve todo el desarrollo dramático, para ello usan tonos grises y azules en escenografía y vestuario, salvo en el chaleco amarillo de Werther, todo muy propio de la austeridad luterana de la familia de un pastor viudo por añadidura, la inteligente, hermosa y precisa iluminación acentúa esta sensación, que en ningún caso agobia.
En la parte anterior del escenario hay muchas hojas, son la cartas intercambiadas por los protagonistas, aclaremos que el realismo escenográfico de los tres primeros actos se rompe en el cuarto, con una alusión muy pictórica a la habitación donde se suicida Werther.
Werther (Sergey Romanovsky) y Charlotte (Shannon Keegan) foto María Pia Merani elenco I
La dirección de Sagi enfatiza el aura romántica y la contención que afecta a los protagonistas, donde apenas y con sutileza algo se concreta, como el furtivo beso de Werther a Charlotte, que ella responderá cuando él está muriendo, pero esta constante contención es compleja de resolver para conseguir un resultado natural, y es en este aspecto donde sin duda Sagi obtuvo uno de los grandes logros, al conseguir esta naturalidad de todos sus intérpretes en ambos elencos, contrastando el mundo de los protagonistas con el resto de los personajes, diferenciandolos en personalidad y actitudes, como en el desenfado y alegría de vivir de Schmidt y Johann, la inocencia y espontaneidad de Sophie y los niños, la bonhomia del padre o las sutiles sospechas de Albert en relación a Werther y Charlotte.
Digno de destacar es el manejo de la progresión dramática, sin explosiones emocionales tan típicas en otras óperas, avanzando con serenidad apolínea hacia el trágico desenlace.
Charlotte (Shannon Keegan) leyendo cartas de Werther en el tercer acto. foto María Pía Merani elenco I
Maximiano Valdés dirigió a la Orquesta Filarmónica de Santiago, consiguiendo una magnífica respuesta de sus músicos, relevando los leit motiv que son recurrentes, otorgando fuerza o sutileza siempre con musicalidad y estupendo sonido, debemos destacar los soberbios solos instrumentales.
Valdés extrajo de la partitura todo lo sensible, lo sensual, el acercamiento a lo wagneriano, al tiempo que se sumergió tanto en el romanticismo, como con algunos atizbos de modernismo, acompañando además con precisión y cuidado a los cantantes, con justicia Valdés fue ovacionado junto a la Filarmónica.
Elenco I
Sergey Romanovsky fue Werther, el tenor ruso posee una voz de timbre brillante que corre con facilidad, sin problema alguno con los agudos, canta con gran expresividad manejando con soltura los contrastes y progresiones dinámicas, además se trata de un eficaz actor permitiéndole desarrollar su personaje desde el deslumbrado por Charlotte al conocerla, para luego desconsolarse al saber que ha jurado casarse con Albert, fue muy convincente en sus reprimidos intentos por conquistarla, pues sabe que no “debe”, su tercer acto que incluye el aria “Pouquoi me reveiller”, conmovió por el arco expresivo que desarrolló, que culmina con la decisión de partir para siempre.
El padre de Charlotte (Sergio Gallardo) y los niños. foto María Pía Merani elenco I
El acto final donde se disparará, para ser encontrado agónico Charlotte fue impactante, en particular porque la tragedia se contrasta con los cantos de Navidad de los niños.
El público no escatimó sus muestras de entusiasmo frente a su desempeño.
Shannon Keegan la mezzosoprano estadounidense fue Charlotte, tiene hermosa voz con importantes agudos, pero en el registro medio su volumen es pequeño, a su favor tiene el que es una convincente actriz que perfiló muy bien las ambigüedades sentimentales de su personaje, ella también ama a Werther pero no hará nada por traicionar a Albert su esposo, solo irá tras Werther para intentar impedir lo que intuye, su suicidio.
Sin duda su poderosa actuación y sus sólidos agudos le ganaron el fervor del público.
Vanessa Rojas cautivó con la frescura e inocencia que le otorgó a Sophie la hermana de Charlotte, con hermosa y firme voz actuó como la secreta enamorada de Werther.
Albert el marido de Charlotte lo asumió Luke Sutliff barítono estadounidense tiene una voz interesante, pero como actor no es convincente, es poco sutil.
Sergio Gallardo con la prestancia acostumbrada del buen actor que es, dio vida al padre de Charlotte, mientras que Gonzalo Araya y Francisco Salgado fueron los hedonistas Schmidt y Johann con enorme gracia.
Cecilia Barrientos dirigió el Coro de niños y niñas Mawünko que cantaron estupendamente, mientras que cada vez más actúan mejor, lo hicieron en ambos elencos; una sugerencia, creemos que sería bueno el ingreso de algunos varones, por una cuestión de timbre.
Una función de Werther que el público ovacionó largamente, debido tanto a la hermosa puesta en escena como al desempeño de los cantantes.
Elenco II
Werther (Raffaele Abete) y Charlotte (Marcela Rahal) foto Alberto Díaz elenco II
El tenor italiano Raffaele Abete cantó como Werther, quien sin poseer una gran voz es de un timbre agradable el que no siempre corre muy bien, pero su canto es expresivo, como actor no es muy convincente siendo un tanto esquemático, su gran éxito sin duda fue el cuarto acto donde sí convenció plenamente.
Charlotte fue la estupenda mezzosoprano brasilera Marcela Rahal que tiene una muy hermosa y poderosa voz, su actuación fluctúa por momentos de gran emotividad y convicción con otros solo formales, pero su canto de gran expresividad conquistó al público que la adoró.
Sophie fue muy bien cantado y actuado por la soprano española Sabrina Gárdez, con tal simpatía que el público la aplaudió con el mayor entusiasmo.
Albert (Ramiro Maturana) foto Alberto Díaz elenco II
Ramiro Maturana el barítono chileno fue Albert y si duda esta ha sido una de sus mejores presentaciones, en una carrera coronada de éxitos, no solo impactó con su hermosa y timbrada voz, lo hizo también prestancia escénica que copando el escenario las escenas en que interviene, sus desplazamientos son naturales y convincentes; fue el marido que confía ciegamente en su mujer Charlotte, pero al mismo tiempo sospecha sutilmente de Werther, es reconfortante observar como Ramiro sigue con paso firme incrementando una gran carrera.
Javier Weibel fue el padre de Charlotte, haciéndolo con sólida voz y gran actuación, al tiempo que Francisco Salgado y Rodrigo Quinteros dieron vida a unos divertidos Schmidt y Johann.
A pesar de algunas objeciones menores esta función de Werther fue saludada con euforia por el público.
Albert (Ramiro Maturana) y su esposa Charlotte (Marcela Rahal) foto Eduardo Díaz elenco II
Una Temporada de Ópera 2025 que hasta el momento solo ha deparado grandes satisfacciones.
Gilberto Ponce (CCA)